El Ejecutivo de Barnier en cuarentena antes de comenzar a gobernar

Francia se pregunta: «¿Puede durar el gobierno de cohabitación entre Michel Barnier , primer ministro, y Emmanuel Macron , presidente?«. »No mucho«, responden al unísono prensa y opinión pública. Según un sondeo publicado el domingo por el semario 'Le Journal du Dimanche' (JDD), el 58 % de los franceses estaban desilusionados y descontentos veinticuatro horas después de conocer a los nuevos ministros. La mañana del lunes, Barnier desayunó con el gobierno en pleno para celebrar una «reunión de trabajo» antes de participar en el primer consejo de ministros esta tarde. En el palacio de Matignon, residencia oficial del primer ministro, Barnier reunió a sus ministros para «leerles la cartilla» y pasarles la «hoja de ruta» común. Horas más tarde, en el palacio del Elíseo, Macron presidió un primer consejo de ministros, celebrando la «bienvenida» con sus propias consignas. Ni un solo periódico, emisora de radio o cadena de tv, da mucho tiempo de vida al gobierno. Los optimistas estiman que puede durar un año. Los pesimistas se preguntan cuando tardaré en caer tras la presentación de Barnier en la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento nacional. Lacónico, 'Le Monde' titula: «El primer desafío del Gobierno es conseguir durar». 'Le Figaro' agrega: «Lo más duro comienza, poder durar». 'Le Parisien' insiste: «Francia tiene gobierno, ¿hasta cuándo?». 'Le Point' titula: «El gobierno Barnier está en cuarentena». 'L'Express' afirma: «El Gobierno más débil de la V República». El 'Nouvel Obs'. sentencia con mucha ironía, refiriéndose a la «jugada» de Macron y el nuevo Gobierno: «¡Bien jugado por nuestro Nerón nacional». La opinión pública contempla la crisis con angustia contenida. Según un sondeo destacado por 'Le Figaro', el 65 % de los franceses temen ser víctimas de nuevas subidas de impuestos «los próximos meses». Francia necesita más de 100.000 millones de euros para comenzar a equilibrar sus cuestas públicas. El nuevo Gobierno se tomará un tiempo para estudiar una situación calificada oficialmente de «muy grave». Unos y otros coinciden en cinco fechas muy próximas que pueden agravar la inestabilidad. Tras los rayos y truenos de la presentación del proyecto gubernamental, el 1 de octubre, en la Asamblea Nacional (AN), ocho días más tarde deben presentarse los presupuestos del Estado. El Nuevo Frente Popular (NFP), que reúne a todas las izquierdas, y Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, amenazan con mociones de censura. El 25 de octubre, Moody's, la agencia de notación financiera internacional, debiera dictar su temida «sentencia». Días más tarde, el gobierno debiera presentar a la Comisión europea un proyecto de «restauración» de las cuentas del Estado, con muy malos antecedentes y previsiones. El 31 de octubre. Marine Le Pen presentará su proyecto de «restauración» de la jubilación a los 60 años… anulando la última reforma macroniana que tardó varios años en «imponerse», muy aplazada en el tiempo. Ante ese proyecto lepenista, Jean-Philippe Tangue, portavoz de su partido, ha declarado: «Somos nosotros quienes decidiremos si este gobierno tiene o no tiene futuro». La Francia insumisa (LFI, extrema izquierda) defiende el mismo proyecto: anular la jubilación a los 64 años, para «restaurar» la jubilación a los 60, que Francia adoptó por vez primera en 1981 / 83, cuando gobernaba la «unión de la izquierda» socialista y comunista, bajo la Presidencia de François Mitterrand. La unión de los extremos puede tumbar al nuevo gobierno cuando lo consideren oportuno.

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