Educación para igualar a todos o para diferenciarse del resto: el dilema de un sistema que puede morir de éxito

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Esta semana hemos puesto las luces largas. Nos hemos salido un poco de la inmediatez que suele dominar este oficio y hemos hablado con Juan Manuel Moreno y Lucas Gortazar sobre su libro Educación Universal, un ensayo que analiza el mar de fondo en la educación a partir de lo que está pasando en todo el mundo.

La charla se nos fue un poco de las manos porque el libro plantea tesis interesantes, se compartan o no. Cuenta historias universales a partir de situaciones concretas que se están dando por todo el globo. En India o China, por ejemplo, las familias se volvieron locas con la formación privada para que los estudiantes aspiraran a las mejores universidades. La locura llegó a que las academias fichaban a profesores rivales como si fueran estrellas del deporte. En EEUU fue sonado el caso de famosos y millonarios que compraron el ingreso de sus hijos en universidades de élite. En Moldavia hubo una visionaria que puso en riesgo su incipiente carrera política para hacer lo que era mejor para el sistema, fuera de las lógicas cortoplacistas electorales. Y ganó, hoy es primera ministra del país.

Con pequeñas historias concretas como estas, los dos especialistas cuentan una historia universal de tensiones en el sistema. “Hay una tensión esencial en la educación entre una doble agenda: la de quienes buscan la educación como manera de igualarse en derechos y oportunidades y entre quienes buscan que les diferencie en resultados o identidad”, nos contaban. “El proyecto de la educación universal está bajo asedio”, dicen.

Porque la oposición al sistema es amplia: hay descontentos con la mera idea misma de que eduquemos a todos, hay enemigos declarados y hay desencantados, quienes sí creen en un sistema universal pero están insatisfechos porque no se acaba de desplegar en toda su extensión. Luego están los satisfechos, claro, esos millones de familias humildes o pobres que se benefician de una educación pública y gratuita. Pero no tienen voz.

También teorizan sobre “la paradoja de la universalización”, un efecto quizá algo contraintuitivo de lo que sucede cuando amplías la cobertura educativa: el sistema se vuelve cada vez más desigual. Pero eso no quiere decir que sea peor (ese eterno debate sobre el nivel). Solo quiere decir que hay más gente participando, y si lo piensas tiene lógica que cuantos más participen, más diferencia haya entre ellos. Más, desde luego, que cuando solo lo hacían unos cuántos elegidos.

No forma parte de la entrevista, pero discutimos con los autores si el libro es optimista o pesimista. A mí me parece que tiene un punto agorero por lo que cuenta respecto a dónde vamos: la búsqueda de la diferenciación está ganando, incluso –o sobre todo– entre quienes ya están diferenciados. Ellos dicen que el feedback que reciben les tacha más de optimistas. Entre otras cosas porque, y esto es una verdad incontestable, la educación cada vez alcanza a más personas. La duda es si el modelo está muriendo de éxito.

En cualquier caso, el libro tiene un enfoque diferente a los que se suelen publicar en España, habitualmente más centrados en algún aspecto concreto, más específico. Este es perfecto si quieres saber qué tendencias se están dando por el mundo, qué iguala o diferencia a los diferentes países y sacar tus propias conclusiones sobre el futuro de la educación.

Sé que los autores despiertan recelos entre ciertos sectores por aquello de que no son profesores de educación obligatoria (algún día abordaremos bien ese enfrentamiento, salvaje en redes, entre unos y otros), pero superado el ad hominen queda un libro interesante y argumentado, se compartan sus tesis o no. Aquí te dejo la entrevista.

Y en España, segregación

En España la situación no está para tirar cohetes. Es un tema recurrente, pero esta semana Save the Children nos ha recordado que nuestro sistema educativo es el más segregador de todo el mundo desarrollado entre la escuela pública y la privada concertada. Ya sabéis: los pobres no van apenas a los centros privados subvencionados por el Estado, que en teoría deben atender a la ciudadanía igual que los públicos. Es nuestra versión de la diferenciación de la que os hablaba: en lo privado, sea concertado o no, se tejen redes, se establecen conexiones, fuera del alcance del común de los mortales en lo público. Y pasa esto.

Save the Children dice la concertada segrega en buena medida porque no tiene suficiente financiación pública, lo que les lleva a cobrar a las familias, pago que deja fuera a las más humildes. El relato puede ser coherente y estar basado en datos ciertos (sin contexto), pero la realidad es que la escuela concertada en España segrega como ninguna otra, incurre en prácticas ilegales y a su vez condena a la pública, convertida en gueto en algunos barrios. Y todo ello pagado por todos.

Esta semana también hemos hablado de...

Los profesores no tienen tiempo para nada. La jornada laboral de los docentes no da. Seguro que conoces a alguno, pregúntale. Con 18-25 horas de aula semanales (según la etapa y la comunidad autónoma) más las guardias, preparación de clases, etc. se llena su jornada semanal. CCOO ha hecho un estudio con el que calcula que si un profesor le dedicara 10 minutos semanales a cada estudiante que tiene (¡diez minutos!) la jornada se le alargaría tanto que le estaría regalando casi una semana de trabajo al mes a la administración.

La escuela que 'no existe'. En los colegios rurales conviven en un aula alumnos de diferentes edades y niveles. Y hay que educarlos a todos a la vez. El problema es que en España no se enseña a los docentes a enseñar en estas circunstancias: la escuela rural ni aparece en los planes formativos. Es solo uno de los problemas que afrontan estos centros.

Sin plazas en la FP pública en Madrid. Otra de esas noticias que lo son porque se repiten año tras año. La red pública de centros de Formación Profesional de la Comunidad de Madrid deja fuera a uno de cada dos estudiantes que piden plaza. Siempre hay margen para empeorar un poco en la educación madrileña: el año pasado fueron 40.000 los excluidos, este 50.000, que se quedan con tres opciones: o estudian algo que no quieren o se lo pagan en la privada o pierden el año.

Para subir nota

El Gobierno quiere prohibir que las universidades 'compren' prácticas. PSOE y Sumar quieren enmendar la ley para evitar que las universidades, sean públicas o privadas, paguen a empresas (se de manera directa o en forma de donación) para asegurar las prácticas de su estudiantado. Esta enmienda trata de evitar que ciertos centros, con más recursos económicos, acaparen prácticas y dejen a otros sin plazas, algo que ya ha sucedido por ejemplo en la FP con los módulos sanitarios.

¿Tomas apuntes correctamente? Quizá recordéis que hace unas semanas os contamos que nadie nos enseña a estudiar, lo que no deja de ser una extrañeza, si se tiene en cuenta que es la principal ocupación del alumnado. Pues lo mismo sucede con los apuntes, otro elemento básico de la educación que cada uno gestiona como puede. Por si acaso, aquí tenéis unos consejos de una experta.

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