¿Es recomendable el ejercicio físico tras sufrir una enfermedad cardiovascular?

Hasta no hace mucho, a los enfermos de corazón se les prohibía el ejercicio físico. No obstante, en la última década se ha producido un cambio radical en este sentido, fundamentalmente gracias a un mayor conocimiento de la enfermedad cardiaca, que ha permitido constatar que el ejercicio hoy en día es muy recomenable en los pacientes que han padecido enfermedades cardiovasculares, incluso si han sufrido un infarto.

No obstante, es habitual en estos tener miedo al ejercicio tras haber sufrido un episodio de estas características. Sienten que pueden volver a sufrir de nuevo otro incidente, o bien temen que su situación de salud pueda empeorar si practican ejercicio físico.

Enfermedad de Von Willebrand: el trastorno hemorrágico hereditario más frecuente (y desconocido)EC BrandsEsta patología congénita, caracterizada por sangrados abundantes, es más frecuente que la hemofilia, pero mucho menos conocida, no solo entre la población general sino, también, entre los propios afectados

“En muchas ocasiones, los problemas que sufren estos pacientes no son sólo físicos, sino también psicológicos; esto los lleva a una vida cada vez más sedentaria que, en vez de mejorar su patología, la empeora”, asegura la doctora Esther Merino, que es responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca de Olympia-Quirónsalud, y de los Hospitales Universitarios Quirónsalud Madrid, y de Ruber Juan Bravo (Madrid).

De hecho, el doctor Luis Serratosa, jefe del servicio de Rehabilitación y Medicina del Deporte de los citados centros hospitalarios, considera “muy importante” en estos casos el aspecto psicológico para favorecer la vuelta a una vida saludable por parte del paciente, “sin vicios y con capacidad de autogestionarla”.

Asimismo, mantiene que, en muchos casos, el miedo del paciente a retomar su actividad laboral, deportiva, o incluso sexual, conlleva el riesgo de caer en un estado de ansiedad o depresión, así como de constante estrés, en el que también el ejercicio juega un papel crucial a la hora de aliviarlo.

Los beneficios de la rehabilitación cardiaca

Es esencial informar a los pacientes de estas enfermedades la importancia de la rehabilitación cardiaca. “Hoy en día sabemos que las personas que realizan un programa de rehabilitación cardiaca tienen menor riesgo de mortalidad y de presentar nuevamente un problema coronario que aquellas que no lo hacen”, defiende en este sentido la doctora Esther Merino.

También apunta que dichos programas están dirigidos a quienes hayan padecido un problema en el corazón, o bien presenten un riesgo elevado de tenerlo: “Sus objetivos son, principalmente, la recuperación de un estado físico y mental saludable del paciente, así como la prevención de recaídas y evitar volver a enfermar del corazón en el futuro. Para ello, se deben corregir aquellos factores que hayan podido llevar a la enfermedad”.

Esther Merino, responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca de Olympia-Quirónsalud, y de los Hospitales Universitarios Quirónsalud Madrid, y de Ruber Juan Bravo (Madrid)

Tras un problema cardiaco es imprescindible un control y seguimiento por parte del cardiólogo, quien previsiblemente prescribirá una prueba de esfuerzo, evaluará la conveniencia de la realización de ejercicio y pautará un plan de rehabilitación cardiaca específico para cada paciente, en función de sus necesidades y de su estado de salud.

Aparte del ejercicio, hay otros pilares fundamentales en los programas de rehabilitación cardiaca, tal y como describe la doctora Merino: la detección y el control de los factores que han llevado a la enfermedad, la atención psicológica, así como la información para el autocuidado.

Según defiende, el autocuidado es “básico”, porque cuanta más información tenga el paciente, mejor sabrá cuidarse; por ejemplo, entender por qué debe continuar sin fumar, comer de manera saludable, hacer ejercicio habitualmente, tomar su medicación y acudir a sus revisiones médicas.

En cuanto al número de sesiones de rehabilitación que se requieren, estas pueden variar dependiendo del tipo de paciente. “Por lo general, la fase de rehabilitación ambulatoria comienza tras el alta hospitalaria y tiene una duración de dos a tres meses, con una periodicidad de entre uno y tres días y horas por semana”, explica el doctor Serratosa.

Luis Serratosa, jefe del servicio de Rehabilitación y Medicina del Deporte de Olympia Quirónsalud, Ruber Juan Bravo y Quirónsalud Madrid.

La idea es que el paciente acuda al Servicio de Rehabilitación, “donde realizará la actividad física en un entorno controlado, además de recibir una prescripción de ejercicio adecuada a sus características individuales. También, se identifican los factores de riesgo que han podido favorecer el infarto, intentando modificarlos con asesoramiento nutricional, y con apoyo para dejar de fumar en caso de que el paciente tenga ese hábito", continúa.

Como resumen, el doctor Serratosa destaca que se ha demostrado que los pacientes que realizan un programa de rehabilitación cardiaca tienen menor mortalidad, menor riesgo de recaídas y necesitan acudir menos a la consulta médica. Asimismo, reducen la medicación que necesitan para su enfermedad coronaria y mejoran su nivel de autoconfianza y su estado de ánimo. Pero, concluye, probablemente lo más importante de todo es que “gracias a estos programas de rehabilitación cardíaca mejoran su calidad de vida”.

El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

elconfidencial.com

Leer artículo completo sobre: elconfidencial.com

Noticias no leídas