La lluvia de millones para los afectados por la riada no tapará la indecencia de tener a un presidente del Gobierno alardeando de su gestión contra el cambio climático en Bakú mientras en las calles de Alfafar, Catarroja, Masanasa o Sedaví hay evidencias dramáticas de que sus discursos ideologizados han protegido a los ciudadanos frente a la virulencia de los fenómenos naturales. Leer
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