No es la primera vez que Belén Esteba n se pronuncia sobre la muerte. El pasado septiembre, con motivo del fallecimiento de Jimmy Giménez-Arnau , la tertuliana desveló cómo quería que fuera su funeral . «Yo quiero que me velen. Pareceré muy antigua, pero me han educado así. Aparte de que vengan mis amigos, quiero que mi familia me vele por la noche», explicó, durante una de sus colaboraciones habituales en 'Ni que fuéramos shhh' . Además, señaló uno de sus temores: «Me da mucho 'yuyu' pensar en quedarme ahí sola». Con estas palabras, hacía referencia al miedo a que nadie pasase la noche junto a ella la noche en la que estaría en el tanatorio. También deslizó las instrucciones que sus seres queridos tienen que seguir para cumplir su última voluntad: «Quiero que la caja esté tapada y que haya una foto mía al estilo americano. Una foto mía en la que salga guapísima. Me gusta la primera que tenían en Telecinco, pero no la he conseguido». Y consciente de su gran repercusión, ha elaborado una lista de personas a las que prohíbe su entrada en el tanatorio: «Hay personas que no quiero que entren en mi velatorio y si van, quiero que las echen». Quizá, esos nombres, están en la carta que ha dejado escrita, por si le ocurre algo, en la que explica lo que quiere que haga «mi amigo Raúl » tras su deceso: «Las tiene que hacer él». «Yo tengo todo muy bien hecho por si algún día me pasa algo y a mí lo único que me preocupa es mi hija, mi madre y mi marido», dijo sobre el testamento. Ahora, Belén Esteban ha vuelto a hablar de la muerte. Este miércoles, la de San Blas y Javier de Hoyos se pusieron al frente del programa vespertino de TEN. Al comenzar, ambos aparecieron delante de un croma y desconocían las imágenes que se estaban emitiendo a sus espaldas. La curiosidad hizo que la tertuliana mirase uno de los monitores y se percatara de que desde realización le habían sepultado en «un sarcófago, en la tumba de Tutankamón». Algo que no le gustó. Sin embargo, lo que hizo que se enfadase fueron las preguntas que le hizo su compañero de batallas. «¿Tú que prefieres que te quemen o que te metan en una tumba?», dijo de Hoyos. A lo que respondió: «No lo sé. No lo sé todavía. No pienso… Es que me da mucho miedo, pero yo creo que es mejor que te incineren». En su actitud se vio que le incomodaba la temática y cierto nerviosismo. Por eso, ante las preguntas de su compañero, terminó estallando. Hasta el momento culmen de la conversación, se le preguntó sobre si quería que le metieran sus joyas con ella -«qué joyas si me las robaron» y el lugar en el que quería que echasen sus cenizas si, finalmente, la incineraban -«mi familia sabe lo que tiene que hacer»-. No obstante, lo que hizo que aumentase su enfado fue la proposición que le hizo el periodista: descansar eternamente en Ambiciones , donde reside Jesulín de Ubrique . «¿Eres tonto, Javi?, respondió con semblante serio. «Que no voy a hablar de eso, que no me insistas. De verdad, que no quiero», añadió.
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