Con Fernando Alonso a la espalda: la enredadera que está subiendo por las piernas de Carlos Sainz

Carlos Sainz, séptimo en la meta, escasos segundos por delante del Aston Martin de Fernando Alonso, en un trazado que Ferrari tenía en la cruz de su rifle. Una fotografía en blanco y negro para el madrileño, en color para el asturiano, por la distancia que separó a ambos monoplazas. La imagen que sintetizaba del rendimiento subóptimo de Sainz en el GP de Singapur, donde Lando Norris logró una apabullante victoria.

En ninguna de las tres carreras a priori favorables para Ferrari, el español ha capitalizado el potencial de coche y equipo. El fin de semana de Marina Bay se enrocó desde el viernes y enredó el domingo, pasando por el grave tropiezo del sábado.

En la recta final de su experiencia con Ferrari, Sainz está tropezando con detalles técnicos de menor calibre que, sin embargo, le han alejado de aquel agresivo y brillante piloto de comienzos de temporada, que triunfaba magistralmente desde la pole en 2023. Una enredadera ha subido por sus piernas para maniatarle.

A clinical drive by @Charles_Leclerc and @CarlosSainz55 tonight, what a great comeback after a difficult Quali 💪#SingaporeGP 🇸🇬 #F1 pic.twitter.com/iIWLXBX5lK

— Scuderia Ferrari HP (@ScuderiaFerrari) September 22, 2024

Si no querías caldo, dos tazas

El botín fue paupérrimo para las expectativas de Ferrari en Marina Bay. El gran premio se convirtió una "limitación de daños" para ambos pilotos, como resumía Sainz, aunque el español no acaba de levantar cabeza desde Monza por diferentes razones. Tras el embarazoso accidente del sábado, la enredadera siguió enroscándose ya desde la azarosa primera vuelta, añadiendo más sal a la herida.

El madrileño arrancó magníficamente desde la zona sucia, tirándose a la derecha del RB de Tsunoda, que salía por delante. Pero la bomba de Franco Colapinto por la izquierda (de la que Albon se quejó a gritos por la radio) dejaron a Sainz trastabillando, pero defendiéndose de Pérez y adelantando luego a Tsunoda. 12º. Si no quería caldo, dos tazas.

Carlos Sainz vio comprometida su carrera. (Reuters/Caroline Chia)

"Para salir por el lado sucio no salí mal, salí relativamente bien. Pero sabía que en la curva uno tenía que tener cuidado con Charles por delante, y luego llegó por dentro un Williams frenando tardísimo, creo que era Franco (Colapinto) que casi se nos lleva a dos o tres puestos", explicaba el madrileño, que debía tirar de prudencia. No estaba el tema para quedarse tirado a los pocos segundos de carrera.

"Riesgos que tomas cuando eres rookie y no sabes donde frenar en la curva uno", explicaba Sainz aludiendo al argentino, pero también a sí mismo. "No ha pasado nada, no ha habido accidente, pero cuando te estás jugando el título de constructores con el equipo ahí, tienes que tener cuidado con coches que tienen menos que perder, que les va la vida en la salida, y cuando te juegas tantos puntos para el equipo, tienes que tener cuidado".

Una valiente estocada

Quedaba arreglar el entuerto, o soñar con un coche de seguridad en la recta final que permitiera aprovechar el juego blando que quedó inédito el sábado. Jugar a los dados o la ruleta. Mientras tanto, la necesidad debía hacerse virtud. Ferrari tiró de creatividad y audacia con una estocada temprana a todos los rivales que rodaban por delante de Sainz con su parada en boxes en la vuelta 14, casi al amanecer de la carrera, para montar el compuesto duro hasta el final (62 vueltas).

A strong fight by both our boys brings home some good points 👊#SingaporeGP 🇸🇬 #F1 pic.twitter.com/DqrBBGTi5K

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"Ha sido arriesgada y al límite porque se me ha hecho muy lento al final de carrera", explicaba Sainz sobre la estrategia improvisada tras su infortunio de la primera vuelta. "Si queríamos pasar a la mitad de la parrilla que teníamos delante, era necesario. Nunca sabremos que hubiera pasado si no hacemos lo contrario".

El madrileño cuajó entonces su mejor momento del fin de semana, magro consuelo. Una vez entonado SF24 al que tanto le cuesta desentumecerse con cada neumático nuevo, Sainz empezó a pasar rivales (Zhou, Gasly, Magnussen) con ritmo para varios undercut. Según fueron pasando por boxes, algunos rivales cayeron en las redes.

Estabilizada la carrera, Sainz alcanzó la séptima posición, y allí se quedó con la goma agonizante. "Un séptimo es lo que nos daba la predicción, sobre todo saliendo por el lado sucio, teniendo que evitar a un Williams en la salida que casi nos hace perder la carrera en la curva uno".

Leclerc remontó hasta la quinta posición. Ferrari tenía ritmo de carrera para superar a Mercedes en Singapur, quizás al Red Bull de Verstappen. Sainz, al menos, para escoltar a su compañero en la meta. Al final, cabeza gacha y otro fin de semana desperdiciado tras el podio perdido en Bakú.

"No ha sido nuestro fin de semana, hemos limitado daños, hemos hecho buenos adelantamientos, buen ritmo cuando ha habido que mostrarlo, pero en Singapur no iba a ser fácil saliendo décimo". O 12º en la primera vuelta.

🇸🇬 Carrera complicada. Arriesgamos parando pronto, pero lo hemos hecho funcionar y hemos ganado posiciones. Limitación de daños, pero nos vamos con sabor amargo. Tiempo de resetear y volver más fuertes. Muchos puntos aún en juego.👉https://t.co/3loqfxCKmc-#CarlosSainz pic.twitter.com/Pah3fF3buF

— Carlos Sainz (@Carlossainz55) September 22, 2024

El efecto dominó

Quinto de parrilla por detrás de Leclerc en Monza, subordinado así a su estrategia de carrera. Tercero en Bakú por detrás de la pole de Leclerc, torpedeadas sus opciones por el adelantamiento de Pérez en la primera curva y con el remate del accidente en la penúltima vuelta. Accidente el sábado en Marina Bay, primera vuelta enrevesada… ¿Cuál podría ser el factor común a esta racha, que no viene de ahora, y que está condicionando el rendimiento de Carlos Sainz con este SF24 en sus últimas etapas con Ferrari?

"Está claro que el coche de este año y yo, de vez en cuando en la clasificación, nos cuesta poner el punto exacto del neumático para poner una buena vuelta de clasificación. El año pasado era el punto fuerte del coche, este es la carrera. Este año, en clasificación cuesta un poco más, hay que descubrir por qué y cómo podemos mejorar las clasificaciones de aquí a final de año". Y por semejante talón de Aquiles, el efecto dominó en cada gran premio.

Se vienen tres semanas de parón y reflexión. "Todos los fines de semana el ritmo de carrera ha sido bueno. En cambio, la clasificación ha sido nuestro punto débil, y es algo que para las últimas carreras me gustaría analizar con calma y ver cómo podemos mejorar". Sí, para terminar con la cabeza alta en Ferrari.

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