Veinticinco años después del último título en la categoría de los jóvenes (sub 23), un español vuelve a ser campeón del mundo de contrarreloj. Lo hizo en 1999 el cántabro Iván Gutiérrez y lo consiguió esta tarde en Zúrich el vallisoletano Iván Romeo, oro en la modalidad de lucha contra el reloj en una potente exhibición de rodador que recuerda pasajes de otro tiempo en España, país de escaladores. Iván Romeo (21 años) es corredor del Movistar, muy alto (1,93 metros), polivalente y aún por definir como ciclista, aunque después de la actuación de Zúrich su estilo puede quedar enmarcado en la de los contrarrelojista con aspiraciones. Proveniente de la cantera vallisoletana, de la escuela de ciclismo que el excorredor Juan Carlos Domínguez tiene en Arroyo de la Encomienda, Romeo transitó por Asturias (el MMR de Samuel Sánchez) y por Estados Unidos (el equipo de Axel Merckx) antes de ser contratado por el Movistar, el único equipo español en la primera división. En Zúrich exprimió su potencial en una contrarreloj que, según dijo, había reconocido en las últimas semanas con su padre, ciclista amateur y que pidió vacaciones en estas fechas para estar con su hijo en representación de la selección española. Romeo estuvo con los mejores en los primeros pasos intermedios de la crono de 29,9 kilómetros y expuso su potencial donde se ganan las medallas, en los últimos kilómetros de la prueba, rodando a una media de 48 por hora. «Ha sido una sorpresa, estoy muy feliz -dijo Romeo después de llorar un rato por la medalla de oro-. He trabajado mucho, solo lo sabe la gente que está cerca de mí, mi familia, mi equipo. Esperaba que me ganaran, aunque cuando estaba en los últimos kilómetros pensaba que lo estaba haciendo increíble».
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