El SOS de un colegio de Catarroja para retomar las clases tras la DANA en Valencia: «No podemos meter 300 alumnos en una planta»

Solo cuatro días antes de que la DANA arrasara con todo lo que se encontró a su paso, el CEIP Vil·la Romana de Catarroja (Valencia) colgó un cartel para protestar contra las goteras que durante los últimos años habían provocado la suspensión de las clases en diferentes días de lluvia. El 29 de octubre, la riada destrozó por completo el colegio que pide una solución efectiva y realista para que sus alumnos y profesores puedan volver a las aulas lo antes posible. Según señalan docentes del centro educativo, la situación quince días después del paso del temporal sigue siendo crítica, pues las instalaciones se han visto gravemente afectadas y comprometidas para poder continuar con la actividad escolar en condiciones seguras y adecuadas para toda la comunidad. El colegio recibió el informe técnico de la Conselleria de Educación en el que se concluye que la estructura del edificio es segura y no ha sufrido daños estructurales significativos. No obstante, denuncian que la planta baja ha quedado inservible. « Los daños son graves y visibles . Los mostradores están rotos, las ventanas arrancas y las paredes de pladur completamente destrozadas», explican al tiempo que confirman que esta zona «no es apta en ningún caso». Ante esta situación, les han propuesto trasladar el alumnado de Infantil a otro colegio y reorganizar a los escolares de Primaria en la primera planta del edificio, algo que consideran no es viable ni segura por problemas estructurales previos y la falta de espacio. « Antes dela DANA ya teníamos daños en la cubierta , cada vez que llovía se producían filtraciones de agua a través de los marcos de las ventanas y goteras en diferentes puntos», advierten. «Con la planta baja fuera de uso, nos resulta imposible albergar a todo el alumnado de primaria en una sola planta sin comprometer su seguridad y el ambiente educativo», insisten. Así, detallan que uno de los problemas más críticos se encuentra en el aula de la Unidad Específica de Centro Ordinario que atiende a alumnos con TEA, síndrome de Down y discapacidad intelectual. Un espacio propio que no pueden utilizar y que «afecta seriamente el desarrollo y las necesidades de estos estudiantes», según concreta el personal del Vil·la Romana. Por todo ello, quieren mostrar su más «profunda preocupación» e instan a las Administraciones a «buscar una solución más adecuada y realista» para el bienestar del alumnado y del personal. «Consideramos que la situación requiere de una intervención inmediata y garantizar las condiciones óptimas y seguras en el centro educativo», terminan. Mientras, los cerca de 400 estudiantes de este colegio de Catarroja continúan sin clases después de dos semanas, a la espera de una decisión que les permita regresar a las aulas y ver a sus compañeros, pues muchos no han sido reubicados en otros centros. En paralelo, la Federación mayoritaria de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Valencia, FAMPA-Valencia, denuncia que el Ayuntamiento de Valencia quiere que el CEIP Pere Manjón de La Torre comience las clases de manera inminente «a pesar de las condiciones precarias y la falta de infraestructuras». Esta solicitud se realiza a pesar de que, tras los graves daños causados por la DANA, el centro no cumple con las condiciones mínimas necesarias para garantizar la seguridad y el bienestar del alumnado y del personal docente, según advierten. Tal como han comunicado las familias, los servicios de limpieza aún no han finalizado, sigue habiendo falta de mobiliario y material escolar, el servicio de comedor no está disponible, el patio no es seguro y, lo más importante, la planta baja, donde estudiaba el alumnado de infantil y primaria, continúa sin las condiciones necesarias para ser ocupada de forma segura. «Es totalmente inaceptable que, a pesar de la situación de emergencia que atraviesa el centro, se exija retomar el curso bajo estas condiciones. La comunidad educativa no puede poner en riesgo su salud ni su bienestar. Es urgente que la Conselleria de Educación asuma su responsabilidad de una vez por todas y dote al centro de los recursos y medidas necesarios para garantizar un entorno seguro y adecuado para la enseñanza«, señala Rubén Pacheco, presidente de la federación.

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