De los millones de esclavos negros que fueron llevados a la fuerza a América para trabajar, hubo muchos que se rebelaron y escaparon de sus captores, convirtiéndose en fugitivos que llevaban una vida de libertad en rincones apartados de las ciudades, donde construyeron refugios llamados 'palenques' o 'quilombos'. A esos valientes rebeldes se les empezó a apodar 'los cimarrones', y de ahí viene el nombre artístico del protagonista del concierto de esta noche en Teatro Eslava (20.30, entradas desde 35 euros): Cimafunk . Nacido en Pinar del Río (Cuba) en 1989, Erik Alejandro Rodríguez estudió Medicina pero por el camino se convirtió en una fuerza musical que está forjando el futuro sonoro de la isla. En un auténtico fenómeno cultural global que además, podría aterrizar este viernes en España con un Grammy Latino bajo el brazo. Y es que el artista cubano ha viajado a Miami para asistir a la gala de entrega de premios -donde está nominado a Mejor Grabación del Año por 'Catalina'-, y acto seguido coger otro avión para volar a Madrid y actuar en el Teatro Eslava. Actuando con La Tribu, su banda de nueve miembros, Cimafunk ha electrizado a audiencias masivas en el Nueva Orleans Jazz Festival o el Lollapalooza Chile, ha sido el primer artista cubano en tocar en Coachella y se ha ganado la adoración de iconos musicales como el argentino Fito Páez, quien lo ha aclamado como «una de las luces del futuro del continente», el padrino del funk George Clinton , que ha colaborado en sus discos y se refiere a él como «el próximo», o Chucho Valdés, quien le atribuye el mérito de mezclar «magistral y orgánicamente lo afrocubano con lo afroamericano, convirtiendo esto en una nueva escuela que hasta ahora no había escuchado». ¿Qué expectativas tiene con los Grammy de este año? Pues la verdad es que han sido nominaciones inesperadas, el disco acababa de salir. Los otros nominados tienen una talla descomunal. No voy a negar que ganar un Grammy Latino, o ganar el Grammy Internacional, sería un sueño hecho realidad, pero ya estar nominado es una gran satisfacción. Acabo de publicar mi tercer álbum, así que como quien dice estoy sólo en el principio de mi carrera. Si lo gana estará celebrándolo en Madrid apenas veinticuatro horas después. Tanto ajetreo va a ser un reto a nivel físico, ¿no? ¿Qué se va a encontrar la gente en su concierto? Madrid es como mi segunda casa. Llevo mucho tiempo imaginando el concierto de este viernes. Habrá sorpresas en la puesta en escena y nuevos temas en el repertorio, y será una noche inolvidable y llena de emoción. Estamos en forma para pasar de la alfombra roja de los Grammy al escenario del Teatro Eslava. ¿En España tiene amigos músicos? Sí, tengo muchos, desde Alejandro Sanz a O'Funkillo , una banda que me inspiró mucho al principio de mi carrera, pasando por todos los artistas latinos que viven en Madrid. ¿Qué tienen en común la medicina y la música como disciplinas? Pues tienen ese efecto sanador, que hace sentirte bien, que te quita las penas, que te hace revivir. Yo empecé la carrera de medicina, y más tarde me di cuenta de que podía hacer más por la gente con mi música. Creo que tiene muchas anécdotas de sus giras por Japón, ¿nos cuenta la más sorprendente? Difícil ahora contar una. Es un país muy distinto, pero a la hora de reaccionar a nuestra música no hay tanta diferencia con los demás. ¿Cuáles son sus planes para 2025? Seguir tocando por todo el mundo y dando a conocer mi música, y hacer feliz a la gente.
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