Contratar un servicio de atención domiciliaria para personas mayores enfermas supone, en muchos casos, un gran esfuerzo económico por parte de las familias. Actualmente, más de 2 millones de personas mayores viven solas en sus domicilios, lo que hace que empeore su calidad de vida, siendo su deseo seguir residiendo en su vivienda de toda la vida y sin perder la propiedad del inmueble.
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