Comprar una impresora aún es una pesadilla en 2024. Así encontré el modelo perfecto

Corría el año 2004. Eran las dos y media de la mañana y la impresora, una Epson Stylus Color 1520, seguía negándose a imprimir el trabajo que tenía que mostrar a un cliente al día siguiente a primera hora. Fue aquella infausta noche de tinta, sudor y lágrimas donde se gestó mi odio eterno por las impresoras, una inquina feroz y secular que no ha hecho sino aumentar con el paso del tiempo. El hecho de que los fabricantes de impresoras abusen de la obsolescencia progamada, su empeño en vallar el jardín de us impresoras con tecnologías propietarias, o que la tinta que usan sea más cara que la sangre de unicornio tampoco ayuda nada a mejorar su imagen.

La progresiva digitalización de la vida cotidiana me ha sido de gran ayuda a la hora de esquivar el momento de comprar una nueva impresora para la oficina de casa. Por desgracia, siempre queda una ventanilla en la que un funcionario irreductible resiste ahora y siempre al invasor digital y pide las cosas en papel, y la copisteria más cercana no hace honor a ese apelativo. Tocaba ponerse al día y comprar una nueva impresora, por poco que me guste. En el proceso he aprendido algunas cosas que quizá te sean de utilidad.

Inyección o láser

Esta pregunta es el primer dilema al que muchos se enfrentan cuando compran una impresora, pero la cuestión correcta no es esa. La pregunta correcta es: ¿qué y cuánto quieres imprimir? Si eres, como yo, un usuario de impresoras ocasional que tan solo las usa para materializar una tarjeta de embarque de respaldo, o un documento de dos páginas cuando lo necesita, mi recomendación es que te hagas con una impresora láser monocroma sin dudarlo. La razón es que las impresoras de inyección de tinta están pensadas para un uso frecuente. Si las dejas inactivas durante muchos meses es posible que la tinta se degrade, o peor, atasque los inyectores. En el mejor de los casos te obligará a perder el tiempo haciendo un ciclo de limpieza cuando probablemente necesites imprimir algo con prisa. En el peor habrá que cambiar los cartuchos o hacer una limpieza más profunda. Los cartuchos de tener son más caros, pero la tinta en polvo que contienen aguanta mucho más tiempo en reposo.

Si tu caso es el de imprimir cosas con relativa frecuencia, una impresora de inyección es una opción más asequible que las láser, con el aliciente de poder imprimir a todo color sin tener que gastar un dineral (las impresoras láser color y sus consumibles son especialmente caros). Sin embargo, si tus necesidades de impresión son muy elevadas, de nuevo mi recomendación son las láser porque son mucho más rápidas imprimiendo cada línea, y por ende cada página.

Una impresora de inyección suele imprimir entre 5 y 15 páginas por minuto (ppm). Una láser típica imprime a una velocidad de entre 20 y 35ppm. En grandes volúmenes de impresión, tus prioridades deberían ser la capacidad de carga de papel de la impresora, el coste de impresión por página, y el número de páginas por minuto, no el coste de la impresora como tal. A la larga lo acabas amortizando.

Si lo que estás buscando es impresora para una pequeña oficina y tu volumen de impresión va a ser muy grande, las cifras a mirar, aparte del número de páginas por minuto es el coste por página (en términos de tinta), y el ciclo de trabajo. Esta última cifra da una idea aproximada del número de páginas que una impresora puede imprimir al mes trabajando de manera constante, pero con un uso razonable. Los fabricantes suelen tener esa cifra en sus especificaciones, aunque a veces hay que buscar un poco.

Las impresoras de inyección son la razón concreta por la que detesto las impresoras. Bien es cierto que los atascos de papel y tinta que eran tan comunes a comienzos de los 2000 ya no son tan frecuentes. Lo que sí que no ha cambiado es el precio de los consumibles oficiales, que sigue siendo escandaloso. Existen consumibles genéricos, sí, pero encontrarlos no siempre es fácil. Para empeorar las cosas, a menudo los cartuchos de tinta son dispositivos propietários que cada marca gestiona como le place. Las dos últimas décadas han estado regadas de casos como el de HP en 2023, que decidió bloquear los cartuchos de terceros en sus impresoras.

Las mejores impresoras de inyección tienen depósitos rellenables.

Tras ríos de tinta de quejas, a los fabricantes no les ha quedado otra que ofrecer una alternativa al tema de los cartuchos, y esa alternativa son las impresoras de inyección con depósitos de tinta rellenables. En estos modelos, en lugar de comprar cartuchos, compras botellas de tinta y vas rellenando el depósito de cada color a medida que se va gastando. Es un proceso más artesanal, por calificarlo de algún modo, pero sabes en todo momento cuánta tinta usas, no corres el riesgo de que la tinta atasque el cartucho y sus consumibles con mucho más baratos en relación a la cantidad de tinta que compras.

La única pega de las impresoras de tanque de tinta es que son bastante más caras que las impresoras de cartucho. Eso por no mencionar que las boquillas de entrada de los depósitos a menudo son compatibles solo con las botellas de tinta de la marca. Aún con eso, y en mi humilde opinión sus ventajas sobre las de cartucho de tinta son aplastantes.

La brutal diferencia de precios

Si ya te has dado un paseo por Amazon probablemente hayas visto impresoras de 50 euros y otras de más de 400. ¿Por qué hay impresoras tan baratas y otras tan caras? A día de hoy esta diferencia de precio ya no es una cuestión de calidad de impresión. Todas las impresoras actuales imprimen con una calidad más que razonable de en torno a los 300 puntos por pulgada (ppp), que es la resolución típica de muchos periódicos y revistas. Es cierto que hay modelos que alcanzan los 600 o incluso los 1200ppp sin entrelazado, pero esa es una calidad que solo necesitarás si vas a imprimir fotografías, y honestamente no es algo que recomiende. Imprimir una fotografía a 1200ppp sobre papel estándar es tirar el dinero, y el papel fotográfico bueno es caro. A veces es mejor pagar un buen revelado en una tienda de fotografía (si es que aún queda alguna en tu barrio) o solicitar un revelado online. La foto te durará mucho más.

No, la razón de estas diferencias, aparte del sistema de impresión en sí como hemos visto más arriba, es que algunas llevan más funciones que otras. Si quieres cosas como conectividad wifi, escáner de documentos integrado, capacidad para más papel o impresión a doble cara... pues tienes que pagar por ello. El precio de todas las funciones extra es lo que hace que una impresora de inyección convencional pase de 80 euros a 180 o incluso más.

Las impresoras multifunción son más caras, pero muy prácticas.

Puede que te sientas tentado de comprar la impresora más barata porque todas esas funciones extra te la traen al pairo. Ojo con esta idea, porque puedes pillarte los dedos cuando toque comprar cartuchos. Cuando compres una impresora, asegúrate siempre de saber el precio de los consumibles, o sea, la tinta, para esa impresora. Hay impresoras muy baratas cuyos cartuchos de tinta (sumando todos los colores necesarios) son más caros que la propia máquina, y la tinta es algo que hay que comprar de manera recurrente, así que probablemente te salga más a cuenta ir a por una impresora un poco más cara, pero cuyos consumibles tengan mejor precio. De nuevo, esto nos lleva en muchos casos a las impresoras de inyección con depósitos rellenables.

El diablo está en los detalles

Es posible que a estas alturas ya tengas una idea de qué impresora necesitas. Antes de darle al botón de comprar, piensa con detenimiento qué funciones vas a necesitar. ¿Puede la impresora que has elegido imprimir a doble cara? ¿Puede escanear a doble cara en una sola pasada (lo que se conoce como duplex)? ¿Admite documentos de diferentes tamaños (como sobres) de manera cómoda? ¿y diferentes tipos de papel de más grosor o con acabado brillante? Tampoco viene mal comprobar cuál es la capacidad máxima de la bandeja o depósito de papel de la impresora. Si vas a imprimir trabajos de muchas páginas es casi obligatorio para no tener que vigilar todo el rato la impresión.

Contestadas estas preguntas, toca hacer un repaso final a las conexiones de la impresora. Las más básicas se conectan al PC por USB o ethernet y poco más, pero a partir de ahí solo el cielo es el límite. Las hay que se conectan a la wifi de casa y las que emiten su propia conexión por wifi directo. Las hay con Bluetooth, NFC para facilitar la conexión al móvil o lector de tarjetas de memoria. Las más avanzadas disponen de conexión directa a la nube con los servicios más habituales (Google Cloud, OneDrive, Dropbox...) o cuentan con su propio servicio en nube. Estas impresoras permiten imprimir en remoto un documento, o escanear una página y subirla directamente a la nube.

Finalmente, no está de más comprobar cómo son los controles físicos de la impresora en caso de que quieras usarla en primera persona y no a través de otro dispositivo. A continuación tienes una lista de las impresoras que más nos han convencido en relación precio calidad. Se trata de una selección orientativa. El mundo de las impresoras está lleno de modelos que son solo una variante de otros con una función adicional o un depósito de papel más grande. Siéntete libre de explorar esas variantes en tu tienda favorita.

Durante años he tenido en casa una impresora láser monocroma multifunción de Brother. El fabricante se cuenta entre mis favoritos por su capacidad para hacer impresoras que van al grano y funcionan de forma fiable. La Brother MFC-L2827DW XL es la tope de gama en laser monocromo. Con un impresionante ciclo de trabajo de 15.000 páginas al mes, doble cartucho de toner, fax, escáner que envía directamente a la nube, e impresión dúplex, es una de las mejores impresoras que puedes comprar para pequeñas oficinas. Además tiene un precio muy razonable para todo lo que ofrece. Cuesta 335 euros ahora mismo en Amazon. Si no necesitas fax ni tanta capacidad para tinta y papel, la DCP-L2620DW es otra excelente opción en laser monocromo. Cuesta 147 euros.

La joya de la corona de HP en impresión láser a color es la HP Color LaserJet Pro MFP 4301dw, pero su precio (algo más de 600 euros) puede ser prohibitivo para muchos. Es por eso que nos quedamos con la MFP 4302dw, una versión más asequible, pero igualmente dotada de impresión láser y escaneado duplex color con una velocidad de hasta 33 páginas por minuto. Quizá no sea la más indicada para imprimir tus memorias de 1.200 páginas, pero es muy buena para estudios de diseño y oficinas que necesitan imprimir a color. Además toda esta generación de impresoras láser color de HP son duras como piedras. Cuesta 348 euros.

De las láser pasamos a las de inyección de tinta, pero con depósito rellenable. En esa categoría destaca la Epson EcoTank 2850. Con sus depósitos llenos es capaz de imprimir hasta 14.000 páginas en blanco y negro o 5.200 en color. Cada depósito se rellena con unas pequeñas botellas de tinta en cosa de un minuto. La EcoTank 2850 también cuenta con las típicas funciones necesarias en una pequeña oficina, y su app para móviles es una de las más completas e intuitivas que hemos probado. Cuesta 245 euros.

Con ese nombre parece algo salido de Metal Gear, pero es una de las mejores impresoras de inyección con depósitos rellenables que hay ahora mismo si lo que buscas es imprimir fotografías en alta calidad. Permite imprimir directamente desde el móvil mediante su propia app, y tiene unos controles físicos excelentes también. Encima se le puede reemplazar el cabezal sin llevarla al servicio técnico. Cuesta 215 euros.

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