La rueda de prensa del premio Planeta siempre tiene algo de sarao a lo grande: un año llenan el Instituto Cervantes y, al siguiente, la RAE. «Es un honor estar en este escenario», repetían los implicados, como subrayando la condición de gran espectáculo o representación. Un retrato de Cervantes presidía el sarao. Antes de empezar, José Crehueras, presidente del grupo Planeta, recordó el objetivo fundacional del sello: «Darle al libro la máxima difusión». Y dio el dato que resumía el éxito: los mil millones de libros vendidos («más o menos») en los setenta y cinco años de historia de la editorial. Después fue el turno de las protagonistas de 2024: Paloma Sánchez-Garnica , ganadora del galardón con 'Vitoria', y Beatriz Serrano , finalista con 'Fuego en la garganta'. La presentadora del acto, Cristina Villanueva, afirmó que sus novelas eran muy diferentes, pero que tenían algo en común: sus personajes femeninos, esas mujeres que tratan de sobrevivir, encontrar un sitio. Así que en 'Vitoria' tenemos la historia de una mujer en el Berlín derrotado tras la Segunda Guerra Mundial que se gana la vida cantando y creando un poderoso sistema de cifrado de mensajes: hay ahí un homenaje no muy velado a Hedy Lamarr, inventora de la protowifi. Y en 'Fuego en la garganta' encontramos a una madre que, en los años noventa, deja a su familia. Sánchez-Garnica habló del valor de la lectura para «hacernos más tolerantes». También del paralelismo entre el nazismo y las leyes segregacionistas de Estados Unidos, muy presente en su libro: «En 'Últimos días en Berlín' yo estaba muy centrada en las consecuencias del nazismo y me di cuenta de que al otro lado del Atlántico, en un país democrático, había unas leyes que eran un atentado contra los derechos humanos de una parte de la sociedad por su color de piel. O por su forma de pensar, como ocurrió en el macartismo… Pensamos que todo el horror está en un lado y nos olvidamos de lo que hay en las democracias, que siempre son imperfectas y en las que se pueden producir atentados contra los derechos humanos». ¿Hay un paralelismo entre el macartismo y el mundo de hoy?, preguntó Villanueva. «El periodismo tiene un poder importantísimo. Y hay un periodismo que puede llegar a alentar esa casa de brujas contra el que no piensa igual. Y luego está el periodismo que se enfrenta al poder, que duda del poder, que se arriesga para contar la verdad. Eso es lo que me fascina del mundo del periodismo». Serrano habló de su interés por la figura del 'outsider', que en el fondo somos todos desde cierto punto de vista. «Me interesan los personajes que están en los márgenes de la sociedad, que están directamente fuera de la norma», recalcó. Y señaló como inspiraciones 'La mujer helada', de Annie Ernaux, y 'Las abandonadoras', de Begoña Gómez Urzaiz, donde leyó una frase que se convirtió en mantra del libro: «Un hombre se va, una mujer abandona».
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