El duelo ante el Olot de Copa del Rey en el que cayó eliminado el Córdoba dejó más sombras que luces sobre la plantilla blanquiverde. Sobre todo, en su fondo de armario y los fichajes que, lejos de aprovechar su oportunidad, tiraron por la borda un momento idóneo para reivindicarse. El equipo sigue sin ganar a domicilio, pese a ser un rival de Segunda Federación, y deja muchas dudas en defensa, dónde concede con demasiada facilidad. Tampoco le van mejor las cosas en ataque pues el equipo es incapaz de materializar ocasiones aunque sea mejor que su rival en el juego. En sala de prensa, Iván Ania ya mostró su descontentó y confesó que «es evidente que fuera de casa tenemos que mejorar, tenemos que dejar de conceder tanto a los rivales, no nos pueden generar tanta sensación de peligro». A su juicio, « no creo que sea un tema de actitud , nos costaba recoger la segunda jugada y eso es de concentración. Cuando pierdes siempre esperas un poco más, pero debemos hacer borrón y cuenta nueva, autocrítica clara porque caímos ante un rival dos categorías inferior. Si no igualas su ilusión o la intensidad, es difícil». Además señaló que «me preocupa no ganar, necesitamos ganar cuanto antes, me preocupa que se siga hablando de que el equipo no gana fuera, nosotros el año pasado fuimos el equipo que hizo más puntos como visitante. Tenemos que ver los motivos, pero el más claro es que concedemos demasiado . Tenemos que ser mucho más contundentes en los duelos, salimos perdedores en los duelo uno uno, si somos capaces de darle la vuelta a eso, iremos sumando más». A ello se suma la debilidad de una plantilla corta, con solo 22 jugadores, pero que tiene un desnivel a día de hoy entre titulares y suplentes. El duelo ante el Olot dejó ver las costuras defensivas de un equipo que, por momentos fue superado por el cuadro catalán. Los recambios no están funcionando y los jugadores menos habituales no empujan por un sitio. La falta de concentración, la fragilidad defensiva y el poco acierto de cara a puerta se multiplican fuera de casa. Hay jugadores que están dejando más dudas en sus primeras semanas como cordobesistas. En todas las parcelas del campo, a excepción de la portería, el lugar más seguro de momento. De momento, las múltiples caras nuevas que trajo la dirección deportiva no están funcionando como debería. En el eje de la zaga, tan solo Lapeña se ha constituido como un pilar fundamental para el equipo. Martínez tiene problemas para completar un partido por molestias físicas, Mati Barboza recayó en Olot de una lesión que le ha mantenido alejado del terreno de juego las últimas semanas. La última pieza es Marvel, cuyo rendimiento en el Córdoba ha ido de más a menos hasta tener uno de sus peores momentos en Olot, con múltiples pérdidas y falta de concentración. También sufre el Córdoba en el lateral izquierdo, con un Calderón algo desubicado en las últimas semanas y que no tiene recambio natural. Tan solo Álex López del filial que, a pesar de su potencial, juega en Tercera Federación. En el centro del campo, tan solo Isma Ruiz y Álex Sala recuerdan a su mejor versión de la temporada pasada pues a Théo Zidane y Genaro les está costando algo más. Así como Jacobo que aparece por ráfagas, pero necesita ser más regular para aportar toda la calidad que tiene al servicio del Córdoba. En Olot le costó, al igual que a Ander Yoldi, que tuvo un gran inicio liguero aunque ahora ha perdido esa chispa. Ni la delantera funcionó en Olot. Obolskii desperdició su gran oportunidad de desbancar a Antonio Casas y fomentar una bonita lucha por la titularidad. Sin embargo, el delantero ruso apenas tuvo ocasiones y no definió bien en las llegadas del Córdoba en la primera mitad. Con sus cinco goles , el rambleño es el único punta que está aportando goles a una plantilla que buscaba tres delanteros en el mercado de fichajes, pero finalmente se quedó con dos. Aunque solo funciona uno. La gran esperanza es la irrupción de Jude Soonsup-Bell en el grupo.
abc.es