EEUU ya no depende de sus destructores para protegerse del 'oso' chino y su arsenal de misiles

En los últimos años, la República Popular de China ha incrementado de manera notoria su arsenal de misiles balísticos, tanto nucleares como convencionales. Unos movimientos que han obligado a Estados Unidos a prepararse de cara a un eventual conflicto entre las dos mayores potencias del mundo. Washington está trabajando en mejorar sus capacidades contra este tipo de misiles. Una de sus últimas novedades ha sido el lanzamiento de un interceptor SM-3, capaz de derribarlos, desde un contenedor en el ejercicio Pacific Dragon.

Entre el pasado 29 de julio y el 13 de agosto, las marinas de guerra de Italia, Australia, Japón, Países Bajos y Corea del Sur se citaron en el océano Pacífico junto con la US Navy y la Missile Defense Agency (MDA) estadounidense para llevar a cabo el ejercicio Pacific Dragon 24. La MDA es la agencia responsable de la defensa contra misiles balísticos en el país norteamericano. Dicho ejercicio, celebrado cada dos años y organizado por la 3ª Flota, tiene como objetivo mejorar la capacidad de las fuerzas participantes para trabajar de manera conjunta con el fin de detectar, seguir e interceptar misiles balísticos. Nótese que la 3ª Flota se refiere a un área de responsabilidad, en el océano Pacífico, y no a un grupo de barcos.

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Un misil desde un contenedor

Actualmente, la US Navy es una de las pocas marinas de guerra con capacidad para derribar misiles balísticos. Para ello, se sirve del modo ABM (Anti-ballistic missile) de su eficiente sistema de combate AEGIS, con el que están dotados sus destructores de la clase Arleigh Burke y los cruceros de la clase Ticonderoga, y de los misiles interceptores RIM-161 Standard Missile 3 (SM-3) y RIM-174 Standard Extended Range Activie Missile (ERAM) o Standard Missile 6 (SM-6). Ambos manufacturados por Raytheon.

Entrando en detalle, los misiles balísticos se caracterizan por describir una trayectoria balística, similar a la de una parábola. El vuelo de este tipo de vehículos se divide en tres fases: ascenso, fase intermedia y terminal. Cuando las distancias a recorrer por el vehículo son elevadas, este abandona momentáneamente la atmósfera durante la fase intermedia. Los misiles SM-3 están pensados para derribar el misil balístico atacante en esa etapa. Mientras que los SM-6, al ser multifunción, los confrontan en la fase terminal.

Buque de apoyo a plataformas petrolíferas Kobe Chouest de 280 pies (85 m) de eslora. Nótese la gran cubierta a popa para el transporte de material y herramientas para las tareas de apoyo. Fuente: Edison Chouest Offshore

De esta manera, el SM-3 cuenta en su interior con un vehículo, conocido como Lightweight Exo-Atmospheric Projectile (LEAP), capaz de impactar contra el misil durante la mencionada etapa exoatmosférica, esto es, fuera de la atmósfera, también conocida como intermedia. La manera de derribar el vehículo atacante es cinética, es decir, el LEAP ha de impactar contra el misil balístico. Para poder llevar dicho vehículo hasta fuera de la atmósfera, el misil dispone de cuatro etapas, similares a las de un cohete espacial. Todo esto hace que sea uno de los efectores más costosos del arsenal estadounidense. El SM-3 Block IIA ronda los 28,7 millones de dólares por unidad (unos 26 millones de euros).

La novedad en este ejercicio es que, por primera vez, se ha efectuado el disparo de este misil desde un lanzador Lockheed Martin Mark 70 Mod 1 Payload Delivery System. Dicho lanzador se emplazó en un buque, del que no ha transcendido ningún dato.

No obstante, a partir del vídeo publicado, se puede deducir que se trata de una nave grande. Aparentemente, un buque de apoyo en alta mar (Offshore Supply Vessel, OSV) o de apoyo a plataformas petrolíferas (Platform Supply Vessel, PSV). Este tipo de navíos se caracterizan por una cubierta de grandes dimensiones a popa para transportar equipos y material necesario para realizar trabajos en alta mar o dejarlos en dichas plataformas petrolíferas.

Infografía detallando todos los sistemas que componen el escudo de defensa contramisiles balísticos de Estados Unidos. Nótese que se detallan las tres fases del vuelo: ascenso, intermedia y terminal. Además, aparece el SM-3 capaz de derribarlos tanto

Por ejemplo, la empresa estadounidense Edison Chouest Offshore (ECO) cuenta con varios barcos de estas características. Además, en la filmación se aprecia un color rojo en la estructura del buque que coincide con el esquema típico de pintura de su flota. Candidatos sólidos son los ejemplares de la clase de PSV de 312 pies (95 m) de eslora como el MV Timbalier Island o el MV Thor Supplier. Por si fuera poco, ECO opera el MV Carolyn Chouest para el Mando de Operaciones Especiales Estadounidenses, en inglés US SOCOM.

En dicho vídeo también se observa una antena de telemetría. Seguramente, para captar las señales emitidas por el misil en los primeros instantes tras el lanzamiento. Durante estos ensayos es imprescindible captar el mayor número de datos posibles con el objetivo de documentarlo de manera precisa y detectar cualquier anomalía o mejora que pudiese surgir.

Crecer en número, multiplicar la pegada

Esta semana, la Chief of Naval Operations (CNO), equivalente al Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), ha presentado la nueva hoja de ruta de la US Navy, cuyo objetivo fundamental es alcanzar un alto nivel de preparación para un combate conjunto y combinado de alta intensidad con el horizonte temporal fijado en 2027. Y, evidentemente, focalizada en el país asiático.

Uno de los elementos en los que EEUU lleva trabajando bastante tiempo son los conceptos de guerra en red y operaciones marítimas distribuidas. Todo esto con la idea en mente de poder operar dentro de las zonas bajo sistemas anti-acceso y denegación de área (A2/AD) que desplegará la nación china, que cuenta con un gran número de misiles balísticos para tal efecto.

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De esta manera, es necesario 'dislocar' el lanzador del sensor, pues, hasta la fecha, ambos se encontraban en la misma nave. Por ello, el lanzador Mk 70 es clave en este aspecto, ya que no precisa integración con el buque portador y puede recibir información de terceros. Además de ofrecer una versión naval, la empleada en este caso, se comercializa un modelo terrestre sobre semirremolque. Así, en un futuro próximo, no será indispensable desplegar un destructor Arleigh Burke, sino que con un dron similar a los de la flota Overlord es suficiente, aumentando el número de plataformas capaces de disparar este tipo de misiles.

De igual manera, se está ensayando para ejecutar el sistema de combate AEGIS mencionado de manera virtual, aliviando así las necesidades del buque y que, incluso, se pueda ejecutar en submarinos. Todo en conjunto, operando distribuidos, aportarán flexibilidad y efectividad al Mando.

Misil interceptor SM-3 en las instalaciones de su fabricante, Raytheon. Fuente: Raytheon

En este ejercicio tampoco se ha desvelado otro dato importante: ¿cómo se ha transmitido la solución de tiro al misil? Pues, en el caso de misiles balísticos el seguimiento no es sencillo y se precisa de diferentes plataformas para hacerlo. Además de los sensores del propio buque de la clase Arleigh Burke, se recurre a radares en tierra (por ejemplo AN/TPY-2) o en la mar como el SBX-1.

Por otro lado, en el ejercicio también se aprovechó para probar un nuevo blanco, el Integrated Air and Missile Defense Target. Está pensado para evaluar los interceptores SM-3 y SM-6 en escenarios complejos, incluso simulando interceptaciones hipersónicas. No obstante, dicho vehículo fue destruido por el control del polígono de tiro mientras estaba en vuelo, pues la idea era probar las capacidades de comunicación y guiado en toda la envolvente del vuelo.

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Es preciso apuntar que en estos ensayos siempre se dispone de blancos que son capaces de simular el comportamiento que hipotéticamente describirían los misiles balísticos. Por ejemplo, además del ya mencionado IAMD-T, se efectuó el lanzamiento de un AEGIS Readiness Assessment Vehicle-B (ARAV-B) que reproduce el vuelo de un misil balístico de alcance intermedio (en inglés, Medium Range Ballistic Missile).

Aparte, en dichos ensayos, no solo participan las fragatas y destructores que lanzan los misiles e interceptores, sino que también hacen acto de presencia buques y aviones de apoyo encargados tanto de monitorizar el polígono de tiro definido en la mar como de captar la información de los misiles en vuelo y, si es necesario, destruirlos en el aire. Estados Unidos dispone de los buques SS Pacific Tracker y SS Pacific Collector para estos cometidos. Con respecto a los aviones, la US Navy cuenta con un NP-3D Orión que, próximamente, será sustituido por un Gulfstream NC-37B.

Misiles balísticos: Una capacidad en su apogeo

De un tiempo a esta parte, la República Popular de China está incrementando su arsenal de misiles balísticos. Ya sean basados en tierra como lanzados desde mar y ya sean convencionales o con cabezas nucleares. Los convencionales estarían focalizados en misiones de ataque a tierra y antibuque, incluso han llegado a afirmar que serían capaces de eliminar un portaaviones estadounidense.

La familia de misiles balísticos chinos más conocida es Dongfeng. Este término se traduce al español como Viento del Este. Sus inicios se remontan al tratado de amistad sino-soviético de los años 50 y se extienden hasta nuestros días. Entre ellos se encuentran misiles de cabeza nuclear, como el DF-31, y otros de cabeza convencional, como el DF-21D. Éste último apodado ‘carrier-killer’ por su capacidad para destruir portaaviones.

Además de lo mencionado, la Federación Rusa continúa trabajando en el desarrollo de su nuevo misil estratégico, el RS-28 SARMAT (OTAN: SS-X-SATAN-2). Tanto es así que esta semana se espera un nuevo lanzamiento de dicho vehículo. Aparte de las reservas de espacio aéreo emitidas, dos aviones de reconocimiento Boeing RC-135S COBRA Ball —aviones fácilmente reconocibles por llevar un ala pintada de negro y especializados en la captación de información de dichos misiles—, con matrículas 62-4128 y 61-2662, han partido desde su base en Offutt, Nebraska, hacia Elmendorf en Alaska.

Estados Unidos continúa preparándose para un posible conflicto en el Pacífico. Este nuevo paso era esperado: poder lanzar desde cualquier plataforma que flote cualquier misil de su arsenal. ¿Cómo responderá el gigante asiático?

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