Celebración de los 25 años de sacerdocio de Manuel Sánchez de Heredia y una década en Dos Hermanas

Hace ya diez años que llegó un nuevo párroco a la parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas, Manuel Sánchez de Heredia , y pronto se hizo con el templo y su feligresía. Aunque venía de Osuna , nació en Écija, es el segundo de cuatro hijos de Domingo Sánchez Sánchez y María de la Luz de Heredia Tamariz-Martel y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla. Sin embargo, pese a que su profesión iba a ser la Medicina, de hecho tiene cursos de doctorado en Pediatría, su vida dio un giro radical y optó por dedicar sus días a la Iglesia. «Desde el tercer curso en la facultad, los fines de semana desarrollaba labor de catequista en una parroquia de Écija , en una zona deprimida económica y culturalmente. Junto al grupo de amigos también catequistas impartíamos clases particulares gratuitas en verano a los niños del barrio. Y fundamos una asociación cultural para dinamizarlo. También organizábamos vigilias de oración en el Monasterio de las Madres Concepcionistas franciscanas. Entre las catequesis y los encuentros de oración y la preocupación por una buena formación, haciendo algunas asignaturas de teología a distancia , va surgiendo la atracción hacia el ministerio sacerdotal. Aún así, al terminar demoré un año la decisión por un problema familiar», señala Sánchez de Heredia. «En tercero de carrera, y tras la experiencia pastoral en Lora del Río, entendí q ué quería el Señor para mí; después estuve en El Coronil, Corpus Christi de Sevilla y terminé como diácono en Carmona», añade el Pater. El 19 de septiembre de 1999 se ordenó presbítero y tuvo como primer destino pastoral Osuna , donde era capellán de las Hermanas de la Cruz y vicario parroquial en la de Nuestra Señora de Consolación. También realizó trabajos de pastoral en el colegio Santa Ángela de la Cruz , el SAFA de la Compañía de Jesús y la Capellanía del hospital de Nuestra Señora de la Merced. Durante esos años atendió la parroquia de San Bartolomé de Aguadulce . Tras esos quince años el Arzobispo pidió su t raslado a la de Santa María Magdalena de Dos Hermanas, donde cumple ahora diez años. Define su parroquia como un lugar en el que «tenemos un magnífico equipo de catequesis, de Cáritas y de pastoral juvenil , que han ido creciendo en estos años». Entre las dificultades que ha encontrado en esta década resalta «poder asistir y acompañar a todos porque se superponen muchas cosas y son muchas las personas que acuden al despacho para confesar o buscar ánimo al desahogar su corazón». Pese a la tarea que desarrolla en la de Santa María Magdalena, recientemente ha sido nombrado también párroco de la de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando donde afirma haber encontrado «una acogida muy amable ». Pese a ello reconoce que ahora toca « organizar bien para poder atender las dos comunidades parroquiales. La Iglesia me lo ha pedido en la persona del Sr. Arzobispo y aquí estamos para s ervir con alegría al Señor . Él se encargará de todo y lo importante es no ser obstáculo a su gracia». A este respecto señala que « no se puede perder tiempo en quejas inútiles , hay que confiar en Dios, ponerse en sus manos y dejarse hacer por Él. Lo importante es estar a sus pies como María, dedicando tiempo a la oración en el Sagrario, para poder multiplicarse en el servicio como Marta». Además de las dos parroquias, es Capellán en el Hospital Universitario Virgen del Rocío y declara a ABC que «aunque las realidades sean distintas, en todas partes hay que amar, poner el corazón y anunciar el Evangelio, haciendo presente a Jesucristo. El contenido no cambia y la forma, se adapta». Sobre los cambios desde que se ordenó destaca que «hace 25 años era extraño ver a un sacerdote con clériman , incluso a los jóvenes podía echarlas para atrás; y sin embargo, hoy, la mayoría lo usamos y a nadie o a casi nadie le resulta incómodo». Recientemente ha visitado Roma y ha tenido la oportunidad de departir con SS el Papa Francisco , en esta fecha tan señalada para Sánchez de Heredia. Viajó a la capital italiana para acompañar al coro de la hermandad de Nuestra Señora de Valme, hermandad de la que es director espiritual, en la celebración del 25 aniversario de su reordenación. «Fue algo breve pero suficiente. El Papa transmite paz, confianza, ternura y humildad . Me repitió, y también a la hermana mayor de la hermandad, Isabel María Caballero , que no perdiésemos la alegría». «Si hubiera sabido que la noche anterior estábamos bajo el monumento a la Inmaculada, en plaza de España, ante la Embajada española, bailando sevillanas , habría dicho «sé que son alegres, mantengan la alegría», matiza con su finísimo humor. Del viaje a Roma reconoce dos momentos especiales: el de estar con el Papa y celebrar la Eucaristía ante la tumba de San Pedro. Como repaso general a sus bodas de plata como sacerdote cuenta que «cada día tengo a Jesucristo en mis manos en la celebración de la Eucaristía, no hay nada más grande, hermoso y emotivo . En 25 años no he hecho y hago más que tratar de identificarme con Cristo, estar con Él y acercarlo a todos con alegría, para vivir amando y amar sirviendo». El sábado 21 de septiembre celebra Santa Misa en la parroquia de Santa María Magdalena, a las 20.00 horas, para conmemorar estos años como ministro de la Iglesia.

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