En prisión provisional desde el desmantelamiento de la trama que presuntamente defraudó a Hacienda 180 millones de euros a través del IVA de los hidrocarburos, Víctor de Aldama también echó sus redes sobre las grandes empresas del Ibex, a las que ofreció su mediación para hacer negocios en la Venezuela chavista. Antes del estallido de la pandemia y de emprender el negocio de las mascarillas, siempre bajo el paraguas institucional que le proporcionaban Koldo García y José Luis Ábalos , el comisionista Aldama exploró el filón venezolano, precisamente de la mano de Delcy Rodríguez. Que el entonces ministro de Transportes, ya investigado por la Sala Segunda del Tribunal Supremo, fuera el anfitrión en el aeropuerto de Barajas de la vicepresidenta de Venezuela –ministra de Petróleo desde el pasado agosto– no hace sino añadir una nueva casualidad a la red de intereses que Aldama tejió alrededor de la cartera política de Ábalos.
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