Elia y Eloísa, las herméticas hijas de Julián Muñoz: trabajos, vida familiar y el vínculo con su padre

Julián Muñoz , el exalcalde de Marbella, falleció a los 76 años tras varios años de lucha contra un agresivo cáncer de pulmón. En sus últimos días, fueron su esposa, Mayte Zaldívar , y sus hijas, Elia y Eloísa, quienes se mantuvieron a su lado, acompañándolo en su batalla final. Las dos hijas, conocidas por su bajo perfil, han sido un apoyo fundamental para su padre, dejando atrás el dolor del pasado y dedicándose en cuerpo y alma a estar junto a él en sus momentos más delicados. Eloísa, la mayor de las dos hermanas, ha sido la figura más reservada dentro del círculo familiar. Nacida de una relación previa de Mayte Zaldívar, su padre biológico falleció cuando era apenas una niña. Julián Muñoz asumió el papel de padre desde muy joven, tratándola siempre como a su propia hija. A lo largo de los años, Eloísa ha llevado una vida caracterizada por la prudencia y la serenidad , manteniéndose al margen de los escándalos mediáticos que sacudieron a su familia. Aunque Eloísa siempre ha estado en el centro de la tormenta mediática que rodeó a su padre y a su madre, ha logrado mantener su vida personal alejada de los focos. Trabaja desde hace décadas como administrativa en el Ayuntamiento de Marbella , en una curiosa coincidencia, ya que ese mismo lugar fue testigo de los momentos más oscuros del legado de su padre. Casada y madre de dos hijos, Eloísa ha preferido dedicarse a su vida familiar y laboral en silencio, siendo un pilar clave en el cuidado de Julián durante sus años de enfermedad. Su fortaleza, reflejada en su constante presencia durante los momentos más complicados de la familia, ha sido su mayor virtud. Mientras su hermana menor, Elia, era más visible ante el público, Eloísa se centró en el bienestar de su familia desde la sombra, dedicándose por completo a ser un apoyo fundamental para sus padres. Por su parte, Elia, la hija biológica de Julián y Mayte, ha tenido una vida marcada por retos personales y una mayor exposición mediática. En 2018, asumió un papel más visible cuando defendió públicamente a su madre en 'Supervivientes' , en un momento en que la familia aún lidiaba con el escándalo del Caso Malaya . Sin embargo, el verdadero reto para Elia llegó en 2022, cuando fue diagnosticada con cáncer , una noticia que sacudió a la familia. Tras un tratamiento intenso y exitoso, Elia logró superar la enfermedad, pero el proceso la transformó profundamente. Durante su recuperación, Elia encontró refugio en la pintura, lo que comenzó como una forma de aliviar su ansiedad se convirtió en una nueva vocación. Hoy en día, no solo gestiona junto a su esposo Raúl Barriocanal una tienda de deportes en Marbella, sino que también ha desarrollado una carrera como pintora , vendiendo sus obras en línea. La pintura no solo le brindó una terapia emocional, sino también una nueva fuente de inspiración y satisfacción personal. Casada desde hace más de una década con Raúl, un empresario y deportista con quien comparte su pasión por el trekking y el deporte al aire libre , Elia es madre de una niña, Vega, nacida en 2016. La llegada de su hija trajo una nueva luz a la vida de la familia, especialmente para su madre, Mayte, quien obtuvo el tercer grado penitenciario para poder ejercer de abuela. El vínculo entre Elia y Julián también se fortaleció a través de su papel como abuelo, ya que, a pesar de los años difíciles, Julián encontró en Vega una nueva oportunidad para redimirse y ser un «superabuelo» , como solía decir Elia con cariño. Las hermanas Muñoz Zaldívar, a pesar de las diferencias en su forma de vida, comparten un profundo amor por su familia. Durante los últimos años de la vida de Julián, ambas se volcaron en su cuidado y apoyo , dejando atrás los desencuentros del pasado. A pesar de las tensiones que en su momento provocó el mediático romance de su padre con Isabel Pantoja (68 años) y la separación familiar que eso conllevó, tanto Elia como Eloísa supieron perdonar y reconstruir su relación con Muñoz en sus últimos años. Hoy, tras la muerte del exalcalde de Marbella, las dos hermanas continúan con sus vidas lejos de los focos, pero llevando consigo el legado de su familia. Aunque cada una ha escogido caminos diferentes, el amor por su padre y su inquebrantable dedicación a su familia es el verdadero testimonio de su historia. Eloísa, con su silencio firme, y Elia, con su resiliencia y pasión, han demostrado que la familia, a pesar de los momentos más oscuros, siempre encuentra la manera de sanar y seguir adelante.

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