El peso de mi alma

La otra tarde, desnudo en el baño, antes de meterme en la ducha, cometí el error de subirme a la balanza, una decisión intrépida, perfectamente desusada en mí, que me resultó cara. Pensé que seguiría pesando unos cien kilos redondos, el peso récord que había marcado en los años recientes, cuando ya era gordo, un sobrepeso que comenzó lenta y consistentemente hace veinte años, tras cumplir cuarenta. No miento si afirmo que los primeros cuarenta años de mi vida yo era delgado, bien delgado, y hay fotos que así lo prueban y documentan, unos tiempos en los que pesaba entre ochenta y cinco kilos y noventa kilos, no porque hiciera deporte, no porque comiera menos, sino porque era joven y... Ver Más

abc.es

Leer artículo completo sobre: abc.es

Noticias no leídas