"Era dictatorial y diabólico". El harakiri mediático del último paladín 'antiwoke'

"Es un producto engañoso y toma el camino predecible de combinar el personaje de Mr. McMahon con mi verdadero yo, Vince". Vince McMahon (1945) puso la tirita antes de la herida, cuando en las horas previas al estreno de la docuserie de Netflix Mr. McMahon, criticó el resultado final de más de 200 horas de entrevistas a diferentes personalidades relevantes de la WWE (World Wrestling Entertainment) y de la industria del entretenimiento en general, como Dwayne Johnson, Hulk Hogan o el propio Vince. Hablamos de una industria que, pese a ser de nicho en España, aterriza en Netflix a partir del próximo 2025 en un acuerdo de cinco años, prorrogables a diez, por valor de 5.000 millones de dólares.

Pero, vayamos por partes. Desde hace 40 años, es imposible separar la figura de Vince McMahon —la persona— con la de Mr. McMahon —el personaje dentro de la ficción—. Este es, precisamente, el objetivo de la docuserie ideada por Netflix, saber quién es en realidad: hombre de negocios o villano demoniaco... ¿o ambas?. Cuando se graban las entrevistas, era el dueño y jefe absoluto de la WWE. Todo cambió para Vince hace dos años.

Entonces, Janel Grant, extrabajadora de la empresa, demandó al gerente por tráfico y abuso sexual, así como acoso laboral. En mitad de su situación personal, WWE fue vendida a Endeavor, y fusionada con UFC en un conglomerado de medios llamado TKO. En esos dos años, y en orden cronológico, Vince McMahon tomó las siguientes decisiones: renunciar a su puesto en WWE por salvaguardar la imagen de la compañía, regresar meses después cargándose la junta directiva y, finalmente, renunciar a su puesto de presidente ejecutivo de TKO tras verse marginado por sus nuevos dueños.

McMahon, además, dio plantón a la producción de Netflix cuando llegaba la hora de hablar de los últimos tiempos de su reinado, en el que se iba a tratar las durísimas acusaciones de Janel Grant. En la batalla judicial que todavía tiene que resolverse, la exempleada de WWE asegura que McMahon la violó en varios ocasiones, que la ofrecía a luchadores para ser objeto de abusos sexuales como moneda de cambio para sus fichajes contratos o que compartía videos explícitos con diferentes miembros de la compañía. Así como numerosas humillaciones de difícil digestión.

Vince McMahon, al lado de Johnson, en el acto de TKO. (Reuters/Brendan McDermid)

"Para firmar el contrato de Brock Lesnar, le prometió al luchador que esta mujer iba a enviarle vídeos de ella orinando", comenta Alejandro Gómez, director y presentador del podcast Último Hombre en Pie, al ser preguntado sobre las acusaciones de Grant sobre McMahon: "Vince siempre ha abrazado el personaje de Mr. McMahon hasta el punto de que no se supiera a ciencia cierta si era un personaje o era él en la vida real".

"Siempre ha sido una persona muy bruta y que solo sabe huir hacia delante. Cuando estalla el escándalo de Janel Grant, su presencia en televisión dentro de WWE era escasa. ¿La respuesta? Sale al show a darse un baño de masas. Siempre se ha salido con la suya, hasta esta vez. Hablamos de un señor muy influyente en Estados Unidos, amigo, por ejemplo, de Donald Trump", responde Luis Calabor, el nombre real de LuigiWrestling, una de las cuentas más seguidas sobre lucha libre en español (especialmente por público latino) en redes sociales como X.

Los abusos sexuales son solo parte de los cadáveres en el armario de McMahon. En el documental, hay espacio para el juicio de Estados Unidos contra Vince McMahon, cuando se acusó al presidente de la entonces WWF (World Wrestling Federation) de suministrar de manera sistemática esteroides anabolizantes a sus luchadores. La consigna era clara: te haces más grande o te vas a casa. "En una de las vistas del juicio, se presenta a la vista con un collarín porque en un programa le habían partido el cuello. Se aprovechaba de lo que sucedía en el ring y en las cámaras para su propia vida privada", asegura Gómez.

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McMahon fue declarado inocente, al no poder demostrarse la implicación de la cúpula de la empresa con los hechos. Solo el doctor George Zahorian, quien trabajó para la compañía, recibió condena por suministrar las sustancias a distintos luchadores. ¿Saben qué hizo McMahon una década más tarde? Utilizar el juicio como una storyline dentro de la ficción para promocionar una lucha entre él y Hulk Hogan.

Un villano de película... ¿de carne y hueso?

En el metraje disponible en Netflix, tanto él como numerosos invitados se enfrentan a la pregunta del millón. ¿Qué diferencia a Vince y Mr. McMahon? Personalidades importantes del wrestling como Bret Hart, Shawn Michaels o Steve Austin contestan con simpleza: es la misma persona.

Para Calabor, la ausencia de McMahon tanto en programación como fuera de la compañía en general es una buena noticia. "Es una persona dominante en el peor sentido de la palabra, dictatorial, eso se refleja en el documental. Hay talentos del wrestling que han llegado a desvincularse de la WWE únicamente por él. Es diabólico. Hay que reconocer que fue el creador del espectáculo tan colorido que es a día de hoy la WWE, pero a la vez, en sus últimos años ha hecho mucho más mal que bien a la empresa". Algo en lo que coincide Gómez: "La realidad le ha arrollado. Ves las imágenes y repasas los escándalos y él insiste mucho en que era otra época, y en eso tiene razón, no se puede juzgar con el prisma actual cosas de los años 90, pero en los últimos tiempos quería seguir con esas mismas historias y gente dentro de la empresa le paraba los pies. Es una persona disociada de la realidad".

Aunque Vince acusa a la producción de Netflix de manipular el relato, él mismo les da la razón durante la entrevista. Asume el papel de matón e incluso se justifica recordando los abusos que sufrió de su padrastro en la niñez. "Sé que, desde un punto de vista psicológico, si eres abusado cuando eres niño, la tendencia es que tú seas un abusador... Para mí, es una excusa".

Imagen de archivo de McMahon en una gala. (Reuters/Brendan McDermid)

"A los que consumimos wrestling, siempre nos vienen con la cantinela de 'pero si es todo falso'. Bueno, es que las personas somos falsas y reales a la vez. Cuando mejor funciona el wrestling, es cuando se rompen las líneas con la realidad, cuando no sabes si es la verdad o es ficción. Eso lo decía el propio Vince, y creo que el Mr. McMahon que hemos visto en el ring, nunca ha sido falso. Se comportaba igual en el backstage, es un empresario manipulador y maniaco, ha pisado a cualquiera. Nunca hubo un Mr. McMahon, él era Vince", reflexiona Calabor.

En el documental, Vince asegura, con cierta nostalgia, que "todavía no he descubierto quién soy", para luego situar a Mr. McMahon como una versión paródica y exagerada de su personalidad.

"Haría cualquier cosa por los negocios"

McMahon es, ante todo, un hombre de negocios. "Show business... Nada personal", son sus únicas explicaciones cuando se le habla de dudosas prácticas tanto empresariales como personal: "Haría cualquier cosa por los negocios". "La historia de Vince es la historia prototípica americana. Es pura sociedad del rifle. Somos libres de hacer lo que queramos, hay leyes, pero si hace falta saltárselas, te las saltas", destaca Alejandro Gómez.

"Por ejemplo, hay un momento lacrimógeno con su progenitor durante el visionado, 'mi padre, en su lecho de muerte, por primera vez me dijo 'te quiero', pero se sabe que su padre no quería dejarle la empresa, maniobró a sus espaldas y lo consiguió. Luego falló a la palabra de su padre con la competencia, los destrozó de manera sucia y el resto es historia". Los cimientos de la actual WWE se basan en una de las operaciones empresariales más agresivas y crueles posibles, con McMahon desobedeciendo el pacto de no agresión firmado por Vincent McMahon padre, fichando a talentos del circuito a golpe de talonario y de engaños.

Durante más de cuatro décadas al frente de la compañía, Vince McMahon fue firme en su cometido: no había límites, él iba a ganar sí o sí. Una mentalidad que le valió el aplauso y reconocimiento de muchos. Era un tiburón y nada se iba a interponer en su camino. Esto iba desde traicionar sin escrúpulos a luchadores que habían sido importantes en su compañía hasta sugerir una storyline en la que él sería el padre del bebé de su hija, Stephanie McMahon [ángulo que no salió en pantalla después de que esta se negara... por motivos obvios].

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Por supuesto, el papel general de la mujer en la WWE era de cosificación. Esto se ha refrescado en los últimos años del negocio, con nuevos talentos tomando decisiones creativas y resaltando el papel de la mujer como verdaderas luchadoras. El cambio ha sido vinculado al movimiento woke por parte de la afición más tradicional, un cambio que no gustaba demasiado a Vince.

La jugada maestra de Netflix

Así, de un plumazo, Netflix ha logrado poner un escudo a las posibles críticas del fichaje de los shows de WWE por la compañía, ya que en los próximos meses se irán conociendo novedades del juicio por abusos sexuales de Vince McMahon. "Netflix apuesta muy fuerte por el producto. Son cinco años prorrogables hasta diez, muchísimo dinero. Había salido el escándalo de Vince y algo tenían que hacer. Es una jugada buena, la producción del documental es independiente de WWE. Las negociaciones de la plataforma y la compañía iban por otro lado. Ellos ahora pueden decir que no tienen nada que ver con Vince McMahon, quien está fuera de la empresa, la cultura interna de la compañía ha cambiado, e incluso salen trabajadores actuales atacando el mandato de Vince", argumenta Gómez, reflexión compartida por Calabor: "A WWE, a día de hoy, le viene genial que Vince McMahon aparezca como un villano. Es historia para ellos, no forma parte ni se le espera".Mientras tanto, la WWE vive el momento más dulce de su historia. Talentos de su cantera triunfan en el cine mainstream como Dwayne Johnson, John Cena o Dave Bautista (muchos de ellos, amigos de Vince McMahon que prefieren pasar de puntillas ante los escándalos recientes). Su expansión internacional busca consolidarse vía Netflix y de la mano de una aplaudida dirección creativa de Paul Levesque, más conocido como Triple H, legendario luchador de la compañía y yerno de Vince. Pero todavía queda por barrer: "WWE está involucrada en los casos y en las denuncias. Grant incluye a la empresa en las acusaciones. Triple H ha estado presente en las juntas, su mujer es la hija de Vince McMahon. Desconozco lo que sabrán y hasta qué punto, pero es imposible que no supieran nada de lo que hacía".Sí hay algo inseparable entre Vince y Mr. McMahon era la capacidad para salir airoso del barro. A veces se manchaban, pero nunca había nada roto. Ya saben, cuando se tarda en caer, hay más gente esperando.

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