Borja Jiménez ha recibido este sábado el premio como triunfador de la feria de Latacunga. Debutó en Ecuador por todo lo alto, indultando un toro de Ortuño y cortando dos orejas y rabo simbólicos. Este domingo, el coso celebrará el festival de cierre de Feria. Compartió cartel con El Fandi, que recibió el premio a Mejor Faena, y Manuel Escribano, Premio a la Torería. El de Espartinas anduvo firme con el tercero de la tarde, pese al fuerte viento que se levantó. La poca duración del animal y el fallo con la espada hicieron que todo terminara en una ovación. Sin embargo, el premio llegó con el sexto. Según informa Aplausos, con Chaparrón llegó la bravura a la tarde, pero también un aguacero. Borja mostró su versión poderosa, técnica y profunda, y así se vio en su muleta, ante un toro que respondía con clase y casta, como ya mostró en el caballo. Todo lo hicieron ben toro y torero, y las dos orejas y rabo simbólicos fueron a las manos del triunfador de San Isidro, mientras que el de Ortuño volvió al campo. Clamorosa fue la salida del torero, que ha caído de pie en Ecuador. Le acompañaron en la tarde triunfal sus dos compañeros. A el Fandi le tocó en primer lugar un toro de Huagrahuasi de vuelta al ruedo al que le cortó las dos orejas. Lo toreó de capa por verónicas, chicuelinas y zapopinas, compartió el tercio de banderillas con Manuel Escribano, y comenzó con la franela de rodillas en una faena de emoción. Volvió a confirmar su condición de toreo de ídolo en el país de nuevo con el cuarto, pero los dos pinchazos previos a la estocada le impidieron tocar pelo, que no recibir el cariño de la afición, que le sacó a saludar al grito de «¡torero, torero!». Mucha calidad tuvo este cuarto, al que puso cuatro pares de banderillas, y abrochó la faena por manoletinas. Recibió el granadino una voltereta cuando banderilleaba al segundo de la tarde junto a su compañero, aunque sn consecuencias. Manuel Escribano recibió a ese toro de Triana con dos largas cambiadas, y destacó en banderillas junto a El Fandi. La faena tuvo importantes momentos por la diestra, por donde el toro colocaba la cara con humillación y repetición. Inteligente estuvo al natural, dejándole la muleta en la cara. Se pasó un poquito de faena, por lo que tuvo mérito la estocada en dos tiempos. Dos orejas al esportón, a las que sumó otra en el quinto, al que toreó de capa por un farol, una larga cambiada, verónicas, chicuelinas al paso y un quite por caleserinas. De nuevo protagonizó el segundo tercio. El de Huagrahuasi fue exigente en la pañosa, con las complicaciones que ello conlleva, y el público disfrutó de la vibrante faena.
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