El Senado francés rechaza la propuesta de ley para apartar a los menores de los toros

El registro estratégico de los antitaurinos es amplio para acabar con los toros sin reconocer abiertamente que lo que quieren en realidad es llevar a cabo una censura cultural. Últimamente en varios países taurinos, y en Francia, se ha puesto de moda el intento de cortar de raíz la transmisión de la afición a las nuevas generaciones, con el supuesto de la protección de los menores ante un espectáculo traumático, como si ya no estuvieran de hecho enfrentados a imágenes de dramas y violencias en los telediarios y en los videojuegos. Eso quisieron hacer, en el campo político, las corrientes animalistas presentando una propuesta de ley en el Senado de Francia para prohibir la entrada de los menores de 16 años a las plazas de toros. La comisión de leyes de dicho Senado acaba de tumbar por amplia mayoría esta propuesta, admitiendo los argumentos de sentido común presentados por el Observatorio de las culturas taurinas y por la Unión de las ciudades taurinas de Francia (UVTF). Invocando «el derecho superior del niño», y sin que ningún estudio científico haya demostrado el trauma sufrido, o fenómenos de violencia superiores en las regiones francesas del sur taurino en comparación con las demás regiones, este intento de prohibición obedece en realidad a un totalitarismo cultural que no respeta el derecho a la diferencia y a la diversidad de las culturas, tales como lo promueven las convenciones de la Unesco. Asimismo, atenta al principio de la Declaración de los derechos del niño, que deposita en los padres la responsabilidad de la educación en todas las actividades reconocidas como legales, y considera ese vínculo familiar, en ese entorno legal, como la base del bienestar y del desarrollo de los menores. Por último, tal prohibición, en el marco de la tradición taurina, introduciría una discriminación insostenible, en relación con las tradiciones mantenidas en las diferentes comunidades y regiones, las cuales implican sacrificios de animales (pesca, caza, fiesta del Aïd…) y en las cuales pueden participar menores. El derecho de practicar dichas tradiciones patrimoniales y religiosas está garantizado por los tratados europeos. Las ciudades taurinas han recordado que ya han aplicado una reglamentación al respecto, prohibiendo la entrada a los toros de menores no acompañados por adultos y bajo su tutela. Al fin y al cabo, tanto el Consejo Constitucional , en 2012, como la comisión de leyes del Senado han refrendado dos principios de derecho que siempre tienen que ser compaginados; el principio de igualdad , y el derecho a la diferencia, en particular cultural, que ponen en práctica las regiones y las ciudades taurinas, y cuyo respeto exigen. Es de justicia señalar, en esta decisión muy positiva para la cultura taurina, la excelente coordinación llevada a cabo ante el Senado por el Observatorio francés de las culturas taurinas y por la Unión de las ciudades taurinas de Francia. André Viard , presidente del Observatorio, ha sido el eje de dicha coordinación.

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