En el Paris Saint-Germain quieren hacer creer que han dado con la tecla con la contratación de Luis Enrique y el giro a un proyecto lejos de los egos y las vanidades de los futbolistas. Este es el camino del éxito para hacer un equipo más competitivo, con espíritu y alma. El orgullo de Qatar ya no es Mbappé. Se apunta a Luis Enrique como el líder y constructor de unos nuevos valores que representan el esfuerzo del grupo. Todo este nuevo discurso está muy bien, pero a nadie se le escapa que el PSG es el equipo que más dinero gastó en fichajes. La obsesión por ganar la Champions está ahí y, sin control financiero, tira de talonario.
El PSG ha cumplido con el objetivo de mínimos de la temporada con la consecución de la Ligue 1. El campeonato francés lo domina y se pasea en los últimos años, pero la Champions se le resiste. Lo ha probado todo. El modelo galáctico fracasó. El fuerte desembolso que rompió el mercado con los fichajes más caros de la historia del fútbol (Neymar por 222 millones de euros y Mbappé por 180), las incorporaciones de Messi y Sergio Ramos, libres, para ser más competitivos en los partidos claves, además de un sinfín de entrenadores de diferentes nacionalidades y perfiles.
Con el fichaje de Luis Enrique se ha querido poner el foco en un cambio de proyecto, basado en la disciplina del vestuario, la autoridad del entrenador, una identidad en la que el colectivo es más importante que las individuales y la institución está por encima de las estrellas.
El presidente Nasser Al-Khelaifi saca pecho con el fichaje de Luis Enrique y se plantea presentarle una oferta de renovación. Está cumpliendo con los requisitos después de hacer una limpieza, con las salidas de Neymar y Messi, y la gestión con el desagradecido Mbappé. A la estrella francesa, máximo goleador del equipo con 43 tantos en 44 partidos esta temporada, le dan palo y zanahoria. Es la política de castigo por negarse a renovar y que Luis Enrique camufla con el argumento de querer acostumbrarse a jugar sin Mbappé.
Luis Enrique se dirige a Mbappé durante un partido del PSG en el Parque de los Príncipes. (REUTERS Sarah Meyssonnier)El PSG va a disputar las semifinales de la Champions contra el Borussia Dortmund tras los dos últimos años en los que ha caído eliminado en los octavos de final. Ve cerca, de nuevo, la posibilidad de estar en la final y conseguir el ansiado título europeo que persiguen en Qatar. Con Luis Enrique, ganador de la Champions en 2015 con el Barcelona, crece el optimismo. Este año puede ser el definitivo.
Luis Enrique le ha dado al equipo una identidad ofensiva, con jugadores que están obligados a sacrificarse en el trabajo de recuperación de balón y elevando el nivel de exigencia. La mentalidad de equipo, el hambre del entrenador y la disciplina que impone en el día a día son motivos de elogio y esperanza en el club.
El mayor desembolso
Para llegar hasta aquí hay que recordar que el PSG es el equipo que más ha gastado de los 32 participantes en la Champions. Hay un cambio de proyecto en lo deportivo, pero no en lo económico. El club parisino ha hecho un desembolso de 410,5 millones de euros para reforzar una plantilla con ocho fichajes que, por el momento, lleva un doblete: la Ligue 1 y la Copa de Francia.
Lo gordo es la Champions y el gasto del PSG en contrataciones supera al de los otros participantes. Por encima del Manchester City (239,1), Arsenal (234,9), Manchester United (206,7) y Leipzig (157). Todos estos equipos eliminados. El Real Madrid con 128,5 millones de euros gastados, casi la mitad que el City, se cargó al campeón de Europa y se mide al Bayern de Múnich, que invirtió 155 millones de euros.
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Esta es la realidad económica de los equipos que compiten en la Champions y con un Paris Saint-Germain que vuelve a ser candidato a ganar la competición tras una fase de grupos en la que sufrió para clasificarse hasta la última jornada. Tras eliminar a la Real Sociedad y el Barcelona en octavos y cuartos, el sorteo de las semifinales fue agradecido con el vencedor de la eliminatoria entre el Atleti y el Dortmund.
Este mes se cumplen 13 años de la compra del PSG por el fondo qatarí (Qatar Sports Investment) con un desembolso de 50 millones de euros. Desde mayo de 2011 han invertido 2.000 millones de euros en fichajes para los diferentes proyectos enfocados con la obsesión por ganar la Champions y lo más cerca que han estado es la final que perdieron contra el Bayern de Múnich (1-0) en 2020. En Francia no tienen competencia, ni control financiero, y el PSG ya ha ganado 32 títulos desde que llegó Qatar. La asignatura pendiente sigue siendo la Champions.
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