Han fallado todos. Los errores y la incompetencia han añadido horror a la catástrofe. Ha errado la previsión: la AEMET. Se quedó muy corta. La previsión francesa sobre lo que venía, estimando en 400 litros lo que iba a caer en determinadas zonas de nuestro país, fue mucho mas alarmante y precisa que la española. La comunicación ha sido nefasta: meses y años de continuos catastrofismos escenificados en los informativos televisivos, donde llevamos meses oyendo repetidos gritos de "¡que viene el lobo!", han acabado por anestesiar a las gentes, que se tomaron la cosa, tampoco presentada como excesiva amenaza, como "otra DANA más de esas". Y esta vez llegó el infierno. Ha fallado la alarma: tardía y sin contundencia. Y hasta ha fallado el sentido común al intentar salvar el coche antes que la vida.
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