Al PP no le preocupan los insultos de Maduro: «No somos Zapatero o Albares. Sería peor que nos aplaudiera»

Venezuela se ha instalado en el centro del debate político español y su salida de ese foco de atención parece que va a perdurar en el tiempo. Al menos, mientras siga el conflicto que mantiene a Nicolás Maduro en el poder y al líder de la oposición y presidente electo de ese país en España. Una presencia que escuece al régimen chavista , que este fin de semana no dudaba en calificar a Alberto Núñez Feijóo de «ladrón vinculado al narcotráfico» y a Isabel Díaz Ayuso de «falangista». «Quiero decirle a Maduro que sus insultos nos importan muy poco, nos sentimos honrados con que nos insulte y nos preocuparía más que nos viera como sus socios o nos tratara con amabilidad. Preferimos estar en el lado de los políticos insultados , sería peor que nos aplaudiera», ha señalado Borja Sémper este lunes. «Nosotros no somos el PSOE, ni Zapatero, ni Albares ni el señor Sánchez y no tenemos ningún interés en mirar con condescendencia a los dictadores», ahondó el portavoz del PP, quien pidió al Gobierno que no se quede inmóvil ante estas declaraciones y que pida explicaciones al gobierno chavista por los insultos a la presidenta de la Comunidad de Madrid y al líder de la oposición. «Querría pensar, que si hace unas semanas España retiró al embajador de Argentina porque su presidente había insultado a la mujer del presidente del Gobierno, que no es ningún cargo institucional, en justa correspondencia debería ahora declarar la guerra -de manera figurada, aclaró- a Venezuela por los insultos a una alta autoridad del Estado como es la presidenta de la Comunidad de Madrid y al líder de la oposición. El Gobierno tendrá que decir algo. Nosotros no pedimos que se retire al embajador, pedimos que la política exterior no funcione en virtud del estado de ánimo o de las preferencias personales del señor Sánchez», señaló. Sémper, además, habló de que el Partido Popular va a seguir impulsando en las próximas semanas que se unirán a su ley de conciliación y entre las que la vivienda tendrá un papel relevante en el futuro más cercano. También le pidió al Gobierno que acabe de una vez con la crisis humanitaria en materia de inmigración que mantiene a Canarias en una situación de urgencia. «La crisis migratoria sigue siendo una crisis que necesita una solución urgente y un acuerdo entre todas las fuerzas políticas. Estos dramas no se pueden repetir. Esto se tiene que acabar», puntualizó.

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