Derby cierra su histórica tienda del centro de Sevilla y se muda a un atelier

Renovarse o morir. Es lo que han hecho en una de las sastrerías históricas de Sevilla, Derby, que ha decidido cerrar el local que tenía en la calle Albareda de Sevilla, el más antiguo de todos , y cambiar su emblemática tienda, por un atelier a solo unos metros, en la calle Tetuán 3, donde ya se ha instalado. El céntrico local tiene ya carteles en la puerta donde anuncia que liquida todo su material, con la mayoría de sus prendas muy rebajadas (tanto de invierno como de verano) y su traslado. Hay trajes, chaquetas, pantalones, camisas, corbatas y hasta bañadores muy rebajados. Derby, en manos de la familia Porta desde el año 1951, es una de las pocas sastrerías clásicas que queda en el casco histórico de la ciudad pero su ubicación, en una zona repleta de bares y llena de turistas, es quizás una de las causas de esta decisión que ha tomado la tercera generación de comerciantes. La marca fue fundada por el abuelo, Enrique Porta Serrano, en la década de los 50 que abrió el local que ahora está en liquidación. Luego se haría cargo de ella el hijo a finales de los 60 y posteriormente tomaron el relevo los nietos. En el camino también se quedó el local de la calle Asunción, cerrado ya hace algunos años aunque se mantiene el de la calle San Pablo, junto a la plaza de la Magdalena y que, según sus dueños, tiene más fácil acceso ya que además hay un parking junto a ella. Es un negocio con más espacio y con más metros cuadrados que sigue funcionando mejor. Por eso la tercera generación ha tomado la decisión más difícil: cerrar la tienda que fundara su abuelo, mantener la de San Pablo y reconvertirse en sastrería a medida con un nuevo local en la calle Tetuán. «Vamos a apostar por la ropa a medida, por un negocio más personalizado» . explica Fernando Porta, uno de los dueños. En esa nueva sastrería confeccionarán trajes, camisas, y todo tipo de prendas y apostarán por la nueva tendencia: una experiencia de compra a la que se acude siempre con cita previa. El atelier pretende compartir su experiencia con un taller, totalmente nuevo en la calle Tetuán 5 , un espacio de más de 85 metros cuadrados, en el que se ve a los trabajadores cosiendo tras el cristal mientras se atiende a los clientes. Un amplio local en la primera planta, con grandes ventanales a Tetuán, un enorme probador y un espacio donde ofrecerán a los clientes un trato más personalizado. Incluido café o una copa de vino mientras eligen las telas o esperan que les toque probarse. «Vamos a dar una atención más privada y con más tranquilidad», dice Porta que asegura que tienen además otros proyectos en mente. Una idea sería replicarlo en otras ciudades en un futuro. Para esa renovación han decidido «sacrificar» su tienda de toda la vida que acababa de cumplir 74 años . En las causas del cambio han influido varios factores. Pero sin duda uno de ellos es su ubicación. Porque estaba situada en una zona llena de veladores en la que, según Fernando Porta, hacía cada vez más difícil la entrada al local. Había tenido ya más de un problema con alguno de esos bares y han decidido acabar con ello. A partir de ahora seguirán atendiendo a sus clientes «premium». Entre ellos, según Porta, predominan sobre todo los turistas. Desde los mexicanos que vienen a los toros en la Feria a otros turistas nacionales. Sus clientes llegan con cita previa. En realidad sólo el 20 por ciento de su público es sevillano mientras que el resto se reparte entre turistas nacionales y extranjeros, muchos de ellos procedentes de los hoteles. «Viene mucha gente de fuera, de los hoteles que hay alrededor». En cuanto a precio , según Porta, no variarán demasiado con respecto a los que tiene actualmente. Pero se añadirán otros algo más caros con tejidos especiales, tipo vicuña o cashemire que no se venden en otros locales. Porta es consciente de que cada vez quedan menos en el comercio histórico. «Con taller propio de sastrería somos muy pocos», admite. En cualquier caso, Porta asegura que se mantiene el estilo de vestir y que sus clientes cada vez se preocupan más de la imagen. «Cualquier excusa es buena para arreglarse», explica . De 35 a 55 años y con un poder adquisitivo alto. Esa es la media de edad de sus clientes que suelen estar familiarizados con la moda, que viajan mucho y que están inspirados por las tendencias italianas o francesas. «Aquí hacemos de todo. Somos creativos. Menos brillo en los trajes, cabe todo», explica el sastre que vaticina una vuelta a la moda de los 70 en los trajes.

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