El Ingenio, el icónico local de la calle de Rauric fundado en 1838 como centro de producción de cabezudos y gigantes por Benet Escaler, suma cuatro años de cierre y muchas vicisitudes que no merecía por su trayectoria y carácter. El enésimo capítulo se escribe ahora con una batería de obras urgentes que asumirá el ayuntamiento para garantizar la seguridad del local y frenar su declive. Desde que lo compró en 2022 no ha encontrado inquilino que se decida a explotarlo, ante sus particulares características arquitectónicas, su nivel de protección como comercio emblemático protegido (en la categoría E1 de Gran Interés) y el mal estado del inmueble.
Seguir leyendo....
elperiodico.com/es/