Dime cuánto ganas y te diré lo que pesa tu hijo: la mitad de los menores de familias con rentas bajas padecen exceso de peso

El exceso de peso está en la cima de los problemas de salud global que atenazan al mundo. La obesidad ya se ha convertido en la forma de malnutrición más común en la mayoría de los países y su incidencia crece imparable en todo el globo, incluso en España. En el caso de los menores, los resultados de avance del estudio Aladino 2023 sobre la alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad han sacado a relucir que la obesidad y el sobrepeso infantil en nuestro país siguen registrando niveles elevados en niños de 6 a 9 años, pese a que los indicadores han mejorado con respecto a los últimos años. En concreto, el 16 por ciento de los niños tienen obesidad y un 20 por ciento sobrepeso, lo que a la suma deja en claro que más de un tercio padecen un exceso de peso. Sin embargo, los porcentajes se disparan cuando se analiza la situación de aquellos niños que pertenecen a un estrato social donde la renta familiar es más baja : la mitad de los menores de familias con rentas inferiores a 18.000 euros padecen exceso de peso. De todos los parámetros que analiza el estudio de la Aesan que se enmarca en la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI) de la OMS y que ha utilizado una muestra aleatoria de 12.678 escolares de 296 centros de Primaria públicos y privados, la renta familiar es uno de los principales determinantes que explican la brecha de peso existente. Los hábitos, como el sedentarismo o la calidad de los desayunos, difieren mucho cuando el niño vive bajo el amparo de una renta familiar que supera los 30.000 euros a cuando los ingresos no llegan a los 18.000. Por poner un ejemplo, solo uno de cada diez niños de rentas altas tiene sobrepeso, frente a uno de cada cuatro cuando la renta es mucho menor. Por sexos, son los varones frente a las niñas quienes presentan una mayor obesidad y obesidad severa (17,3 y un 14,3 por ciento respectivamente), y por edad, en el grupo de 9 años los niños presentan más sobrepeso que las niñas, que tienen más obesidad a esa edad. El estudio afirma que más de siete de cada diez niños dedican al menos una hora al día a jugar activamente, ya sea mediante clases extraescolares. Pero, a la hora de la verdad, solo los niños más acomodados se ejercitan lo necesario. El 88 por ciento de estos realizan más de dos horas de clases extraescolares (ya sea de deporte o danza), frente al 64 por ciento de los niños con familias con menos renta. Asimismo, tres de cada diez escolares están expuestos a las pantallas durante más de dos horas diarias. Pero, en el caso de los hogares con menos recursos, el porcentaje se duplica con respecto al de las familias adineradas (41 por ciento frente al 23 respectivamente). Un vaso de leche junto a una tostada y manzana sería un desayuno ideal para un niño de ocho años. Sin embargo, menos de la mitad de ellos llegan a comer una pieza de fruta diaria y el 30 por ciento solo toman una bebida en el desayuno, la que es la comida más importante del día. En aquellas familias con rentas más bajas, solo tres de cada diez comen fruta y apenas el 19 por ciento ingieren verdura a diario. Las cifras chocan cuando ocho de cada diez menores de rentas superiores a 30.000 euros desayunan todos los días algo más que una bebida, más de la mitad (53 porciento) comen fruta a diario y el 30 por ciento añaden verduras a su plato todos los días. En cuanto a los refrescos y bebidas azucaradas, el consumo se multiplica por ocho en las familias con menores ingresos respecto a las de mayores ingresos. En las primeras, casi ocho de cada diez niños beben refrescos más de tres días a la semana, frente a las segundas donde apenas uno de cada diez las ingieren más de tres días en una misma semana. Al respecto de estos resultados, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy ha indicado que «la legislación vigente y el modelo de autorregulación han demostrado ser ineficientes para un reto como este». Por ello, ha vuelto a hacer mención de Real Decreto de comedores saludables en centros educativos que anunció su ministerio el pasado junio. «Junto con el Ministerio de Educación y Sanidad, coordinaremos un proyecto para asegurar que los escolares cuenten con al menos cinco comidas saludables y equilibradas a la semana», ha expresado Bustinduy. Este proyecto, que en palabras de Bustinduy «será inminente», regulará el consumo de fruta, verdura, pescado y legumbre, a la vez que limitará el número de alimentos ultraprocesados, todo bajo los estándares de alimentación de la OMS. «Favorecemos los productos de temporada así como los propios, para que sean nuestros agricultores y productores los que impulsen un cambio en la alimentación de nuestros menores», ha concluido.

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