A la Presidencia de la Autoridad Portuaria

Recientemente hemos podido leer en distintos medios declaraciones de la señora presidenta de la Autoridad Portuaria de la provincia de Las Palmas, declaraciones tales como: 

“La presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Beatriz Calzada, ha advertido de que, si no prospera la planta de gas que proyecta la empresa Totisa en el puerto de La Luz, necesitarán demandar más electricidad a la central térmica de Jinámar, lo que generará más contaminación”. “Endesa operará como central eléctrica del Puerto si decae Totisa”. “Me transmitieron su preocupación (se refiere a las patronales del puerto), que comparte esta presidencia. Les inquieta que se geste una semilla que cuestione las necesidades de este puerto”.

Queremos pensar que este tipo de declaraciones vienen más motivadas por un asesoramiento técnico muy deficiente, que, por un intento de manipular la opinión pública para defender un proyecto, como el de TOTISA que, a todas luces, es nefasto para la ciudad y lo que es peor, es completamente innecesario. Las declaraciones son desafortunadas por los siguientes motivos:

La central térmica de Jinámar es una central en vías de extinción. Sirva de referencia que ya en el 2019 (último año del que tenemos datos) esta central tan solo produjo el 14% de la energía necesaria de la isla, correspondiendo a Barranco de Tirajana el protagonismo del resto de la producción, conjuntamente con ese 20% de penetración de renovables. Los que estamos en contra de TOTISA, estamos pensando en esa entrada del Salto de Chira que elevará la penetración de renovables a un 50 o 60%. Pensamos en la eólica marina por la que el Cabildo de Gran Canaria, con mucho acierto, esta apostando fuerte. Estamos pensando en esas estrategias del ITC que diseñan una penetración de renovables de tal calibre, que pretenden descarbonizar la economía de Gran Canaria para el 2040. Para ello el proceso de electrificación es imparable, tal como se prevé para el parque móvil que aumentará la demanda eléctrica en un 50%, pero ello  no nos obliga a poner una chimenea en el garaje de casa. Estamos pensando, en definitiva, en el cambio de paradigma que significa dejar atrás los combustibles fósiles, para abrazar todo lo que nos ofrece la generación sostenible y ecológica. De todas formas, ¿de qué sirve no aumentar la contaminación de las centrales actuales si la trasladamos al interior de la ciudad?. La señora presidenta no se hace a la idea del problema de logística e infraestructura que se le viene encima con las reformas de las instalaciones que tendrá que realizar, porque entendemos que se sabe que alimentar un buque no es coger un alargador cualquiera y un par de regletas. En la actualidad las instalaciones eléctricas del puerto se basan en una serie de líneas de distribución (muy posiblemente de 20 kV) que parten de la subestación de Muelle Grande. Estas líneas alimentan centros de transformación donde la tensión se pasa a 400/240 voltios para abastecer a los distintos receptores. Si se tiene en cuenta que ahora se deberá poder alimentar hasta cruceros que pueden llegar a consumir 15 MW, estas alimentaciones se deberán de llevar a cabo en media tensión. Si además se piensa que una línea de 20 kV con 10 MW ya va saturada, necesitamos una infraestructura mucho más compleja que poner a Endesa a operar como “Central Eléctrica”. Efectivamente, nuestra señora presidenta no debería descartar la posibilidad de poner varias subestaciones en distintos puntos estratégicos del puerto, pero no de Endesa (por los problemas señalados de 20 kV), sino de Red Eléctrica para poder aprovechar los beneficios de las instalaciones de 66 kV. En este punto conviene recordar que hablamos de posibles tergiversaciones, porque estas infraestructuras habrá que realizarlas tanto si se implanta TOTISA como si no. Si nos miramos el proyecto de esta empresa podemos observar cómo la evacuación de la energía se limita a una línea en 66 kV que va directamente a Muelle Grande, sin más instalaciones que posibiliten alimentaciones al puerto. Por tanto, la generación producida en esta central pasará por Muelle Grande, de donde se encausará para el muelle o para el sistema eléctrico de Gran Canaria, estando aquí otra de las tergiversaciones, dado que la repotenciación de Muelle Grande y su conexión con el sistema eléctrico de Gran Canaria es bidireccional, porque no solo se necesita para alimentar el puerto, sino para poder evacuar la energía producida por TOTISA. Las necesidades del puerto y su desarrollo no se ponen en absoluto en cuestión, es más se potencian y se priorizan frente a aquellos que, de manera miope, aúnan estas necesidades a la implantación de una instalación de una empresa privada, dando a entender que, si no se lleva a cabo, el puerto no cumplirá sus objetivos. Decimos lo de miope porque implícitamente se está reconociendo que el día que esta instalación falle por una avería, por necesidades de mantenimiento o simplemente porque la empresa quiebre debido a una mala gestión, la viabilidad del puerto se vería comprometida. Los que nos oponemos a TOTISA simplemente estamos diciendo que el problema de contaminación que tiene el puerto es el mismo que tiene el resto del territorio insular y por tanto la solución para este viene de la mano de la solución para el resto. Cuando comenzaron a implementarse los sistemas eléctricos cada zona hacía la guerra por su cuenta, dándose la circunstancia de rafaque distintos municipios tenían distintas soluciones. Cuando se comenzó a comprobar las ineficiencias de esta solución, se comenzó a instaurar la idea de que cuanto más interconectado y mayor era el sistema eléctrico mejores eran sus resultados. Si ahora en las islas se está buscando, de manera perentoria, el enlazar sus sistemas eléctricos, no es razonable que algunos intenten ir por libre creando islas energéticas desligadas del resto.

El proyecto de TOTISA es una sinrazón a todas luces, ya no solo por problemas sanitarios, que también, ya no solo por problemas de contaminación, que también, ya no solo por intereses económicos de una empresa privada que solo busca el beneficio propio, que también, sino porque es ineficiente desde el punto de vista técnico, porque crea una dependencia parasitaria de un elemento estratégico como es el puerto y porque no da una solución plausible a las necesidades de los habitante de Las Palmas ni de la isla en general.

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