Es evidente que el Sevilla atraviesa un profundo proceso de regeneración. Era necesario, quizás llegue tarde y es posible que los conductores no sean los mejores posibles, pero era inevitable. Nada cuadraba en un club que parecía que había colocado unos cimientos imposibles de destruir y que ahora busca volver a construir una base más sólida esquivando los errores de estos últimos años. Como un niño chico y respondón que ha hecho una trastada, los dirigentes acostumbraban a negarlo todo. El tiempo y la evidencia los ha hecho reconocer muchos de sus fallos y, con todo en contra, parecen haberse puesto las pilas para tomar decisiones que encaucen el club por más dolorosas, impopulares o cuestionables que sean. Saben que... Ver Más
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