A las ocho y media, con los más de ochenta focos de luz artificial prendidos, aupaban a hombros a una leyenda de naturales condiciones desde la cuna. Por quinta, y última vez, Enrique Ponce acariciaba el cielo de Madrid, el mismo lienzo sobre el que estampó sus manos en 1992, 1997, 2002, 2017 y, ahora, en 2024. Generación Z era la chavalería que se lanzó al ruedo para sacarlo a hombros. Arriba, en el tendido, aplaudían los que en los noventa movían las caderas con Oasis. Emocionados, con la mirada nublada, con tantas nostalgias del ayer. Se rompía las palmas Díaz Yanes; recordaba Michavila su primer mitin en Chiva, con el torero valenciano y su abuelo Leandro entre los oyentes;... Ver Más
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