Cesado por tercera vez en cuatro años el jefe de urgencias del Hospital Universitario de Canarias

El cese de Guilllermo Burillo ya ha sido comunicado al personal del centro, aunque desde la dirección aclaran que aún no ha sido registrado. Su salida se produce después de las últimas protestas por el colapso continuo del servicio

Días y noches en una silla de urgencias en Tenerife a la espera de una cama: “Hemos naturalizado condiciones inhumanas”

El doctor Guillermo Burillo deja de ser jefe de urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Aunque desde la dirección del centro afirman que el cese “aún no se ha registrado”, la decisión ya está tomada y ha sido comunicada al personal del servicio, extremo que han confirmado fuentes sindicales. Se espera que esta destitución, la tercera de Burillo en poco más de cuatro años, se formalice en los próximos días.

De momento no han trascendido las razones que esgrime la dirección del centro ni el nombre de la persona que lo sustituirá. La salida de Burillo se produce después de meses de colapso en el servicio. Hace apenas una semana cerca de 200 sanitarios se manifestaron a las puertas del hospital para denunciar “la situación crítica” de las urgencias y después de que trascendiera que algunos pacientes han tenido que pasar días sentados en sillas o butacas por falta de espacio en el recinto.

Burillo ha ocupado la jefatura de urgencias en tres etapas. La primera, entre julio de 2014 y junio de 2020. La primera destitución se produjo en plena pandemia de Covid-19. La gerencia, entonces en manos de Mercedes Cueto, desvinculó el cese de la gestión de la crisis sanitaria y manifestó que el relevo obedecía a la necesidad de “mejorar la organización del servicio”. Según manifestó en sede parlamentaria el entonces consejero de Sanidad, Blas Trujillo, se había constatado que el tiempo medio de permanencia en las urgencias del HUC era “muy superior” a la del resto de hospitales o que se había registrado un “exceso de horas” del equipo médico por una “inadecuada planificación” de las guardias y de las vacaciones.

Esa primera salida de Burillo de la jefatura provocó una reacción en cadena y la inmediata dimisión en bloque de sus colaboradores. Incluso la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) se pronunció para destacar “el prestigio” del urgenciólogo y atribuir el cese a una “venganza personal”. Los tribunales dieron la razón al doctor y determinaron que su cese no había estado debidamente justificado.

Burillo se reincorporó a la jefatura en octubre de 2021, pero su estancia fue muy breve. Apenas tres días después de su regreso, la gerencia lo destituyó de nuevo aduciendo como razones su “falta de idoneidad” para el puesto, una “pérdida de confianza” y la “falta de alineamiento con los objetivos de la dirección”. El doctor volvió a llevarlo a los juzgados, pero en este caso no le dieron la razón y avalaron la destitución.

A pesar de estos antecedentes, Burillo regresó por tercera vez a la jefatura de las urgencias del HUC en octubre del año pasado por el procedimiento de libre designación. Fue nombrado por el actual gerente del centro hospitalario, Adasat Goya, dos meses después de que quedara desierto el concurso que había convocado la anterior directora para cubrir esa plaza. Una convocatoria a la que sólo se había presentado un candidato, el propio Burillo, cuyo proyecto fue rechazado porque, en opinión del tribunal que lo valoró, carecía de “medidas efectivas y realistas” para mejorar las urgencias. La propuesta del doctor era “insuficiente para la gestión del servicio”, tenía “fisuras esenciales” y carecía “de unos puntos mínnimos” para la buena llevanza del servicio, según esa resolución.

Tras su tercer nombramiento, la actual gerencia del hospital defendió que, más allá del concurso declarado desierto, Burillo había presentado “un proyecto de coordinación del servicio”, que contaba con el aval de su experiencia y que era miembro de la . Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES). Apenas un año después, lo cesa.

Medidas para aliviar la presión en el HUC

El director del Servicio Canario de Salud (SCS), Carlos Díaz, se reunió el pasado viernes con representantes de la Federación de Salud de Intersindical Canaria (IC) para abordar posibles soluciones al colapso estructural del servicio de urgencias del HUC.

Según explica Caty Darias, portavoz de este sindicato, antes de este encuentro ya se había planteado la realización de unas obras para cambiar los circuitos de entrada y salida de los pacientes.

En la reunión del pasado viernes también se propuso recurrir a “urgenciólogos de prestigio” del propio SCS, entre ellos el actual gerente del Hospital de La Candelaria, Roberto Goméz, para un proyecto piloto de tres semanas que consiste en “el rediseño de un sistema de triaje y un circuito nuevo de pacientes”.

Según la información trasladada a la organización sindical, la dirección del SCS se ha propuesto involucrar al conjunto del personal del HUC para aliviar la presión asistencial en las urgencias. Para ello, considera necesario que los especialistas den “altas tempranas” en las plantas de hospitalización, antes de las tres de la tarde, para liberar camas y que, de esta manera, los pacientes que esperan en urgencias puedan subir antes.

Darias señala que otra de las cuestiones importantes es el reconocimiento en la tabla de retribuciones de “puestos de trabajo singularizados para aquellos que son de difícil cobertura”, como puede ser el de médico de urgencias del HUC.

“Todas las medidas, para que haya aspectos positivos en su implantación, deben ir acompañadas del correspondiente incremento de personal en todos los niveles de atención y en todos los grupos profesionales, acorde a las ratios establecidas por las diferentes sociedades científicas”, redunda el sindicato.

Para Darias, las medidas planteadas pueden contribuir a “aliviar la situación de caos” en las urgencias del HUC, pero deben complementarse con un “plan de fortalecimiento” de la atención primaria y con la creación “urgente” de plazas sociosanitarias para poder liberar las camas que están siendo ocupadas por pacientes que tienen el alta administrativa pero que no pueden abandonar el hospital porque “no se les ofrece una alternativa en el ámbito sociosanitario”.

Darias advierte de que la “saturación y la presión asistencial” en las urgencias se verá agravada en las próximas fechas con los picos de los virus estacionales.

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