El Monasterio de Piedra, joya natural de Aragón, arrasado y cerrado por la DANA: "El río pasó a mar bravo"

El paso de la DANA por España ha arrasado miles de hectáreas en distintos puntos del mapa. Una de las joyas de Aragón, el Monasterio de Piedra, despertaba el jueves irreconocible. El día anterior, el miércoles 30, tras el paso de las lluvias torrenciales por Valencia, las nubes rebosantes de agua ascendían hasta Zaragoza. En aquel momento el parque natural decidió suspender las visitas ante los avisos de una posible crecida muy importante del río Piedra. Por la mañana, cuando los trabajadores llegaron hasta el parque, el caudal ya había crecido fuertemente y en algunas zonas, el río ya se había desbordado. El personal abandonó la zona natural ante el riesgo que suponía quedarse allí. Cuando regresaron al día siguiente, el paisaje era "desolador", describen desde el Monasterio de Piedra.

Todas las previsiones que fueron recibieron los operarios conforme avanzaba la mañana, se cumplieron. A las 16.30 h del miércoles el parque ya estaba totalmente arrasado por las fuertes trombas de agua. Gracias a los avisos y alertas, la zona se encontraba ya totalmente desalojada. El caudal del río, que normalmente es de un metro cúbico por segundo porque se nutre de acuíferos naturales, alcanzaba los 60 metros cúbicos por segundo y superó con creces todos los récords registrados en este paraje.

Caminos destrozados y árboles levantados en el parque tras el paso de la DANA. (Imagen cedida por Clara Gormedino)

Prácticamente toda la zona ha quedado arrasada. "Han desaparecido todos los puentes, vallas, accesos... Es imposible por ahora la visita", aseguran desde el Monasterio de Piedra. "La naturaleza ha mostrado su cara más agresiva. Este río se convirtió en un mar bravo", recuerdan. Los propios operarios del parque han comenzado los trabajos para recuperar la zona, pero una semana después solo han podido despejar caminos para acceder hasta lugares que por el momento son inaccesibles. Aún no han podido comenzar los trabajos de remodelación que, estiman, podrán prolongarse meses. De momento, los expertos están valorando los daños y el parque-jardín se encuentra cerrado, pero sí puede visitarse el monasterio que será gratuito estos días.

Desde el Monasterio piden auxilio a los responsables políticos: "Para recuperarnos necesitamos ayuda tanto de la Diputación de Zaragoza como del Gobierno de Aragón", exclaman. Hasta el momento, todos los trabajos de limpieza y recuperación de accesos, los están realizando los operarios internos y una empresa externa de la región que trabaja habitualmente para este Bien de Interés Cultural, pero necesitan una intervención autonómica y provincial para recuperar la zona lo antes posible. Aun así, los trabajadores del área se muestran confiados y transmiten un sentimiento de profunda esperanza: "Esto va a volver a ser lo que era, estamos seguros. La naturaleza está viva y cambia todo el rato. Pero esto volverá a ser precioso", recalcan.

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En este espacio natural llueve sobre mojado. Literalmente. A principios de septiembre se sucedieron varios días de lluvias intensas que aumentaron considerablemente el caudal del Piedra. Pero fue el pasado 5 de septiembre cuando la zona sufrió una fuerte riada. El caudal del río alcanzó los 31 metros cúbicos por segundo. Es decir, había treinta veces más agua de lo habitual, pero la mitad que la semana pasada. Antes de septiembre, el récord se registró en 1997 con acumulaciones de 28 metros cúbicos por segundo.

Las consecuencias de las lluvias de hace dos meses ya fueron trágicas: se destrozaron varias estructuras y diferentes partes quedaron anegadas. Hubo que reparar senderos, arreglar escaleras, sustituir vallas y rehabilitar muros. Las conocidas como cascadas de La Caprichosa y la Cola del Caballo, emblemas del Parque, cambiaron considerablemente, pero aseguran que "es algo normal porque es naturaleza". Con el esfuerzo y la ambición de los trabajadores, en menos de diez días pudieron recuperar la zona, pero ahora sienten que "no sirvió para nada". Tras este acontecimiento del pasado septiembre, desde el Monasterio se decidió construir diques de contención. Sin embargo, ni con estas nuevas obras, se pudo reprimir la fuerza del agua.

El área que compone el parque-jardín, formado por una senda de lagos y cascadas, es además de un pulmón verde, un "dinamizador económico brutal", sostienen desde el área natural. Ubicado en la comarca aragonesa de Catalayud es el modo de vida de muchos vecinos que vieron en el paraje, una oportunidad de negocio: hoteles, empresas turísticas, restaurantes, hostales. El llamamiento de ayuda gubernamental es "necesario" para recuperar el coto, porque si no, aseguran que "el desarrollo turístico se va a ver muy mermado".

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