La historia de la ciencia está repleta de relatos de grandes mentes chocando, de debates acalorados y de rivalidades que, lejos de ser un obstáculo, han sido el motor de muchos descubrimientos. Estas pugnas intelectuales, más allá de la anécdota, son un elemento intrínseco al proceso científico. Y es que las rivalidades científicas son, en esencia, el resultado de la naturaleza humana y de la propia dinámica de la investigación. Los científicos, como cualquier otro ser humano, son ambiciosos, buscan reconocimiento y desean ser los primeros en desvelar los misterios de la naturaleza. Cuando dos o más investigadores se encuentran explorando el mismo terreno, es inevitable que surjan tensiones y desacuerdos. Estas rivalidades pueden ser un catalizador para la innovación... Ver Más
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