Desoxidar a James Rodríguez o cómo no poner en peligro la verdadera esencia del Rayo

En Colombia dudan de la gestión que está haciendo Íñigo Pérez con James Rodríguez. Los aficionados y medios de comunicación están nerviosos e impacientes por ver a su ídolo de inicio en los partidos, al mejor futbolista de la pasada Copa América. Raúl Martín Presa se dio el gusto de fichar a una estrella que ha dado tumbos desde su salida del Real Madrid (Bayern de Múnich, Everton, Al-Rayyan qatarí, Olympiacos y Sao Paulo). El presidente del Rayo fichó un futbolista mediático para el año del centenario y al entrenador le toca ponerle en forma, gestionar la presión externa y, lo más importante para los intereses del equipo, no poner en peligro la esencia del Rayo.

James llegó oxidado y no tiene el ritmo competitivo óptimo para jugar un partido entero con el Rayo Vallecano. Está en un equipo que basa su éxito en el sacrificio y el esfuerzo colectivo. Las dos oportunidades que Íñigo Pérez le ha dado han sido suficientes para comprobar que a la estrella colombiana todavía no le alcanza el físico que exige el juego del equipo y tiene compañeros con más fuerza, velocidad e intensidad.

James ha disputado los últimos 11 minutos contra Osasuna y 17 minutos contra el Atlético de Madrid. El Rayo exige darlo todo para ser un equipo competitivo y con estas armas plantó cara y superó al equipo de Simeone en una primera parte excelente en Vallecas. El equipo de Íñigo Pérez se comió al del Cholo en agresividad y fuerza física. También por el control del juego. La primera parte acabó con el 54,5 % de posesión para los vallecanos. El gol de Isi Palazón, llegando desde atrás y sorprendiendo a la defensa del Atleti por velocidad, para rematar un disparo de Ratiu, demuestra la garra y el espíritu de trabajo del Rayo.

No le hizo falta James para ser superior al Atleti, pero Íñigo Pérez le dio la oportunidad en la segunda parte. Su aportación fue menor. James nunca va a defraudar por su talento, pero desentona en un equipo como el Rayo si no corre y se sacrifica como lo hacen de medio campo hacia delante jugadores como De Frutos, Embarba, Isi, Guardiola, Camello, Nteka...

James Rodríguez en una acción de juego en el estadio de Vallecas. (EFE Juanjo Martín)

¿Sabía James a qué equipo venía? Parece ser que en Colombia no estaban al corriente de las señas de identidad y el método de trabajo del joven, pero muy bien preparado Íñigo Pérez (36 años). El técnico tiene tres años más que James y sabe lo que hace. El colombiano es un futbolista que destaca en su Selección, con menos obligaciones que las que tiene en el Rayo. Llegó sin hacer pretemporada, con una inactividad de seis semanas y hay que ponerle en forma. La calidad no le da para ser competitivo en el Rayo.

Íñigo Pérez, exigente

"Todos los procesos necesitan tiempo y calma", repite Íñigo Pérez cada vez que la preguntan por James y comprueba la impaciencia que hay por ver jugar un partido entero al colombiano. Las gradas de Vallecas se llenan de colombianos deseosos de ver a su estrella, impacientes y exigentes. Íñigo mantiene la calma.

Las prisas de los colombianos no son las del entrenador del Rayo, que tras el empate contra el Atleti puso de ejemplo la buena primera parte del equipo. "El nivel de exigencia debe ser éste", afirmó Íñigo Pérez. Puso en valor al equipo por encima de James Rodríguez. El trabajo y esfuerzo colectivo antes que las individualidades.

El bochorno de Simeone: nunca pasa nada hasta que llega el derbi contra el Real MadridUlises Sánchez-FlorEl pinchazo del Atlético de Madrid en Vallecas le duele más a Koke que a Simeone. El capitán se mostró duro y exigente con los compañeros. El 'Cholo' habla como si no pasara nada

En el Rayo hay que correr, repetir esfuerzos de manera regular para ir a la presión, ganar duelos y ser intensos. Es un equipo que se caracteriza por ser incómodo y asfixiar a los rivales. Esto es innegociable para Íñigo Pérez, que a la vez tiene que gestionar la puesta a punto de James y convencerle de que en este equipo puede marcar las diferencias por su calidad, pero hay que tener sacrificio y compromiso defensivo.

La pregunta del millón es si James era necesario para el Rayo en lo deportivo o tiene algo de fichaje estratégico para el club en su año del centenario. Un regalo para los aficionados. Un jugador especial para el entrenador si le saca rendimiento y un lujo del presidente si ayuda a crecer la facturación comercial. La expectación está en ver qué rendimiento puede llegar a dar un jugador que no se caracteriza por trabajar sin la pelota.

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