Taylor Swift se propuso el ambicioso objetivo de ofrecer a sus seguidores un concierto a la altura del precio y la locura que se había conformado alrededor de 'The Eras Tour'. La cantante internacional decidió eliminar el alcohol de su dieta y entrenar como una deportista de élite para obsequiar a sus 'fans' con un espectáculo muy difícil de superar: tres horas de 'show', diez cambios de vestuario y una 'tracklist' de 40 canciones con una energía inagotable.
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