Dimitris Giannakopoulos es el presidente más extravagante del baloncesto europeo. El propietario del Panathinaikos, actual campeón de la Euroliga , tiene entre sus costumbres anunciar los fichajes de los griegos en sus redes sociales e incluso atacar a sus rivales del Olympiacos o a los árbitros mientras se graba sin camiseta y fumando cigarrillos en su despacho. Sin embargo, su última excentricidad ha dejado una imagen de los más bella. Los atenienses acogerán un torneo de pretemporada en el mítico Estadio Panathinaikó , sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896. Este sábado, el propio Panathinaikos, el Partizan de Belgrado, el Maccabi de Tel Aviv y el Efes turco jugarán un cuadrangular en el icónico recinto, que también fue utilizado durante los Juegos de Atenas 2004 en la pruebas de Maratón. Situado en el centro de Atenas, el también conocido como Kallimármaro volverá a rugir como antaño, aunque esta no es la primera vez acoge un gran evento de baloncesto. De hecho, el 4 de abril de 1968 acogió a más de 80.000 aficionados para la final de la Recopa, que enfrentó al AEK Atenas y al Slavia Praga, una cifra que nunca ha sido superada en Europa. Varios jugadores, como el sudanés Wenyen Gabriel (Maccabi) o el estadounidense Shane Larkin (Efes) no han podido contener la emoción y han compartido en sus redes sociales las improvisadas y espectaculares instalaciones. Por ejemplo, las catacumbas se han convertido en el túnel de vestuarios y los antiguos arcos han servido de escenario para un espectáculo de música electrónica. Esta no es la primera vez que un equipo europeo decide utilizar un edificio histórico para disputar un partido de baloncesto. Sin ir más lejos, el Partizan organizó el año pasado un amistoso con el Fuenlabrada en la fortaleza de Tasmajdan , situada en el centro de Belgrado. Ambos equipos celebraron el título de campeón de Europa de los serbios en 1992, pues debido a la guerra de los Balcanes tuvieron que ser acogidos por los madrileños para que pudieran seguir compitiendo.
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