Herramientas
Cambiar el país:
eldiario.es - Internacional
eldiario.es - Internacional
Cuando la Revolución de los Claveles ya era irreversible, la dictadura seguía matando gente en Portugal
Portugal celebra este jueves el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles, que acabó con 48 años de régimen dictatorial y dio paso a cinco décadas de democracia en el país. Dirigida por jóvenes soldados hartos de una guerra interminable en las antiguas colonias africanas bajo control portugués, la revolución pasará a la historia por haberse producido sin derramamiento de sangre. Pero al anochecer del 25 de abril de 1974, cuatro civiles y un agente de la policía política (PIDE/DGS) perdieron la vida frente a la sede del principal órgano opresor del periodo dictatorial, conocido como Estado Novo. Fueron asesinados en la última muestra de fuerza que la PIDE quiso mostrar, cuando el régimen ya no tenía futuro. Sus historias quedaron prácticamente olvidadas en los libros de historia y en las páginas de los periódicos, dado lo mucho que cambió aquel día, pero el periodista Fábio Monteiro intentó rescatar su memoria y publicó Esquecidos em Abril (Olvidados en abril) [Livros Horizonte, 2019]. En declaraciones a elDiario.es, Monteiro dice que “más que deliberado”, el olvido de estos nombres “es circunstancial”, dado todo lo que ocurrió el 25 de abril. “Con la rendición del dictador Marcelo Caetano momentos antes, lo que ocurrió junto a la sede de la PIDE pasó a ser una nota a pie de página”, ya que “nada de lo que pasó allí fue considerado como central en la revolución”.  Con el golpe ya en marcha desde hacía más de 20 horas y con la certeza de que no había vuelta atrás, varias personas se dirigieron a la sede de la policía política en una pequeña calle del centro histórico de Lisboa, la rua António Maria Cardoso, donde permanecían algunos agentes e informadores de la policía política. La PIDE/DGS era uno de los símbolos del Estado Novo, responsable del encarcelamiento y tortura de miles de opositores al régimen, pero el edificio había sido ignorado por los militares, que no controlaban este lugar.  Sin responsables, cincuenta años después En un último suspiro de fuerza, desde la ventana de la sede de la policía política, hubo quien disparó contra la multitud que se había congregado frente al edificio. Fue el episodio más oscuro de la jornada. Aún hoy no sabemos con certeza quién cogió el arma y disparó, dice Monteiro: “Nunca hubo un juicio y no hay constancia oficial de quién lo hizo. Algunos dicen que fue el director de la PIDE, Silva Pais, pero no hay registros oficiales” que lo prueben.  45 personas resultaron heridas, cuatro de ellas murieron. Una pequeña placa recuerda sus nombres. “En la tarde del 25 de abril de 1974, la PIDE abrió fuego contra el pueblo de Lisboa”, reza la lápida tallada en la pared de lo que hoy es un edificio de viviendas. Las víctimas de aquel día fueron el estudiante de filosofía João Arruda, el camarero Fernando Giesteira, el soldado Fernando Barreiros dos Reis y el administrativo José Harteley Barneto. A las 21.20 horas del 25 de abril de 1974, aproximadamente una hora después de estas muertes, y con los rebeldes militares ya en control de la calle, una serie de empleados de la PIDE/DGS fueron detenidos tan pronto como salieron de la institución. António Lage, empleado de la policía política, fue uno de los que se entregó voluntariamente. Fuera, la gente gritaba nerviosa por las muertes ocurridas una hora antes: “¡Mátenlo, mátenlo, mátenlo!”. Las grabaciones de Radio Clube Português recogen con fidelidad este momento. El reportero Alfredo Alvela pregunta a un ciudadano: “¿Qué hizo el tipo?”. Responde: “El tipo se entregó, lo registraron y, al cabo de un rato, la gente empezó a gritar que lo mataran. El tipo empezó a huir y lo mataron”. Fue la quinta persona asesinada el 25 de abril de 1974 y la única que, en cierto modo, estaba alineada con el antiguo régimen. No fue hasta la mañana del 26 que los militares consiguieron entrar en la sede de la policía política, después de que el régimen hubiera caído. A pesar de una petición del escritor Pedro Vieira al Ayuntamiento de Lisboa en 2018 para que los nombres de los cuatro muertos se pusieran en las calles de la capital, nada se ha hecho hasta la fecha. Pero este jueves, la pequeña localidad de Arranhó, a 30 kilómetros de Lisboa, hace el gesto simbólico de rebautizar una calle en honor a Fernando Luís Barreiros dos Reis, el soldado asesinado frente a la sede de la PIDE y el único soldado que murió aquel día, aunque en aquel momento no estaba en servicio. En declaraciones a elDiario.es, Pedro Mateus, presidente de la pedanía de Arranhó, entidad local menor del municipio de Arruda dos Vinhos, de donde era originario Barreiros dos Reis, recuerda que “la revolución también tuvo sus momentos no tan buenos” y que “no debemos dejar caer en el olvido a los que lucharon por la libertad y dieron su vida por ella”. Este gesto, dice el alcalde socialista, sirve también para recordar que “la libertad tuvo un precio para algunos, y no podemos darla por segura”. Democratizar, descolonizar, desarrollar Aquel jueves, el régimen y el país se despertaron sobresaltados. Un grupo de soldados avanzaba hacia Lisboa en un golpe de Estado de resultado imprevisible. Los intentos anteriores de poner fin a la revolución habían sido eficazmente contenidos, pero esta vez, el dictador Marcelo Caetano fue informado de que la revolución estaba en pleno desarrollo, en una situación considerada “grave”. El director de la policía política, Silva Pais, aconsejó al jefe del gobierno que se dirijiera al cuartel de la Guardia Nacional Republicana (equivalente a la Guardia Civil), cerca de Chiado, en Lisboa. A pesar de los repetidos llamamientos para que la gente se quedara en casa, los militares pasaron gran parte del día 25 de abril rodeados de gente celebrando la victoria cuando por fin se dieron cuenta de que no había vuelta atrás ante la fuerza de una multitud que clamaba por la libertad. Fue el “día inicial, entero y limpio, en que salimos de la noche y del silencio y habitamos libremente la sustancia del tiempo”, como lo describió la poetisa Sophia de Melo Breyner en el poema que dedicó a esta fecha. El programa político de los militares estaba claro, pero el camino para llegar a él después de aquel día no siempre lo estuvo. Para el Movimiento de las Fuerzas Armadas, el camino era ejecutar las “3D”: democratizar, descolonizar y desarrollar. Hace cincuenta años, uno de cada cuatro portugueses no sabía leer ni escribir, la mortalidad infantil era muy superior a la de otros países europeos —40 de cada mil bebés morían antes de cumplir un año— y el agua por tubería no llegaba a la mitad de los hogares del país. Celeste, la mujer detrás de los claveles de la revolución La revolución, que comenzó cuando los primeros versos de la prohibida “Grândola, Vila Morena” —canción de José Afonso que se interpretó por primera vez en directo en Santiago de Compostela— se escucharon en la emisora católica Rádio Renascença, está llena de historias curiosas y coincidencias increíbles. Celeste Caeiro, que ahora tiene 90 años, es la responsable de que la revolución lleve el nombre de una flor. Caeiro trabajaba como limpiadora en un restaurante de Lisboa que había abierto el 25 de abril de 1973, exactamente un año antes del levantamiento militar. La revolución se cruzó en su camino aquel día y la fiesta de cumpleaños prometida, con claveles para las mujeres y vino de Oporto para los hombres, fue cancelada. El jefe del restaurante pidió a los empleados que se llevaran los claveles porque se iban a estropear. Caeiro se encontró con la historia de un país cuando un soldado de los rebeldes le pidió un cigarrillo, la mujer le dijo que no tenía, pero le dio uno de los muchos claveles que llevaba consigo. El soldado puso la flor en el cañón de su fusil. Muchos otros repitieron el gesto. Se convirtió en el icono de un día histórico. Esa misma noche, el capitán Fernando José Salgueiro Maia habló a los soldados de la Escuela Práctica de Caballería de Santarém, informándoles de lo que iba a hacer. La frase que hizo que gran parte del cuartel se uniera a la revolución pasará a la historia: “Señores, como todos ustedes saben, hay diferentes tipos de estados. Estados socialistas, estados capitalistas y el estado al que hemos llegado. Ahora, en esta noche solemne, vamos a acabar con el estado al que hemos llegado”. Fue junto al río Tajo donde se produjo el momento más tenso. El sol de la mañana del 25 de abril de 1974 entraba ya en las calles de Lisboa cuando la columna militar se encontró con los soldados llamados a reaccionar ante el golpe de Estado. A los mandos de un tanque militar M47, José Alves da Costa recibió la orden de disparar contra los soldados sublevados: “O disparáis o dispararé a vuestra cabeza”. Alves da Costa sabía que un disparo de aquel tanque significaría la muerte de muchas personas. Respondió con un lacónico “veré lo que puedo hacer” y entró en el tanque, encerrándose durante más de dos horas. Nunca disparó. Cuando salió del tanque, la revolución ya estaba en marcha cerca del Largo do Carmo, donde se refugiaban el Gobierno y el dictador Marcelo Caetano.  Allí, Salgueiro Maia evitó en la medida de lo posible disparar a las ventanas: “¿Y luego quién paga la factura de los cristales?”, se preguntó. Finalmente, cedió y los militares dispararon una salva de tiros contra el cuartel. Fue, según se supo más tarde, el momento en que Marcelo Caetano cedió y se rindió. Cuando el militar insurgente Manuel Silva sacó al Gobierno del cuartel de Carmo, del dictador sólo se oyó la frase: “Así es la vida”. Tras la rendición, camino del cuartel de Pontinha, donde se encontraba el centro de mando del movimiento insurgente, reinó el silencio. El régimen acababa de caer. Marcelo Caetano acabaría exiliado en Brasil.  Una de las principales preguntas que quedan de aquel día es si la PIDE sabía o no lo que ocurría en el movimiento militar que estaba detrás del golpe de Estado. Y si lo sabía, ¿por qué fue tan cómplice de los movimientos militares? La historiadora Ana Sofia Ferreira subraya que la dictadura cayó “con muy poca resistencia y casi ningún apoyo”, ya que “la vida bajo el Estado Novo (régimen dictatorial) era a menudo un precario equilibrio entre el orden aparente y las tensiones subyacentes”. Ferreira recuerda que “la censura, la represión política y el control ideológico eran aspectos palpables de la vida cotidiana” y que la Revolución de los Claveles fue, por tanto, “no sólo un acontecimiento político, sino también un movimiento social que sentó las bases de una sociedad más inclusiva y abierta”.  “Tendremos que aprender a resistir de nuevo” Ahora, con un panorama político sustancialmente distinto, en una democracia parlamentaria con 50 diputados de extrema derecha, el histórico militante socialista, Manuel Alegre, dice que “habrá que saber resistir de nuevo”, aunque el contexto sea “sustancialmente distinto”. Con el rejuvenecimiento generacional, cada vez son menos los que recuerdan el “primer día, entero y limpio”. Las nuevas generaciones nacieron dando por sentada la democracia y ya no les importa recurrir a soluciones políticas de protesta que no valoran el legado de Abril. Matilde Pina Silva, una joven licenciada en Ciencias Políticas, explica a elDiario.es que el 25 de Abril le permitió “tener la vida que quiere”, respondiendo “por sí misma” y “con sanidad y educación públicas”. Con 22 años, Silva asegura que siempre ha crecido “europea y en democracia”, pero lamenta que a su alrededor ve que sus compañeros “emigran y es imposible tener una casa propia”. Dice que el “principal problema” es que su generación “no tiene acceso” a lo que tuvieron sus padres. Así justifica la fuerte adhesión de los jóvenes al discurso de extrema derecha: “Hay mucho analfabetismo político. Es un discurso fácil y populista, era inevitable”. En medio de una generación eternamente a la espera de mejores condiciones de vida, la solución fue un voto de protesta. Aún así, el legado del 25 de abril es ampliamente reconocido por la mayoría de los portugueses. Un estudio encargado por la Comisión Organizadora de los 50 Años de la Revolución y el diario Expresso muestra que el 65% de los portugueses, de izquierda a derecha, considera el 25 de abril de 1974 como la fecha más importante de la historia del país. No se debe ignorar que, históricamente, cuanto mayor es el nivel de educación y renta, mejor es la visión del 25 de abril. En cuanto al período de la dictadura, sólo el 20% cree que tuvo más cosas positivas que negativas, mientras que el 56% de los portugueses cree que la democracia trajo más cosas positivas que negativas. La transición a la democracia hace sentir orgullosos al 81% de los encuestados, aunque el 64% cree que no se ha hecho justicia con los antiguos policías políticos. La revolución condujo a un periodo de inestabilidad que el país llegó a conocer como el Periodo Revolucionario en Curso —que duró hasta el fallido intento de golpe de Estado del 25 de noviembre de 1975—, marcado por las divisiones entre los militares posteriores a la revolución y la lucha popular entre la legitimidad revolucionaria, en la que el Partido Comunista desempeñó un papel protagonista, y la legitimidad electoral, que demostró que el peso de los comunistas estaba lejos de ser equivalente a la fuerza que mostraban en las calles. Pero la revolución dio sus frutos: el éxito de la integración europea, la recuperación del atraso sistémico del país, el desarrollo de las infraestructuras y la educación.   Un año después de la revolución, los portugueses salieron a la calle para elegir la Asamblea Constituyente y la participación fue histórica: un 92%. De este primer grupo de diputados constituyentes salió una Constitución cuyo preámbulo muestra el pensamiento político de aquel momento: “El 25 de abril de 1974, el Movimiento de las Fuerzas Armadas, coronando la larga resistencia del pueblo portugués e interpretando sus profundos sentimientos, derrocó al régimen fascista. Liberar a Portugal de la dictadura, de la opresión y del colonialismo representó una transformación revolucionaria y el inicio de un giro histórico en la sociedad portuguesa (...) La Asamblea Constituyente afirma la decisión del pueblo portugués de defender la independencia nacional, de garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, de establecer los principios básicos de la democracia, de asegurar la primacía del Estado democrático de derecho y de allanar el camino hacia una sociedad socialista, respetando la voluntad del pueblo portugués, con vistas a construir un país más libre, más justo y más fraterno”. Es también este “allanar el camino para una sociedad socialista” lo que provoca hoy las mayores protestas de la derecha, pero un preámbulo no deja de ser una nota de intenciones sin ningún valor jurídico. De los 250 parlamentarios de entonces, sólo los 16 miembros del partido democristiano CDS votaron en contra. La revolución conserva también el más simple y eficaz de los lemas: “25 de abril siempre”, un recordatorio de la necesidad de renovar continuamente los valores del espíritu de la revolución. Se espera que este 25 de abril las tradicionales manifestaciones populares llenen las calles de varias ciudades del país, con los partidos de izquierda llamando a una fuerte movilización en las calles, dada la actual situación política. También será histórico e inédito que el presidente de la Asamblea de la República, el conservador Aguiar Branco, participe en el desfile por la Avenida da Liberdade de Lisboa este jueves por la tarde, en una señal de apertura hacia una fecha que fue mucho más transversal y que ahora es reconocida positivamente por casi todos.
eldiario.es
Cómo ‘Bella ciao’ se convirtió en un himno antifascista y dio la vuelta al mundo
El 21 de junio de 1964, en un escenario de fondo gris con unas pocas sillas de madera, un grupo de cantantes, la mayoría aficionados, vestidos de manera sobria, de pie, con la mirada fija al frente y acompañados por unas pocas guitarras, debutan en el festival de Spoleto, una bella ciudad en la provincia de Perugia. Son miembros de Il Nuovo Canzoniere Italiano y cantan en esta localidad del centro de Italia su repertorio titulado Bella ciao, que incluye la canción del mismo nombre y otras sobre la Primera Guerra Mundial o las protestas agrarias.  Ese domingo acabaría siendo clave para la leyenda de la canción convertida en himno en todo el mundo y para que este 25 de abril, el día de la liberación en Italia, Bella ciao sea un canto contra el fascismo y también contra el Gobierno de Giorgia Meloni.  En 1964, para Il Nuovo Canzoniere Italiano, un grupo de folk de izquierdas formado por militantes y músicos, era un hito conseguir una invitación para el Festival dei Due Mondi, fundado unos años antes y que era ya referente teatral y musical en Italia. Entre el público aquel junio en Spoleto, había una condesa y piloto de carreras, otra condesa de la familia Agnelli, una coleccionista que era sobrina del papa y “la signora della Scala”, Wally Toscanini, filántropa de la ópera de Milán e hija del director de orquesta. La mayoría de miembros del Canzoniere eran cantantes no profesionales, muy jóvenes, con poca experiencia o aficionados que trabajaban como obreros y albañiles y se habían metido en la música como una forma más de protesta. Otros llevaban años con la construcción intelectual de la música alternativa, como Michele Straniero, autor de un ensayo contra la cultura de masas y miembro de Contracronache, un grupo de música política en Turín en el que también participó Italo Calvino y otros escritores célebres. La veterana, que sí tenía más experiencia como cantante, era Giovanna Daffini, que en su juventud había sido mondina, recolectora de arroz. Sandra Mantovani era la más famosa en la escena alternativa de Milán. Giovanna Marini, la única con formación musical, había estudiado con el guitarrista Andrés Segovia. El grupo había crecido en la escena de Milán como una mezcla de intelectuales de izquierdas inspirados por el folk estadounidense. El creador del espectáculo era Roberto Leydi, periodista del diario socialista Avanti! y que se había nutrido de la investigación sobre las canciones populares italianas del folclorista estadounidense Alan Lomax, que en 1953 había ido por toda Italia grabando las tonadillas de personas corrientes. Leydi trataba de imitar con investigación propia la búsqueda de Lomax de lo auténtico ligado al ideal romántico de “pueblo” frente a la cultura de la élite dominante y también a la cultura de masas, más interesada entonces en Italia en el rock and roll y el festival de San Remo que en la canción protesta. Giovanna Daffini, Caterina Bueno, Cati Mattea y Sandra Mantovani, del Nuovo Canzoniere Italiano, durante los ensayos del festival de Spoleto en junio de 1964. Jacopo Tomatis, musicólogo, músico, periodista y profesor de la Universidad de Turín, cuenta la historia con detalle y un minucioso esfuerzo por discernir los hechos probados del recuerdo alterado (y a veces la falsificación interesada) en su libro Bella ciao: Una canzone, uno spettacolo, un disco, publicado en Italia en 2023. Qué pasó exactamente aquel domingo de 1964 es, de hecho, aún motivo de disputa entre exageraciones, simplificaciones y el uso para la construcción del mito político que hicieron entonces la prensa de inclinaciones opuestas, los fans, los críticos y el propio grupo protagonista.  “Una condesa” Según una reconstrucción recogida por Tomatis, mientras Il Nuovo Canzoniere Italiano canta aquel domingo, “un par de condesas” hacen gestos de desaprobación, aunque el lío empieza cuando Michele Straniero canta O Gorizia, una canción sobre la Primera Guerra Mundial, con unos versos “no aprobados” por el festival en una versión contra la guerra que llama “traidores” a los “señores oficiales” que habían “arruinado la juventud”. Un militar grita desde un palco “¡viva los oficiales!” y algunos identificados después como periodistas exclaman “basta, basta”. El alcalde de Spoleto reacciona contra los que protestan con un “¡fuera fascistas!” y otros se unen a él con “fuera, fuera” hasta que un grupo de militares y simpatizantes que protesta sale del teatro. Ante otra canción de los anarquistas ligada a las huelgas agrarias de Parma en 1908, una mujer identificada por algunos como “una condesa” dice algo parecido a “yo tengo 330 agricultores y ninguno duerme en una cuadra”.  Este último detalle es uno de los que tiene más versiones y que no termina de encajar porque, en realidad, las “condesas” más famosas ahí eran de izquierdas y defendieron al Nuovo Canzoniere Italiano.  Pero la polémica está servida y alimentada con detalles, muchos imposibles de comprobar, sobre militares que salen llorando y “condesas” que se enfrentan a los músicos. En otra representación unos días después, se cuenta que espectadores intentan subirse al escenario y la cantante Giovanna Marini se defiende con su guitarra como potencial arma. Se encuentra un artefacto que simula ser una bomba detrás del escenario, los militares locales piden la intervención del Ministerio de Defensa (que no hace nada) y los cantantes, la ayuda del primer ministro Aldo Moro (que tampoco). Llegan telegramas de Umberto Eco y Pier Paolo Pasolini de solidaridad con los músicos. No hay grabación de los incidentes y la mayoría de los relatos los cuentan años después y con variaciones cantantes y periodistas.  A partir de ahí, Il Nuovo Canzoniere Italiano multiplica grabaciones y representaciones y Bella ciao se convierte en parte central de la cultura pública, pero sobre todo en un canto contra el fascismo en Italia. Bella ciao, en realidad, no era la canción más polémica, pero ya entonces era popular gracias a la grabación de Yves Montand, cantautor italofrancés, en febrero de 1962, unos meses antes de otra versión de Daffini que tenía una letra diferente y de homenaje a las recogedoras de arroz. El ritmo y la manera de cantar Bella ciao de Montand marcaron al Nuovo Canzoniere Italiano y las versiones que han llegado a nuestros días.  “El espectáculo del Nuovo Canzoniere Italiano, todo el mito de Spoleto y las polémicas en los periódicos amplifican la notoriedad de Bella ciao, pero sobre todo contribuyen a convertirla en lo que es hoy, que es decir, transformarla en una canción política”, explica Tomatis en una entrevista a elDiario.es. El regalo a Ho Chi Minh La canción se lanzó como un símbolo político y, de hecho, Tomatis abre su libro con una foto que le inspiró a investigar más: la imagen de 1966 que muestra a Enrico Berlinguer, futuro líder del Partido Comunista italiano, mientras regala un disco de Bella ciao al presidente Ho Chi Minh en Vietnam. “Es una foto que cuenta muchas historias y nos hace comprender cómo los álbumes fueron fundamentales en la educación sentimental de los militantes. Y muestra cómo Bella ciao es una canción internacional”, dice el musicólogo, que también subraya el toque casi absurdo de la escena. “Los comunistas italianos van a Vietnam durante una de las mayores guerras del siglo XX, se les ocurre llevar un regalo y ¿qué llevan que sea simbólico? Como muestra de apoyo, llevan un disco con Bella ciao”.  Enrico Berlinguer y Ho Chi Mihn con el disco de 'Bella ciao' en Vietnam en 1966. El nacimiento de la canción original cantada por los partisanos de la resistencia italiana sigue siendo un misterio, aunque la versión más documentada apunta a una canción con letra parecida cantada entre 1944 y 1945, hacia el final de la guerra, por la Brigada Maiella, una división de voluntarios de la resistencia de las Marcas, en el centro de Italia, y que después lucharon en Abruzo y en Emilia-Romaña. También hay rastros de la tradición oral de cantos parecidos a Bella ciao en Piamonte.  El control del relato sobre los partisanos del norte explica por qué inmediatamente después de la guerra no fue una canción tan recordada o popular como otras más explícitas y cuyo origen estaba claramente en el norte. En todo caso, era parte de la tradición oral y entonces no estaba grabada, por lo que la Bella ciao que hoy conocemos viene de varios materiales que se van fusionando con el paso del tiempo y al principio a través de fuentes privadas y de poca circulación.  El misterio de Corea del Norte La primera fuente escrita que ha encontrado Tomatis sobre Bella ciao es una referencia en un artículo de L’Unità de abril de 1953 que habla de la canción entonada por una adolescente en un pueblo de Corea del Norte que supuestamente la había aprendido de un grupo de voluntarios chinos. “Lo cual es bastante extraño. En nueve años pasó al otro lado del mundo sin estar grabada… Llegó allí porque la llevaron militantes, pero no sabemos cuándo”, explica Tomatis. Se encuentran referencias a Bella ciao también en Indonesia, Ghana y la Unión Soviética antes de que fuera grabada, probablemente porque militantes comunistas la descubrieron en Europa en los festivales juveniles. Ayudó su melodía pegadiza, con un estribillo de las dos palabras más universales de la lengua italiana y un mensaje suficientemente genérico.  “Es un texto muy poético, muy minimalista, muy romántico, pero un texto en el que, por ejemplo, no se menciona ninguna guerra en particular. Esto hace que Bella ciao sea muy útil incluso en el extranjero porque es esencialmente aplicable a cualquier situación en la que haya un partisano que muera por la libertad. Pero a qué partido pertenece ese partisano y cuál es esa libertad es algo que cada uno puede decidir por sí mismo”, explica Tomatis. “De hecho, Bella ciao se canta tanto por turcos como por kurdos, tanto por ucranianos como por rusos. Se aplica muy bien a cualquier lucha por la libertad, que es un concepto muy amplio”. El canto entronca con otras tradiciones orales europeas de la época e incluso anteriores. Una de las teorías es que es una copia de Koilen, una canción en yiddish de un cantautor de Odesa, en Ucrania, grabada en Estados Unidos alrededor de 1920.  “Esto solo nos confirma que Bella ciao nació como una canción dentro de las culturas orales. Las culturas orales siempre han sido profundamente híbridas, los músicos siempre han viajado por el mundo y por tanto el intercambio de ideas, sonidos, melodías, formas de tocar es algo que precede a la sociedad de masas… Ni siquiera tiene mucho sentido hablar del origen de algo que existe en este flujo en cambio continuo. En la tradición oral el origen es algo que no debería interesarnos porque de todos modos no es posible encontrarlo y es un concepto erróneo”. La verdad histórica y la memoria En nuestra conversación, le cuento a Tomatis cómo aprendí yo Bella ciao, cuando mi profesora de primaria en el Liceo Italiano de Madrid, Agostina Borgo, originaria de Asti, en Piamonte, nos la enseñó como una canción de los partisanos de la resistencia que ella había vivido. Ahora me pregunto si la escuchó de joven en casa o si su memoria también era la de los 60 del Nuovo Canzoniere.  “El aspecto más fascinante de la historia de Bella ciao es una enorme lucha entre la verdad histórica y la memoria”, dice Tomatis, que recuerda los libros de Javier Cercas como inspiración. “Todo el mundo sabe cosas sobre Bella ciao, todo el mundo ha contado anécdotas sobre Spoleto, sobre cuándo y cómo se cantaba la canción… Si uno va a reconstruir con el método del historiador sobre las fuentes de la época, descubre una verdad histórica que es muy diferente y en algunos casos no logra reconstruir una verdad histórica unívoca”. Incluso los testimonios de quienes vivieron la guerra y la posguerra se han modelado por lo que escucharon en los discos y en la radio en los 60 y en los 70. “Todo el mundo, por ejemplo, recuerda Bella ciao cantada durante la Segunda Guerra Mundial por todos los partisanos. Esto nunca sucedió, pero la memoria lo reformó. Y así, cuando cuentas la historia, te dicen ‘vi a los partisanos entrar en mi ciudad y siempre cantaban Bella ciao'. Lo más probable es que sí se cantara en algunos grupos de partisanos, aunque no fuera tan extendido. El hecho de que estuviera en los cuentos de tu profe también me hace pensar que está ahí, me confirma que Bella ciao es muy importante porque se ha convertido en una forma de reafirmar el ser antifascista”.  El escritor y profesor Jacopo Tomatis En los años 70, Bella ciao tuvo algún momento bipartidista porque se consideraba más suave y neutra que otros cantos de la resistencia o asociados con los comunistas. Se cantaba en las fiestas de L’ Unità, pero también en 1976 en el congreso de la Democracia Cristiana que eligió al expartisano Benigno Zaccagnini. En el funeral de Berlinguer, la canción unió a los comunistas. En los años 90 de Berlusconi se convirtió en un éxito pop que acabó en Manu Chao, y volvió a una nueva generación de militantes a través de las protestas antiglobalización. El uso este de siglo de la canción en La casa de papel entronca la versión más genérica de canto a la libertad, y ayudó a redescubrir Bella ciao para los jóvenes y aumentar el éxito comercial que ha traído ingresos a la fundación que tiene algunos derechos por los arreglos musicales de las primeras grabaciones, el Instituto de investigación musical Ernesto De Martino, heredero del Nuovo Canzoniere.  En 2020, una propuesta de ley en Italia pedía el reconocimiento de Bella ciao como una expresión de todas las fuerzas políticas democráticas y tenía el apoyo de partidos políticos variados, aunque no de la derecha. El Gobierno cayó y la ley quedó aparcada tras el triunfo de Hermanos de Italia. El disco de 'O bella ciao' de Giorgio Gaber de 1966 Cantar Bella ciao en Italia en 2024 “implica tomar una posición política”, algo, que, en realidad, habría sorprendido a principios de los años 60, cuando Bella ciao era considerada más suave que otras canciones: “Hoy significa reconocerse en una historia, en una tradición, en la cultura del antifascismo italiano, que tiene raíces profundas y que todavía es muy celebrada”, dice Tomatis, que considera que a menudo es un símbolo superficial. “Es un poco surrealista decírtelo ahora”, comenta hacia el final de nuestra conversación. “Pero nunca me ha gustado mucho Bella ciao. Me parece una adhesión, por así decirlo, incluso en plan moda a un tipo de antifascismo un poco superficial en algunos aspectos. Uno utiliza Bella ciao para identificarse con esta tradición, pero no comprende realmente las implicaciones de la lucha política que Bella ciao resume en sí misma. Es natural porque los himnos obviamente tienen esa función de simplificar el discurso. A veces, me parece que se utiliza de forma un tanto superficial para tomar posturas políticas que, en realidad, deberían ser y son más complejas”. 
eldiario.es
Una nueva 'flotilla de la libertad' quiere desafiar el bloqueo israelí y llevar comida a los palestinos de Gaza
En uno de los barrios más turísticos de Estambul, se ha habilitado un salón de bodas como campo de entrenamiento. Hombres con pasamontañas simulan ser soldados israelíes que irrumpen en medio de la oscuridad en la pista de baile, que en la penumbra parece un foso, donde permanecen expectantes decenas de activistas propalestinos de varios países. Uno de los actores zarandea a los presentes asustados, entre los que destaca una que se rebela contra el 'soldado' y otro activista que parece sufrir un ataque de pánico. Los tres acordaron previamente fingir su reacción para llevar al resto a una situación límite. De repente se encienden las luces y una mujer dice en voz alta que se tomen su tiempo para recuperarse antes de comentar lo que ha ocurrido. Se trata de un entrenamiento de seguridad y no violencia para que estén preparados ante un eventual ataque israelí en aguas internacionales. Ese asalto podría ocurrir en los próximos días, durante su intento de romper el bloqueo marítimo para llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, después de casi siete meses de ofensiva y asedio israelíes. Un ataque parecido ocurrió en 2010 contra la flotilla Mavi Marmara, otra iniciativa internacional que partió de Turquía para tratar de romper el bloqueo israelí y alcanzar las costas gazatíes. A unos 128 kilómetros de Gaza, el radar del barco detectó tres embarcaciones que se acercaban. Una unidad de élite naval cortó la señal móvil de la flotilla y militares israelíes asaltaron la embarcación, bajando desde un helicóptero, y dispararon contra los presentes. Mataron a diez activistas e hirieron a otros cincuenta, en un incidente que fue condenado a nivel internacional pero que quedó impune pese a la presión diplomática. La activista propalestina Huwaida Arraf durante uno de los cursos de seguridad y no violencia en Estambul. Ahora, algunos de los supervivientes del Mavi Marmara y otros activistas de más de treinta países se han unido bajo el paraguas de la Coalición Flotilla de la Libertad, para una misión destinada a romper el bloqueo marítimo israelí y llevar 5.500 toneladas de ayuda al enclave palestino. La flotilla consta de dos barcos de pasajeros y un buque de carga lleno de alimentos básicos como harina, aceite o conservas; así como materiales de higiene y sanitarios. Una misión internacional arriesgada Médicos, historiadores, abogados y otros perfiles diversos de organizaciones propalestinas se subirán a bordo. Entre los activistas se encuentran dieciséis españoles, de la mano de la organización Rumbo a Gaza, como la exalcaldesa de Barcelona y líder de los comunes, Ada Colau; la diputada de Podemos, Martina Velarde, o el número dos de la lista de Sumar a las elecciones europeas, Jaume Asens, que llegaron la semana pasada a Turquía. “Hemos agotado todas las acciones civiles. Millones de personas hemos marchado en ciudades de todo el mundo por Gaza y los gobiernos no han respondido. Hemos pasado meses persiguiendo a miembros del Congreso estadounidense para que no sigan mandando más dinero a Israel. Es increíble lo que está ocurriendo”, dice a elDiario.es Ann Wright, exmilitar y exdiplomática estadounidense que en los últimos quince años ha participado en diversas flotillas que pretendían alcanzar la Franja, que ha permanecido bajo un estricto asedio de Israel desde 2007. “¿Qué más puede hacer la sociedad civil? Pues nos subimos a un barco para hacer lo que los gobiernos deberían de haber hecho para detener el bloqueo naval israelí a Gaza y llevar asistencia humanitaria”, asegura. Según el último informe de agencias de la ONU, publicado este miércoles, Gaza sufre la mayor catástrofe alimentaria del planeta, en las dos últimas décadas. La hambruna es especialmente severa en el norte del enclave, donde ya han muerto al menos 30 niños por desnutrición y deshidratación, de acuerdo con el Gobierno local. La mitad de la población gazatí, alrededor de 1,1 millones de personas, se encuentra en una situación catastrófica y pasan hambre porque en la Franja no pueden entrar ni bienes comerciales ni ayuda humanitaria suficientes. En los últimos meses se han llevado a cabo varias iniciativas internacionales para enviar ayuda humanitaria a Gaza, como lanzar fardos de comida desde el aire o trasladar toneladas de alimentos vía mar con el permiso de las autoridades israelíes. Ésta última acción fue coordinada por la ONG del chef José Andrés, World Central Kitchen (WCK), con una embarcación de la española Open Arms. Unos días después de alcanzar el enclave, Israel mató a siete miembros de WCK en un ataque aéreo, poniendo de relieve que aquellos que intentan llevar ayuda a Gaza son también un objetivo en esta guerra. “El bloqueo marítimo de la entrada de ayuda humanitaria es ilegal. Israel lo aplica desde hace años. Ha desoído las resoluciones de Naciones Unidas. La comunidad internacional ha permitido a Israel seguir adelante con este genocidio, no han hecho nada para detenerlo. Por eso es importante apoyar esta iniciativa, mostrar que se puede romper el bloqueo y llevar ayuda a Gaza”, explica Wright.  Sin embargo, el Ejército israelí está dispuesto a interceptar la nueva flotilla antes de que llegue a Gaza, según informaron fuentes de Defensa a la emisora israelí N12. Tel Aviv estaría entrenando la unidad naval Shayetet 13, la misma que asedió el hospital Al Shifa en la Franja de Gaza, causando víctimas mortales y una gran destrucción. Shayetet 13 también fue la responsable del ataque a la flotilla de Mavi Marmara en 2010. “Son los tipos que ejecutaron a gente en el hospital. Son los que han abordado nuestros barcos, sabemos sus nombres, sabemos que deberían ser procesados en la Corte Penal Internacional”, asegura Wright. “Los hombres y mujeres que forman parte de este comando deben rendir cuentas. Haremos lo que podamos en alta mar”, agrega.  El socio turco de la coalición internacional, la ONG islamista IHH, es considerada una organización terrorista por Israel y tiene prohibida la entrada al país desde 2008, por sus presuntos vínculos con el grupo político Hermanos Musulmanes. IHH encabezó la flotilla que navegó rumbo a Gaza de 2010, cuando murieron una decena de sus miembros. En esta nueva misión, se ha encargado de gestionar la logística del viaje, con la compra de los buques y la recogida de la ayuda humanitaria. Desde el inicio de la guerra en Gaza IHH se ha postulado como uno de los actores más activos de Turquía a favor de los palestinos, con protestas semanales y recogidas de ayuda humanitaria. En diciembre, sus integrantes incluso marcharon hacia la base militar de Incirlik, en el sureste del país y utilizada por Estados Unidos, para protestar por su apoyo a Israel. Ante la prensa internacional mantienen un perfil bajo, comparado con sus compañeros de otras nacionalidades, mientras negocian con el Gobierno turco para que les permita zarpar. Si bien el líder de IHH, Bülent Yildirim, anunció que la flotilla saldría a finales de marzo, la fecha se ha ido retrasando hasta el momento. La coalición internacional de la flotilla participa en una marcha de apoyo a Gaza en Estambul. Aún sin fecha de partida La misión ha sufrido otras demoras, achacadas a problemas técnicos y permisos, y ahora se postula como nueva fecha de partida el próximo viernes 26. “Todavía estamos negociando con funcionarios turcos”, señaló a la prensa Mustafa Özbek, jefe de prensa de IHH. El Ejecutivo no se ha pronunciado en público sobre la flotilla, aunque se cree que no está a favor de su partida desde Estambul debido a la crisis diplomática que se podría desatar si Israel llega a atacar una embarcación llena de activistas internacionales. El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan se encuentra, además, en medio de una crisis de imagen por no haber tomado medidas concretas contra la ofensiva israelí en Gaza. En las últimas semanas ha intentado adoptar un papel más activo, restringiendo la exportación de medio centenar de productos a Israel e invitando a los líderes de Hamás a Turquía para tratar de buscar una solución al conflicto. “Esperamos que Turquía apoye lo que estamos haciendo porque actuamos conforme el derecho internacional. Lamentablemente varios países mediterráneos han colaborado con Israel para mantener el asedio. Antes solíamos zarpar desde Chipre o Grecia, pero ahora lo han frenado por la presión de Israel. No creo que el Gobierno turco haga eso”, señala a elDiario.es Huwaida Arraf, abogada palestino-estadounidense que tiene intención de navegar en la flotilla. La diputada de Podemos Martina Velarde cree también que Turquía ha recibido presiones de otros países. “Nosotras entendemos que sí, que zarparemos. Es verdad que nos han retrasado la partida, que hay presiones internas y de fuera, pero creo que finalmente podremos salir, por eso estamos aquí todavía”, señala a elDiario.es. La coalición ha denunciado presiones por parte de Estados Unidos y Alemania a Turquía para que no salga el barco. En una carta conjunta han pedido la “libertad de navegación en aguas internacionales” y “protección ante las amenazas de asalto pirata violento que anuncia Israel”. En una visita este martes a los barcos que integran la flotilla, en Tuzla, a las afueras de Estambul, Ada Colau reiteró su llamamiento a la acción: “Está todo preparado. Tenemos derecho a navegar y es nuestra obligación actuar para detener el genocidio en Gaza”.    
eldiario.es
Cientos de miles de personas rechazan la asfixia de Milei a las universidades públicas de Argentina
“No se vende, la patria no se vende”, cantaron y vibraron cientos de miles de personas que salieron a las calles este martes en Buenos Aires y otras ciudades de Argentina en defensa de la universidad pública y gratuita. La educación es un derecho, no un privilegio, demostró ser el leitmotiv de una movilización histórica que nucleó a estudiantes, docentes, trabajadores, sindicalistas, organismos de derechos humanos y partidos políticos. Una reacción colectiva y masiva ante el ahogo presupuestario que ejerce el gobierno ultraderechista de Javier Milei contra las universidades nacionales.  La marcha en la ciudad de Buenos Aires desbordó de personas el centro porteño, desde la Plaza de los Dos Congresos hasta el punto cúlmine en la Plaza de Mayo, donde se leyó un documento en el que se denunció la crítica situación que atraviesan las universidades públicas como consecuencia de la motosierra del presidente libertario. Según estimación de los organizadores, se movilizaron unas 800.000 personas. Para el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Jorge Macri, un aliado de Milei, fueron 150.000. Desde el escenario, Piera Fernández de Píccoli, titular de la Federación Universitaria Argentina, leyó el discurso firmado junto al Frente Sindical de Universidades Nacionales y el Consejo Universitario Nacional: “Sin salarios dignos de docentes y no docentes, la universidad pública es inviable (...) Rechazamos la política de ajuste y disciplinamiento”. Entre los oradores, se destacaron las voces de Taty Almeyda, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora y de Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz. Primero habló Taty: “Repudio la decisión del gobierno de Milei de no querer subsidiar a las universidades públicas. Este presidente dice que es una marcha política, sí es política, pero no partidaria”. A su lado, el Nobel enfatizó: “Defendemos el derecho de un pueblo a vivir dignamente. No hay plata para la educación ni la salud, pero sí hay plata para comprar aviones de combate”. Es que días atrás el gobierno argentino le compró a Dinamarca 24 aviones F-16 norteamericanos que Ucrania rechazó. Pese a que Milei repite como un mantra que “no hay plata”, las aeronaves construidas hace casi 40 años cuestan 650 millones de dólares. “Hay que saltar, hay que saltar, más presupuesto para estudiar”, se sumaba al cantito en Plaza de Mayo una chica con un libro grande en su mano que decía de un lado “El futuro”, y del otro “universidad pública y gratuita”. Belén Díaz, estudiante de kinesiología de la Universidad de Hurlingham, dijo al Diario.es cómo se siente en su facultad el ajuste del gobierno. “Se trata de nuestro futuro, de todas de mis compañeras, que venimos hace años estudiando nuestra carrera. Está pasando lo que nunca pasó antes: hoy no prendemos el aire acondicionado, ayudamos con la limpieza, pintura y mantenimiento. Las actividades culturales y deportivas tuvieron que cerrar. Teníamos becas de apuntes y ya no. Y nos recortaron las prácticas en los hospitales”. La situación de las universidades nacionales es crítica: con el mismo presupuesto que en 2023 y con una inflación interanual que supera el 287 % en el primer trimestre, el dinero disponible es a todas luces insuficiente. Frente al anuncio de esta marcha que prometía ser multitudinaria, el Ministerio de Capital Humano informó la semana pasada que se dispuso un aumento del 70 % en marzo y otro se otorgará en mayo por el mismo porcentaje. Esa tibia respuesta del gobierno no hizo mella en la convocatoria a marchar: este martes ha habido movilizaciones en ciudades de todo Argentina, entre ellas, Córdoba, Rosario y Mar del Plata. Manifestantes participan en una movilización del sector educativo contra el gobierno del presidente Javier Milei este martes en Buenos Aires (Argentina). A lo largo y ancho de todo el país hay marchas convocadas por sindicatos estudiantiles, a quienes se sumaron los docentes, contra los recortes en la financiación a la universidad pública practicados por el Ejecutivo del libertario Milei. Débil anuncio Felipe Vega, director del Ciclo Básico Común en la UBA, afirmó al Diario.es que el anuncio del gobierno es engañoso. “El 70% de marzo y el nuevo 70% de mayo no son retroactivos, entonces en un caso es una actualización de 10 meses y en el otro, de ocho. Entonces en realidad es un aumento del 107% contra la inflación anual del 300%. Es insuficiente matemáticamente”.  Vega destacó la reputación de la universidad pública argentina. “Compite en el top 100 de las mejores universidades del mundo. Hasta el 2022 la UBA estaba arriba de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Sao Paulo, y tenemos ocho veces menos presupuesto que México y 15 veces menos que la Universidad de Sao Paulo”.  En Argentina hay 57 universidades públicas. De acuerdo al registro del Ministerio de Educación, 2,16 millones de estudiantes son de universidades nacionales y 551 mil alumnos de casas de estudio privadas. La UBA, con 347 mil estudiantes, es la más grande.  Ningún adoctrinamiento: diversidad Paloma Garay, docente en la carrera Geografía de la UBA se mostró conmovida por la cantidad de personas a su alrededor. “Estoy emocionada porque los estudiantes están muy activos defendiendo la universidad pública. Este gobierno dice que adoctrinamos a los pibes. La universidad pública es la que tiene mayor diversidad de voces, y las que adoctrinan son las privadas. Uno va a la Universidad Católica Argentina, que es una excelente universidad, pero tiene una única visión. En la universidad pública hay católicos y judíos, hay quienes se identifican de izquierda y otros de derecha; pobres y ricos. En la diversidad de miradas se hace la calidad”. Vega también desterró la idea de adoctrinamiento en las aulas. “Es ridículo pensar en el adoctrinamiento ideológico, como lo plantea el gobierno de Milei. Recorriendo la oferta de cátedra es imposible sostener esa afirmación. Por ejemplo, de la Facultad de Ciencias Económicas egresaron, Luis Caputo (actual ministro de Economía), Axel Kisillof (gobernador de la provincia de Buenos Aires), y Carlos Melconian (iba a ser el ministro de Economía de Patricia Bullrich), todos con orientaciones ideológicas diversas. Cuando Milei habla de adoctrinamiento en las aulas es él quien propone que en la universidad se estudien autores que a él le gustan, que son de la escuela austríaca. Lo que está mal es que sólo vean a Rothbard, Hayek, Friedman. También tienen que ver a Marx y Keynes. Afortunadamente el poder político no puede intervenir porque las universidades son autónomas”.  La marcha mostró diversidad política con la presencia de Kisillof, peronista de izquierda, pasando por representantes de la centrista Unión Cívica Radical, hasta el ex candidato presidencial Sergio Massa, peronista de centro y otras formaciones de izquierda. Manifestantes participan en una movilización del sector educativo contra el gobierno del presidente Javier Milei este martes en Buenos Aires (Argentina). A lo largo y ancho de todo el país hay marchas convocadas por sindicatos estudiantiles, a quienes se sumaron los docentes, contra los recortes en la financiación a la universidad pública practicados por el Ejecutivo del libertario Milei. Centros de estudiantes de universidades privadas se sumaron a la movilización. Celia Cabrera, enfermera egresada de una casa de estudios privada, aseguró: “Me formé en la universidad privada pero apoyo la educación pública porque tengo mucha familia que salió de la universidad pública y que son docentes de la UBA. Defiendo la escuela pública, que es una gran contención social, es un gran apoyo que tiene que estar garantizado por el Estado”, dijo, agitando un pañuelo azul que decía “educación pública”. Gabriela Piovano, destacada infectóloga del Hospital Muñiz, participó de la marcha. “Si la educación es privada y la salud es privada entonces no te mueve el interés por el conocimiento sino por el dinero. El Muñiz es un hospital escuela, no depende del presupuesto de la UBA, pero sí depende del presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires, gobernada desde hace más de 25 años por el neoliberalismo, que tomó como práctica el achicamiento tanto de la salud como de la formación académica. Ha habido residencias en hospitales públicos que quedaron vacías porque el salario que se les ofrecía era miserable, entonces estos estudiantes han optado por hacer las prácticas en hospitales privados”. Ajuste y falta de luz en las aulas El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires declaró la emergencia y se decidieron algunas medidas como el ahorro de energía. Entre abril de 2023 y marzo de 2024 las tarifas de luz aumentaron un 500 % frente a un presupuesto congelado. El salario de los docentes y no docentes perdió un tercio de su valor en los últimos meses, desde la devaluación de 54,3% decidida por Milei al llegar a la Casa Rosada, el 10 de diciembre. Sofia Rivas, estudiante de ingeniería informática, de la Facultad de Ingeniería de la UBA, contó cómo viven el ajuste en su lugar de estudio. “Se recortó el uso de ascensores, de seis se usan dos, se redujeron las clases presenciales y el dictado de clases a la noche, para usar la luz natural”.   La UBA, como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), representan espacios de prestigio académico y son parte del patrimonio argentino. Victoria García, delegada de ATE -Conicet (Asociación de Trabajadores del Estado del Conicet) señaló, a modo concluyente: “Para nosotros y nosotras como trabajadores del Conicet esta movilización nos toca muy de cerca porque estamos en la misma condición que los docentes, afectados por la crisis presupuestaria enorme que se debe a a la decisión del gobierno nacional de ahogar presupuestariamente a las universidades, en un ataque en general a lo público y en particular a la ciencia y a la cultura”. 
1 d
eldiario.es
La ONU pide investigar los muertos en una fosa común en Gaza mientras son exhumados otros 35 cuerpos
El jefe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, ha pedido que se investiguen las muertes de las más de 300 personas que han sido encontradas desde el viernes pasado hasta este martes en fosas comunes en el complejo médico de Nasser, en la localidad de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Los equipos de rescate de la Franja han exhumado este martes otros 35 cadáveres, tras descubrir otras tres fosas comunes en el recinto hospitalario. Türk ha dicho que son necesarias unas “investigaciones independientes, efectivas y transparentes”, agregando que en ellas deben participar investigadores internacionales “dado el clima de impunidad que prevalece” en este conflicto. Además, ha afirmado estar “horrorizado” por la destrucción de los complejos médicos de Nasser y Al Shifa –este último ubicado en la Ciudad de Gaza, en el norte de la Franja–, ambos asediados y asaltados por las tropas israelíes, y atacados de forma repetida en los pasados seis meses y medio de guerra. “Los hospitales gozan de una protección muy especial bajo el derecho internacional humanitario. Y el asesinato intencional de civiles, detenidos y otros que no participan en los combates es un crimen de guerra”, ha denunciado el responsable de Derechos Humanos de la ONU. El complejo de Al Shifa, que era el más importante de Gaza antes de la guerra, quedó destruido después de repetidos ataques y asedios por parte del Ejército israelí, que alegó que sus instalaciones estaban siendo empleadas por el grupo palestino Hamás y sus combatientes. El complejo de Nasser corrió una suerte parecida, después de que las tropas israelíes tuvieran como blanco el hospital y sus alrededores. Este martes, los equipos de rescate de la Franja han encontrado otros 35 cuerpos en una fosa común en el Hospital Nasser, según la agencia de noticias palestina Wafa. El lunes, la Defensa Civil gazatí anunció que había recuperado un total de 283 cuerpos cadáveres entre el viernes y el lunes, en el reciento hospitalario, y afirmó que algunos de los fallecidos habían sido víctimas de “ejecuciones sumarias durante la incursión terrestre” del Ejército israelí. Wafa ha informado este marte que la mayoría de los cuerpos encontrados son de ciudadanos “que fueron asesinados por las fuerzas de ocupación durante su irrupción en el complejo y que fueron enterrados de forma colectiva en su interior”. La agencia ha agregado, citando a fuentes palestinas y residentes de Jan Yunis, que cientos de personas permanecen en paradero desconocido después de la retirada de las tropas israelíes de esta ciudad, la principal del sur de la Franja. El Ejército lanzó su ofensiva terrestre contra Jan Yunis a finales de enero y no se retiró de la zona hasta este mes de abril, cuando anunció el repliegue de la mayoría de las tropas desplegadas en Gaza. Los residentes de Jan Yunis que han regresado a la ciudad se han encontrado con una ciudad devastada e irreconocible, tal y como se puede apreciar en las imágenes. Muchos de los habitantes de Jan Yunis y otras localidades en las que entraron las fuerzas israelíes huyeron a la zona de Rafah, en el extremo sur de la Franja, fronteriza con Egipto. Allí se refugian más de un millón de palestinos en alojamientos informales y tiendas de campaña. Por ello, Türk ha vuelto a advertir hoy de que una ofensiva contra Rafah “conllevaría el riesgo de más muertes, heridas y desplazamiento a gran escala”. En los pasados seis meses y medio de guerra, han fallecido en Gaza más de 34.100 personas y 77.000 han resultado heridas, según los últimos datos de las autoridades locales. Dos millones de gazatíes se han visto desplazados de sus hogares, esto es, la gran mayoría de los 2,3 millones de habitantes de la Franja.
2 d
eldiario.es
Borrell, sobre Netanyahu: “Si no quieres que los palestinos tengan su estado, tienes que decir qué solución tienes en mente”
“No podemos decir que esto es sólo un problema humanitario. Es también político. Tenemos que buscar una solución política basada en la solución de los dos estados. ”Si alguien no cree en esa solución tiene que decirnos cuál es la alternativa. No queréis que los palestinos tengan su estado para vivir en paz y seguridad al lado de Israel, tienes que decir qué otra solución tienes en mente para asegurar la paz, la prosperidad y la seguridad para estos dos pueblos que por demasiado tiempo han luchado por una misma tierra“. Así se ha pronunciado el alto representante, Josep Borrell, en un debate en el Parlamento Europeo en el que no ha mencionado expresamente a Benjamín Netanyahu, que se ha negado a aceptar esa propuesta que está escrita incluso en las resoluciones de la ONU. El debate estaba convocado para hablar sobre los ataques a los trabajadores humanitarios en la Franja de Gaza, que superan los dos centenares. Borrell ha sido muy crítico con la situación y, específicamente, con la respuesta que ha dado Israel a algunos de esos ataques sobre personal laboral de organizaciones humanitarias o periodistas que, en la ocasión de la organización liderada por el chef José Andrés, atribuyó a un “error”. “La pregunta es cuántos errores han ocurrido antes sin ser reconocidos”, ha reprochado el jefe de la diplomacia europea, que también ha insistido en que los periodistas deben “ser protegidos” y se les debe permitir el acceso a Gaza para garantizar la libertad de prensa. Borrell ha reiterado la posición consensuada en la UE de exigir la liberación de los rehenes capturados por Hamás, implementar una pausa humanitaria que conduzca a un alto el fuego permanente y avanzar hacia la solución de los dos estados al tiempo que ha advertido de que se debe de evitar una operación masiva en Rafah, que ha repetido sería “catastrófica” porque hay 1,3 millones de personas en la calle con “un plástico sobre sus cabezas como escudo”. También ha apelado a la necesidad de mantener el respaldo a la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, y se ha apoyado en el informe elaborado por la exministra francesa de Asuntos Exteriores Catherine Colonna que asegura que Israel sigue sin “proporcionar pruebas” que vinculen a los trabajadores de la UNRWA señalados por supuestos vínculos con los atentados de Hamás. El portavoz del PP Antonio López Isturiz se ha quejado de que se “acuse a Israel de ser un estado genocida que mata trabajadores humanitarios” y ha defendido que ha mostrado “responsabilidad y arrepentimiento”. El eurodiputado de Vox Herman Tersch ha aprovechado su intervención para hacer un discurso xenófono. “En Occidente hemos logrado que las calles se están llenando de inmigrantes, de islamistas, gritando que quieren destruir Israel, que quieren Palestina desde el río hasta el mar, es decir, liquidar a Israel. ”Es lo que hemos logrado como reacción con estas acusaciones que se han hecho a Israel con tan poco fundamento“, ha asegurado, a pesar de que en Gaza han sido asesinadas más de 34.000 palestinos. También ha acusado a Borrell de estar ”protegiendo a Irán“. “Lo que no hace esta Unión Europea lo están haciendo más de 1.000 activistas en Estambul, que van a salir en la flotilla de la libertad para llevar a la Franja de Gaza más de 5.000 toneladas de ayuda humanitaria, pero están varados allí porque Israel ha dicho que los va a atacar”, ha advertido el eurodiputado de IU Manu Pineda, que ha preguntado si la UE “va a hacer algo para proteger a los 500 europeos que van en esa flotilla”. “Israel es un tumor en Oriente Medio, que está echando metástasis, que quiere convertir este genocidio en un conflicto regional para apartar el foco, para que no hablemos de genocicio sino de una guerra entre judíos y árabes”, ha sentenciado Pineda, que se ha quejado de que se sancione a Irán por el ataque a Israel, que ha recordado atacó primero su consulado en Damasco. La afirmación sobre el cáncer ha provocado la queja de la eurodiputada liberal sueca Abir Al-Sahlani, que ha pedido a la Eurocámara que investigue si es un discurso antisemita. La presidenta ha dicho que se investigará. Las fuerzas progresistas han reclamado la revisión del acuerdo comercial con Israel por las violaciones del derecho internacional. “Vamos a hablar de sanciones al Gobierno de Israel y de establecer una relación diplomática más restrictiva”, ha pedido el riojano César Luena. “La masacre de octubre no debería haber sucedido pero tampoco esa guerra contra Gaza”, ha dicho el parlamentario de ERC Jordi Solé, que considera que se deberían investigar “crímenes de guerra” de las dos partes.
2 d
eldiario.es