«El objetivo no es que la IA sustituya a alguien en el trabajo. Es que aporte valor»

La inteligencia artificial (IA) quiere cambiarte la vida. Y rápido. Pero para que sea para bien hace falta tiento, ética e interés; y lo mismo vale para que las empresas sean capaces de sacarle todo el jugo a la tecnología y mejorar su funcionamiento. Así ha quedado claro esta mañana en el coloquio 'Claves de la nueva IA', celebrado dentro del 'Campus FAES 2024' y moderado por el abogado especializado en asuntos digitales Borja Adsuara. Durante su desarrollo, Ana Paula Assis, directora general de IBM Europa, María Jesús Almazor, CEO de la división de ciberseguridad y cloud de Telefónica Tech, han debatido sobre el estado actual de la tecnología. Y evidentemente, ha habido hueco para la reciente y pionera Ley de IA , aprobada por la Unión Europea la pasada primavera y que, en apenas un par de años, estarán funcionando plenamente en suelo comunitario. «Vale la pena reconocer el trabajo de Comisión», afirmó Assis, que ha reconocido las bondades de la regulación, que separa las funciones de la IA en cuatro grupos en función de su peligrosidad. Y ahí entran sistemas de IA generativa como ChatGPT, que están obligadas, entre otras cosas, a compartir los datos que han sido empleados para su entrenamiento y que están sujetas a derechos de autor. «El nivel de apertura del funcionamiento del modelo (que pide la Ley) es bastante amplio», remarcó Assis. «Yo creo que al final, los modelos abiertos estarán mejor preparados para cumplir con la regulación», prosiguió. Por su parte, Almazor apuntó que es importante que las leyes que se vayan desarrollando con el tiempo, en distintas partes del mundo, «garanticen el equilibrio» entre el avance de la tecnología y la protección de los usuarios, y que estén listas para evolucionar. «Estamos ante un entorno cambiante, los cambios que sufre esta tecnología son espeluznantes», destacó la CEO de ciberseguridad de Telefónica Tech. Como han expresado durante los últimos años empresas del calado de Google, Apple o Microsoft, ha señalado la importancia de que las normas para las empresas «sean flexibles para no dañar la innovación». Vocación con la que nace la Ley de IA de la UE. También se llamó la atención sobre la importancia de que los desarrollos sean éticos, y también su implementación en negocios y organizaciones. La IA aspira a generar una gran riqueza a nivel global. De acuerdo con el padre de ChatGPT, Sam Altman, su uso hará que próximamente surjan empresas valoradas en miles de millones de euros. Por el momento, las compañías tradicionales, en muchos casos, se siguen pensando lo de abrazar la tecnología; aunque ya, a estas alturas, tiene mucho que ofrecerlas. «Las grandes oportunidades (de la IA a día de hoy) las vemos en la optimización de procesos. También en la personalización de servicios de las compañías y en la automatización», explicó la CEO de ciberseguridad de Telefónica Tech. Y puso ejemplos sobre cómo están usando la tecnología para detectar el fraude bancario, la identificación de los mejores materiales en la industria o en el ahorro de energía, como luz y agua. Asimismo, las ponentes resaltaron cómo la IA puede mejorar la productividad de la compañía y hacer que los trabajadores puedan dedicarse a labores más complejas. Para lo demás, para lo aburrido y mecánico, la máquina. Ahora bien, que pueda ayudar no implica que todas las herramientas sean válidas para cualquier empresa, independientemente de su clase. Lo que para un banco vale, para una tienda de ropa no. «Lo más importante y fundamental es poner la tecnología adecuada según el caso. Siempre recomiendo asesorarse por un tercero. Es clave», señaló Almanzor, que, además, remarcó que «el objetivo no es que la IA sustituya a nadie. Es que aporte valor». España cuenta con buenas infraestructuras para sacarle partido a la tecnología. De las mejores de Occidente, según se señaló durante la conferencia. Sin embargo, quedan deberes por hacer, las empresas deben dar el paso de implantar las tecnologías y, también, quizá más todavía, retener el talento, para lo que hace falta colaboración pública y privada. El auge de la inteligencia artificial también está permitiendo que sea más fácil que nunca generar campañas maliciosas destinadas a desinformar a los usuarios o a estafarlos. A día de hoy cualquier persona con un apenas conocimientos informáticos puede encontrar fácilmente herramientas en la red con las que crear imágenes falsas que, cada vez más, parecen reales. O cambiar la voz del criminal de turno para que este se haga pasar por otra personas. Sin embargo, la IA también es una herramienta importante para la prevención de incidentes. Para detectarlos antes de que provoquen el caos en una corporación. «Hay mucho que la inteligencia artificial puede hacer en este campo, es un amigo y un enemigo de la ciberseguridad que está en manos de los buenos y los malos», explicó la directora general de IBM Europa. Aunque ni Assis ni Almanzor creen que la IA haya venido para sustituir a nadie, sí que opinan que por el camino pueden perderse algunos oficios que serán sustituidos por otros nuevos. Para que nadie se quede por el camino, y surjan nuevos perfiles se destacó la importancia de la formación. «La clave es tener velocidad de adaptación y que las empresas estén preparadas (para capacitar a sus empleados)», dijo la CEO de ciberseguridad de Telefónica Tech. «(De acuerdo con un estudio de IBM realizado entre ejecutivos de todo el mundo) el 44% de la fuerza laboral va a tener que se entrenada. El tema es cómo adaptamos a las personas a esta tecnología», señaló por su parte la directora de IBM.

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