Carlos Alcaraz pone a prueba su energía en el doble exigente examen final

A finales de 2023, Carlos Alcaraz celebraba un gran año: seis títulos, entre ellos Wimbledon, y finalista en Roland Garros y Cincinnati. Y aun así, hubo un toque de atención. «El pero de esta temporada es que a partir del US Open hemos bajado el nivel un poquito y ese aspecto hay que mejorarlo. Hay que estar más concentrado en ser profesional todo el tiempo: tanto lo que pasa en esas tres horas en pista en el entrenamiento como el resto de las horas fuera. No han sido tantos torneos, pero sí muchos partidos. Y tiene que entender que si eres muy bueno vas a jugar muchos de estos partidos mucho tiempo», decía aquellos días Juan Carlos Ferrero en una crítica pública por ese apagón otoñal antes de poner la zanahoria y el anzuelo: «Son veinte años y sabemos que lo sabe y que lo está intentando mejorar». Presto para aprender y mejorar, ya intentaba asimilarlo de palabra entonces: «Juanki tiene toda la razón: tengo que aprender que la temporada de un tenista es de enero hasta noviembre. Quizá eso me ha costado asimilarlo en la última parte. Que no se acaba en agosto o septiembre; llega hasta noviembre». A finales de este 2024, con 21 años, celebra el título en Roland Garros, otro Wimbledon y la plata olímpica, y se ha propuesto demostrar en la pista que aquellas palabras de 2023 calaron en su progresión. «Vengo aquí con el objetivo de ganar. Quiero sumar este título», exponía recién aterrizado en Turín siempre convencido de que lo puede hacer, que ya ha demostrado que tiene todo para lograr lo que se proponga. Por tenis y por mentalidad: «Aprendí mucho este curso. Algunas derrotas fueron dolorosas. Me conozco más como persona y jugador, lo que necesito hacer, dentro y fuera. No solo tengo los objetivos en la pista, también lo que tengo que hacer en los días libres, cuántos días necesito antes de los torneos para prepararme lo mejor posible». Es decir, ser profesional en todo. El palo de Ferrero que quiere convertir en otra virtud. «El año pasado fue un final de año difícil para mí. Los dos últimos partidos aquí fueron bastante buenos pero en los dos anteriores y los tres torneos no jugué a mi mejor nivel, así que me di cuenta de que tenía que cambiar un poco en esta época del año, como he hecho ahora», advertía después. Sin olvidar que este noviembre es largo, pues después de Turín tiene otro objetivo y de los grandes: liderar al equipo español para conquistar la Copa Davis. Un doble reto mayúsculo tras once meses de traca. Las palabras, no obstante, tendrá que refrendarlas primero esta semana en el Inalpi Arena. En otra pista compleja a la que tiene que acostumbrarse a la carrera después de pasar por la hiperrápida de París-Bercy con no muy buenas sensaciones: perdió en segunda ronda ante Ugo Humbert entre quejas por los constantes cambios: «Cuando jugué el primer partido salió la estadística de que era la pista más rápida del circuito en Masters 1000. Es una locura. No sé por qué han cambiado tanto de un torneo a otro». Una corta fase de adaptación que también pagó en la pasada Copa de Maestros. Para intentar paliar la brusquedad de las condiciones, Ferrero instaló la pista turinesa del año pasado en el cuartel general de Villena. «He oído que es más lenta que el año pasado, pero aun así sigue siendo bastante rápida», alertaba Daniil Medvedev tras perder con Taylor Fritz . Pero sabe Alcaraz que se tiene que abstraer de todo eso, porque el suelo es igual para todos y lo que depende de él está en su mano. Ha tenido entrenamientos de nivel aunque no haya podido ganar ninguno de los sets contra sus compañeros de torneo: 6-3 le ganó Zverev, 7-5 Medvedev y 6-4 Fritz. Ayer fue el brasileño Juan Carlos Prado Angelo, de 19 años, quien se atrevió a ser su 'sparring'. Aunque apenas se llevan dos años, ahora es Alcaraz el referente del que aprender, mientras él sigue en ello. Para hacerse aún más grande, persigue con empeño esta Copa semejante a un Grand Slam y que tanta dificultad ha tenido entre los españoles. Su lugar a final del calendario, la superficie rápida y el juego comprimido bajo techo han complicado siempre la empresa y permanecen como los únicos «maestros» Manuel Orantes (1976), Álex Corretja (1998) y Garbiñe Muguruza (2021). Hoy inicia el camino a la gesta que anhela contra Casper Ruud (25 años y 7 del mundo), a quien ha ganado en las cuatro citas anteriores (no antes de la 14.00 horas, Movistar+); en sesión nocturna, a las 20.30: Zverev-Rublev.

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