La negociación para las subidas de impuestos que pretende el Gobierno en 2025 ha vuelto a la casilla de salida esta mañana. En los últimos dos días -el paquete afronta mañana un debate crucial en la Comisión de Hacienda- los socialistas han tratado de persuadir a sus socios parlamentarios a izquierda y derecha, en un juego de equilibrios que por el momento se está demostrando ineficaz. Cada vez que Sánchez contenta a Sumar provoca una reacción en Junts y PNV, y vuelta a empezar. Hoy les ha tocado el turno a los de Yolanda Díaz. Si para conseguir el apoyo de Junts y PNV a las medidas fiscales, el 30 de septiembre el PSOE tuvo que dar marcha atrás en su intento de hacer permanente el impuesto a las energéticas -a cambio de mantener el de la banca-, ayer el Gobierno volvía a poner a prueba la paciencia de la parte nacionalista de sus socios parlamentarios al pactar con los de Díaz un 21% de IVA para los pisos turísticos, un nuevo impuesto a los bienes de lujo, el fin del régimen fiscal especial para las socimis y la eliminación de la exención a las primas de seguros privados sanitarios. El caso es que, fundamentalmente por culpa del hachazo a las aseguradoras de salud -ayer la patronal del sector avisaba del perjuicio a 12 millones de personas-, este último acuerdo no duró ni 24 horas; no podía hacerlo porque Junts y el PNV se oponen y ayer los vascos dejaron claro que si se mantiene ese gravamen en el paquete, «es muy complicado o imposible» que salga adelante el dictamen del proyecto de ley de reforma tributaria. Ese proyecto de ley, por cierto, tiene como objetivo declarado el establecer una tributación mínima para las multinacionales y las grandes corporaciones, no todas las demás medidas fiscales que el Ejecutivo pretende añadirle; según dijo ayer Aitor Esteban, 'desvirtuando' la norma. Hace unas horas entre los de Díaz el mensaje aún no era claro del todo, pero hoy la vicepresidenta ha despejado las dudas. Preguntada en los pasillos del Congreso, ha asegurado que se mantiene la discrepancia sobre el impuesto a las energéticas y que lo van a defender en Pleno «porque creemos que es lo adecuado y lo correcto», ha asegurado. La vicepresidenta se ha mostrado confiada en que la reforma saldrá adelante, pero no parece muy probable porque ERC, Bildu y Podemos siguen oponiéndose a no ser que se incluya el impuesto a las energéticas, y el PNV dice que eso es «inviable».
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