Por su infatigable esfuerzo en la lucha por el recuerdo, la dignificación, la justicia y la reparación de todas las víctimas del golpe de Estado de 1936, de la Guerra Civil y de la dictadura franquista y por su sensibilidad, inteligencia, compromiso y su permanente amabilidad
El sábado 26 de octubre por la noche, aprovechando el descanso del fin de semana, en casa y disfrutando del emocionante discurso de Serrat con motivo del premio Princesa de Asturias de las Artes 2024 recibido, me enteré del fallecimiento de Ana Messuti. Era abogada, especialista en filosofía del Derecho Penal, Funcionaria de Naciones Unidas y doctora en Derecho por nuestra Área de Derecho Penal de la Universidad de Salamanca.
Ferviente defensora de la Justicia Universal, Ana Messuti fue una de las abogadas que acompañó a las víctimas del franquismo en la llamada “querella argentina” contra los crímenes de genocidio y de lesa humanidad cometidos por la dictadura franquista, mostrando siempre una sensibilidad especial hacia las víctimas y familiares que sufrieron las atrocidades cometidas contra los derechos humanos durante las cuatro largas e interminables décadas. Ana Messuti consideraba que la Ley de Amnistía española de 1977 “transgredía los principios del Derecho Internacional y los Pactos Internacionales relacionados con la materia”. Aseguraba, además, que “considerar prescritos crímenes tan graves como la tortura practicada sistemáticamente revela la voluntad de no juzgarlos”.
Desde que se instaló en Madrid, venía con cierta frecuencia a Salamanca -en cuya universidad obtuvo el título de Doctora- para participar activamente en cualquier jornada, seminario, reunión o congreso sobre justicia universal y crímenes de guerra, genocidio y lesa humanidad organizados por el Área de Derecho Penal o por la Clínica Jurídica de Acción Social, ambas de la Universidad de Salamanca y a encuentros y homenajes de memoria histórica organizados por la asociación “Salamanca por la Memoria y la Justicia”.
En otro orden de cosas, Ana Messuti dedicó buena parte de su actividad investigadora a sus reflexiones filosóficas críticas sobre la pena privativa de libertad, a la que consideraba como “la exclusión del espacio y tiempo sociales, porque la exclusión del espacio social equivale a la privación del tiempo social”. El tiempo que transcurre durante la privación de libertad, decía, “es el tiempo de un sujeto escindido, no ya de su cuerpo, del que no se puede escindir, sino de su persona en cuando a ser social, de su poder ser, como posibilidad abierta a múltiples posibilidades”. Según Ana Mesutti, “desde esa perspectiva, en este sentido, está mucho más cerca de la pena de muerte de lo que solemos pensar”. Como estudioso que también soy de la pena privativa de libertad, tuvimos varios y profundos debates sobre la materia, llegando a la conclusión de que la pena de prisión tal y como está concebida en la práctica y en la mayoría de sus sistemas penales actuales, debe ser sustituida por otras de diferente naturaleza, por su contenido hostil, desocializador y estigmatizante.
Por su parte, desde la asociación “Salamanca por la Memoria y la Justicia”, la noticia del fallecimiento de Ana Messuti nos ha producido una inmensa tristeza. Por su infatigable esfuerzo en la lucha por el recuerdo, la dignificación, la justicia y la reparación de todas las víctimas del golpe de Estado de 1936, de la Guerra Civil y de la dictadura franquista y por su sensibilidad, inteligencia, compromiso y su permanente amabilidad. ¡Descansa en paz, Ana. ¡Te recordaremos siempre, querida amiga y compañera!
eldiario.es