Hubo un tiempo en que los congresos del PSOE se convertían en un campo minado y un desfile de francotiradores sobre rincones repletos de mesas camilla tras la oscuridad. Siempre había un factor sorpresa, un giro de última hora, una 'entente cordiale' imposible y una moneda de cambio determinante para coser heridas. Pedro Sánchez ha convocado en Sevilla el próximo 29 de noviembre el cónclave federal que pretende entronizar su poder interno a mayor relumbrón y, sobre todo, eliminar disidencias enervadas por el cupo catalán, desbancando las direcciones críticas con candidatos sanchistas (Madrid y Aragón las primeras). No se prevén sorpresas, ni horas interminables en salas de negociación, ni listas integradoras ni debate verdadero. Ni ideas. Mensajes unívocos, relato y... Ver Más
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