Encapuchados, violencia y una suspensión para la historia: cronología del derbi de la vergüenza

El primer derbi de la temporada se terminó convirtiendo en un espectáculo bochornoso. No hablamos solo de lo deportivo, en un encuentro donde ni Atlético ni Real Madrid ofrecieron un fútbol atractivo sino, especialmente, por lo sucedido en las gradas. La violencia con el lanzamiento de numerosos objetos y las faltas de respeto, especialmente hacia Thibaut Courtois, provocaron una histórica suspensión de 20 minutos que lo convirtió en el derbi de la vergüenza.

En el fútbol no hay cabida para la violencia de ningún tipo. Nunca. Si hay violencia sobre el césped, se sanciona con tarjeta roja: la durísima patada de Marcos Llorente es el mejor ejemplo. Pero, ¿cómo se sanciona lo que sucede en la grada? Porque lo sucedido este domingo en el Metropolitano es una de las imágenes más lamentables del fútbol español de los últimos años. Un partido con importancia mundial que dejó momentos para tomar medidas muy serias, y que quedó reflejada en la prensa internacional, durísima en todas las editoriales.

¿Es serio ver cómo desde una misma zona del campo se produce una lluvia de lanzamiento de objetos sobre un deportista profesional? ¿Es serio que sigue sucediendo después de que se avise hasta tres veces por megafonía que no se haga? ¿Es serio que Koke y Simeone se dirijan a un grupo de encapuchados para pedirles que moderen su actitud?

El esperpento de Simeone o cómo ponerse el pasamontañas para atizar a CourtoisUlises Sánchez-FlorA Simeone, líder del Atlético, le corresponde saber diferenciar quién es el agredido y no blanquear a los violentos con un mensaje casero para denunciar el victimismo de Courtois

El odio rojiblanco hacia Courtois viene de lejos. Hace ya algunos años, se convirtió en una pieza clave del Atlético pero, tras acabar su cesión, regresó al Chelsea, su equipo de origen. Años después, era el Real Madrid el que se hacía con sus servicios y los aficionados colchoneros más radicales se sintieron agraviados. Los destrozos que realizaron sobre la placa que tenía su nombre en el Metropolitano son el mejor ejemplo del sentimiento.

Courtois avivó el fuego con aquello de "ahora estoy en el lado bueno de la historia", pero no dejaba de ser un pique deportivo sin mayor trascendencia. Hasta este domingo. Durante buena parte del partido, los cánticos de 'Courtois, muérete' se escucharon desde la grada y, tras el gol inicial de Militao, el meta no dudó en recriminárselo a la grada. A partir de ahí, comenzó el lanzamiento de objetos contra el guardameta belga.

El colegiado Busquets Ferrer recogió varios mecheros y pidió al delegado de campo que, por megafonía, se avisara de que se detuviera el lanzamiento de objetos. Se hizo hasta en tres ocasiones, pero la lamentable lluvia contra Courtois no paró. Así, el árbitro decretó la suspensión del partido durante veinte minutos, en la que los dos equipos se marcharon a sus vestuarios. Pero, entonces, llegó la imagen de la polémica; jugadores rindiendo pleitesía a encapuchados.

Que alguien acceda a un estadio de fútbol con la cara tapada, no es lo habitual; que haya más de diez personas con pasamontañas en una misma grada, tampoco. Pero menos aún que Koke, como capitán, y Simeone, acudan a hablar con los encapuchados para pedirle mesura. La imagen de la vergüenza, viendo a jugadores hablar con aficionados violentos, dio la vuelta al mundo. Uno de los encuentros más atractivos del mundo quedó manchado por la imagen más dantesca posible.

Pero, por si fuera poco, al acabar el partido, toda la plantilla se dirigió hacia ese fondo para aplaudir a esos violentos que había detenido el partido. ¿Qué hizo el resto del estadio? Silbar a sus propios jugadores por esta actitud, incomprensible después de una instantánea que ha dado la vuelta al mundo. "Ojalá no vuelva a ocurrir. Pero nosotros también como jugadores tenemos que ser más inteligentes", explicaba Koke tras el partido.

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