El fútbol no espera a nadie y marcha a velocidad de crucero. Si no que se lo digan a Xavier García Pimienta , técnico sevillista, que ha centrado las miradas de todo el sevillismo esta misma semana después de que el triunfo labrado ante el Valladolid (2-1) permitiera al preparador catalán renovar con la entidad blanquirroja hasta junio de 2027, esto es, un año más de los dos que tenía inicialmente pactados desde el pasado verano, siendo el último supeditado a objetivos relacionados con una futura clasificación europea. Sucede que hace tan sólo unos meses desde que García Pimienta dirigiera aquel solvente Las Palmas que fraguó una gran primera parte de campeonato, y luego perdió fuelle en un segundo para olvidar. Le valió pese a todo al expreparador del Barcelona B para tener la oportunidad de ponerse al frente del frágil buque sevillista y ahora visita a San Mamés con la confianza del club en su bolsillo tras haber conseguido esa ansiada victoria en casa y ahora debe mostrar buenas sensaciones para llegar de la mejor manera al derbi al Ramón Sánchez-Pizjuán . Con todo, el Sevilla de García Pimienta es el que aterrizará en el estadio bilbaíno este domingo por la tarde con la premisa de no salir tan mal parado como le pasó cuando lideraba a Las Palmas y tuvo que realizar dicho desplazamiento. Y es que hubo polémica en aquella cita en la que pese a que el Athletic firmó un buen partido, el choque se acabó decidiendo a través de un penalti señalado en el área canaria que según la afición amarilla no debió producirse. Espera no atravesar la misma suerte ahora el cuadro sevillista, que por medio de su entrenador recuerda cómo además no se pitó un penalti a Marvin, futbolista de Las Palmas, que podría haber puesto al cuadro canario en igualdad de condiciones en el marcador. En el primero de los penaltis según el árbitro no hubo una falta previa de Sandro que protestó vivamente Las Palmas de García Pimienta, quien no puso paños calientes a la hora de evaluar la acción arbitral a nivel global e indicó que los suyos podían haber hecho más para acabar sumando un punto al menos en la siempre compleja plaza de San Mamés.
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