La pala, sí, la pala al hombro, para trajinar en el desastre, es la estampa primera y última del Levante herido, esa franquicia del infierno. Llegó la DANA, creció el caso, se hizo el horror , y el gentío se hizo con una pala para ir, en romería animosa, a achicar la desesperación y sacar lodo del pánico. Contra el infinito del mal, hemos levantado una pala. Hemos visto un ejército urgente de espontáneos que encuentran en la pala un remedio, y así se han puesto en fila a invadir la zona, porque la pala les sale del alma. Me ha emocionado hasta el ahogo ese cinturón de gentes que se reúne, desde Valencia, pala en mano, bajo trote de... Ver Más
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