La situación del Córdoba fuera de casa es alarmante. El equipo sigue siendo el peor visitante de la Segunda División y no hay una mejoría clara por parte de la plantilla que dirige Iván Ania. Los números hablan por sí solos y el Córdoba lleva un punto de los 21 disputados lejos de El Arcángel. Sin el talismán de su estadio , el cuadro blanquiverde muestra su peor versión, tanto en la parcela ofensiva dónde su efectividad baja en picado como en la defensa, dónde comete errores groseros que se traducen en goles y puntos para el rival. Una mezcla fatídica que deja al Córdoba en una delicada situación con los partidos a domicilio. De momento, siete veces ha jugado el Córdoba fuera de casa a lo largo de la temporada. Deberían haber sido ocho, pero su partido en Almería se suspendió y se recuperará el martes 26 de noviembre a las 20.30 horas. El equipo de Iván Ania se ha enfrentado a Mirandés, Elche, Huesca, Albacete, Granada, Racing de Santander y Cádiz el pasado fin de semana. El balance es más que negativo: solo un punto de 21. El único escenario donde ha puntuado el Córdoba esta temporada, además de El Arcángel, es el Carlos Belmonte de Albacete. Un gol de Jacobo en la recta final del partido rescató el primer y único punto como visitante del conjunto cordobesista. Con respecto a la parcela ofensiva, el Córdoba tiene una gran tarea por cumplir cuando juega fuera de casa: muchas ocasiones desperdiciadas. El partido ante el Cádiz ya demostró que el equipo desperdició muchas llegadas y disparos para poder recortar distancias y meterse en el encuentro. La tuvo Antonio Casas en la primera mitad, Théo Zidane en la segunda, Obolskii en la recta final, etc. Ninguno de ellos pudo finalizar con criterio. Ese es uno de los principales problemas del Córdoba, su falta de puntería y su poca claridad a la hora de finalizar las jugadas. Para puntuar fuera de casa, hay que ser más efectivos en el área rival. Un aspecto que ya señaló Iván Ania en sala de prensa. El Córdoba, poco a poco, ha ido perdiendo fuerza en ataque cuando juega fuera de casa. No empezó mal pues en su debut liguero ante el Mirandés logró tener hasta 24 remates por 4 de los locales. Sin embargo, los tres puntos se los quedó el equipo burgalés que fue más efectivo. Su segunda salida, ante el Elche, ya demostró las carencias del equipo ofensivamente. Solo cinco remates en 90 minutos . En Huesca otra vez logró imponerse a su rival en llegadas y remates (16), pero su rival terminó goleando con cuatro goles en nueve remates. Más efectivos. Más igualado estuvo el encuentro con el Albacete que se reflejó en el marcador. No como el de Granada, que el Córdoba fue inferior en llegadas (6 por 17 del cuadro nazarí), pero contaba con un jugador menos. En Santander no hubo tanta diferencia (12 de los blanquiverdes y 18 de los cántabros), pero se impuso la calidad técnica del cuadro cántabro. En Cádiz, el Córdoba dobló en remates a su rival (20 a 10), pero no aprovechó ninguna de sus ocasiones. Es por ello que la efectividad brilla por su ausencia. En siete partidos, el Córdoba ha cosechado solo tres goles. Uno de ellos le sirvió para puntuar por primera vez lejos de El Arcángel en Albacete. El resto sirvieron para recortar distancias ante Huesca y Elche, pero no lograron encender la chispa de la remontada. Jacobo, Antonio Casas y Adilson son los únicos jugadores que han marcado lejos de El Arcángel. Pero los porcentajes de efectividad están bajo mínimos. Más de 80 remates a lo largo de siete partidos que se traducen en tres goles. Es decir, el equipo necesita más de 25 llegadas al área rival para marcar un gol fuera de casa. Esa falta de acierto le está pasando mucha factura a domicilio pues todo se decide en las áreas y sus rivales sí aprovechan cada concesión. Pese a ser superior muchas veces a sus rivales, el equipo de Ania no consigue dar ese paso al frente. Tampoco está fino el Córdoba en materia de amonestaciones. 19 tarjetas amarillas a lo largo de siete partidos a domicilio. Una media de casi 3 amarillas por partido. En una plantilla corta de 22 jugadores, las amonestaciones son un enemigo a evitar, dado que muchos jugadores pueden perderse partidos y dejar en jaque al equipo. La próxima semana, ante el Real Zaragoza, no estará Albarrán por ver su quinta amarilla. Las dos últimas salidas del Córdoba a Santander y Cádiz han dejado diez amarillas para los de Iván Ania (5 en cada partido). El Córdoba está pecando de juventud en la categoría y no lee bien los encuentros en la frenética Segunda División. Llega tarde a muchas acciones y termina cometiendo falta o viceversa (no la comete cuando debería). Además, en siete encuentro, el equipo ha sufrido ya tres expulsiones. En Huesca, Martínez vio la tarjeta roja ya en el tiempo de descuento. En Granada, el árbitro condicionó el encuentro con su expulsión directa a Théo Zidane en la primera mitad. También fue expulsado Jacobo en Santander por dirigirse al árbitro en señal de protesta. También evitable. También tiene un problema el Córdoba con los penaltis. Ha cometido ya cinco penaltis en siete partidos lejos de El Arcángel. Muchos de ellos infantiles y totalmente evitables. Iván Ania incluso ha señalado en sala de prensa que no se puede defender siempre con falta en el área, hay que aprender a defender sin falta. Sin embargo, el Córdoba pecó más veces de inexperto. Incluso ha sido reincidente en algunos encuentros. Los penaltis han hecho que el rival entre de lleno en el encuentro y logre llevarse los puntos a costa de un desordenado Córdoba. En Elche, el equipo cometió dos penaltis. Uno de ellos lo detuvo Carlos Marín incluso, pero no pudo hacer nada en el siguiente. Sí adivinó el disparo de Quiles ante el Albacete y el de Ontiveros ante el Cádiz, pero no recogió el rechace y finalmente acabaron en gol. A pesar de ser un escudo para su equipo, Carlos Marín no puede sostener los múltiples fallos de su defensa que se agravan con las polémicas decisiones por parte de los árbitros. La estadística refleja claramente que el problema del Córdoba está en las áreas porque la posesión casi siempre ha estado de su lado. En tres partidos, el cuadro blanquiverde ha tenido menos posesión que su rival. No fue protagonista en Elche, donde el equipo mostró poca actitud para competir. Tampoco en Granada, donde se tuvo que limitar a remar a contracorriente por estar con un jugador menos desde la primera mitad. Y tuvo menos posesión que el Racing de Santander en casa, pero la diferencia estuvo en pocas décimas. En la otra cara de la moneda, fue superior en posesión ante el Mirandés con casi un 70 por ciento, pero no logró puntuar. También en Huesca, donde incluso se marchó goleado. Incluso ante el Cádiz la pasada jornada casi roza el 60 por ciento de la posesión. Un sello propio del estilo de Iván Ania, que no está funcionando en los partidos fuera de casa pues el control del balón, sin efectividad, no funciona para conseguir puntuar lejos de El Arcángel. En defensa, el Córdoba no está nada fino. En casa está logrando evitar que las concesiones se conviertan en goles fácilmente. Como visitante, es otra historia. La falta de calidad en la zaga es evidente y se refleja en los partidos como visitante. Múltiples errores en la salida de balón, en el marcaje de los jugadores, en los saques de esquina o en el simple fuera de juego. Poco entendimiento entre los jugadores, que están algo desordenados cuando se repliegan. Esos errores individuales, que se suceden cada dos semanas han costado la mayoría de los puntos. Además, los problemas físicos no dejan que el equipo tenga continuidad atrás. El único central que funciona es Lapeña, y fue responsable en parte de la acción del penalti en Cádiz. Marvel, por su parte, ha ido de más a menos a lo largo de la temporada y está dejando también dudas en este tramo de competición. Martínez no cuenta con la confianza del técnico y le cuesta terminar un encuentro. Además, Mati Barboza está lesionado y cuando tuvo la oportunidad de jugar, el equipo completó una de sus peores actuaciones, en Elche. La defensa dejó muchas dudas. En la categoría, el Córdoba se ha consolidado como el peor visitante. Tan solo un punto de 21 posibles. Es superado incluso por el Tenerife que lleva dos puntos en sus siete encuentros a domicilio también. Datos demoledores en un tramo de competición complicado pues el Córdoba tendrá que visitar en las próximas semanas a Almería, Sporting de Gijón o Levante. Candidatos al ascenso o, por lo menos, a jugar el play off de ascenso. El Córdoba está tomando el rol de «cenicienta» de la categoría como visitante. En la temporada pasada, el equipo logró igualar su puntuación como visitante y como local, siendo competitivo lejos y fuera de El Arcángel. Sin embargo, este año está dejando un mala imagen cuando viaja fuera. Se sostiene en la clasificación gracias a sus resultados como local, pero es una ventaja frágil pues a día de hoy, el Córdoba está más cerca de encontrar su primera derrota en El Arcángel que de ganar a domicilio. Necesita un golpe en la mesa a domicilio, y la próxima oportunidad será el martes 26 de noviembre con el Almería. Iván Ania no modifica su estilo de juego cuando juega en casa y cuando lo hace como visitante. Su estilo ambicioso, con una presión alta y la defensa adelantada le está pasando factura también a domicilio. El técnico asturiano sigue empeñado en jugar con su mismo esquema fuera de casa cuando los resultados no están dando la razón. Quizás los mismos jugadores no pueden jugar con ese estilo fuera de casa y en El Arcángel. Para paliar los resultados, el equipo podría cambiar de sistema y pasar del 4-2-3-1 al 4-1-4-1 o el 4-4-2 que se dio por momentos en el partido ante el Cádiz y que dio algo de resultado pues el equipo tuvo ocasiones en la segunda mitad para poder meterse en el encuentro y rascar un punto del Nuevo Mirandilla. El equipo comete muchos riesgos con su estilo de juego, en el que consigue hacerse con la posesión y el control, pero no es efectivo en las áreas.
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