Los coches que todavía no han sido retirados de la zona cero se han convertido estos días en improvisados lienzos en el que voluntarios y afectados han ido plasmando tanto su denuncia y reclamaciones como las muestras de solidaridad y agradecimientos. Escrito con el dedo, sobre la gruesa capa de barro que dejó la inundación al retirarse, no hay parabrisas que no luzca un mensaje efímero que la lluvia de este miércoles borrará definitivamente. «Sanchez y Mazón la misma mierda son» , «No fue omisión, fue bloqueo del rescate», «Mazón dimisión» o el irónico «El que avisa no es Mazón», se pueden leer mientras caminas por las calles de la zona más afectada. Miles de coches afectados han sido ya retirados, pero los que estaban en mejores condiciones han sido recolocados en las plazas de aparcamiento para facilitar el acceso a la maquinaria de emergencia y allí esperan, a que les llegue su hora para el desguace o su dueño los localice y trate de recuperarlos. Ahora, desde la calle se han tornado en una improvisada performance con pretensión reivindicativa. Tampoco faltan los mensajes de ánimo. Muchos de los voluntarios llegados el fin de semana han querido dejar su firma. «Málaga está con vosotros», reza en una de las lunas, al que alguien ha añadido un lacónico «y Valladolid». «Artistas, ole, Ocaña», se entremezcla también. No son los únicos. «Soria», «Vitoria», «Campo de Criptana», «Benidorm», «Terrassa», «Enguera» o «Villanueva del Pardillo con Valencia» se pueden leer en varios de los coches. Pero no solo en coches. El barro también se ha utilizado para escribir sobre las paredes , como una casa a la entrada de La Torre, la pedanía más cercana a Valencia. Sobre la pared, el marrón del lodo proclama tanto «Govern assassí» como «Mazón dimissió». Y por si no quedaba clara la intención, en la reja del balcón, sobre una sábana blanca y con pintura marrón la recriminación más explícita: «Governs criminals i assassins» . Justo enfrente, otra sábana prefiere agradecer la labor de quienes han llevado hasta allí su solidaridad. «Gracias a los ángeles del barro, los voluntarios» , aparece escrito con vivos colores. Tampoco falta en los balcones la frase que se convirtió en emblema del rescate en los primeros días: «El poble salva al poble», acompañada por un «Gracias». Una reivindicación que tiene las horas contadas . La lluvia con la que hoy ha amanecido la zona se encargará de lavar los restos de barro. Los coches, inservibles desde la inundación, quedarán limpios y habrán dejado incluso de cumplir con su esta última tarea de improvisados lienzos que recogía el sentir de voluntarios y afectados.
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