Las emisiones de gases de efecto invernadero en España se situaron el año pasado en 287,7 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e), lo que supone un 5,5% menos respecto a 2022. Según destaca el Instituto Nacional de Estadística ( INE), se trata del primer descenso tras el estallido de la pandemia de Covid-19 en 2020. Estadística ha difundido este miércoles datos provisionales sobre las emisiones realizadas por las unidades económicas residentes. Existen distintos gases de efecto invernadero. Los principales, por su nivel de emisiones, son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Desde 2008 -cuando comienza la serie contable- se ha producido un descenso en España de un 30,9% en las emisiones de gases que calientan el planeta. El máximo de esa serie histórica llegó en 2008 (416,3 millones de toneladas) y el mínimo en 2020 (275,3 millones). Después se encadenaron dos años al alza (294,6 millones en 2021, y 304,4 millones en 2022), y en 2023 se produjo una bajada (287,7 millones). Las de dióxido de carbono disminuyeron el año pasado un 5,7%, mientras que las de metano bajaron un 1,0% y las de óxido nitroso un 6,3%. Los hogares emitieron un 22,9% del total, en tanto que la industria manufacturera concentró un 22,3% y la agricultura, la ganadería, la selvicultura y la pesca, un 16,6%. Las ramas de actividad que más redujeron sus emisiones de gases de efecto invernadero fueron suministro de energía eléctrica, gas, vapor, aire acondicionado y agua (-18,1%) y la industria manufacturera (-10,1%). Por su parte, servicios de transporte y almacenamiento las aumentó un 3,1%. Las mayores cantidades de CO2 emitidas el año pasado correspondieron a los hogares (63,5 millones de toneladas), la industria manufacturera (59,9 millones) y los servicios de transporte y almacenamiento (37,9 millones). Por su parte, el sector de agricultura, ganadería, selvicultura y pesca expulsó las mayores cantidades de metano (63,1% del total) y óxido nitroso (66,9%). Otros problemas ambientales que provocan efectos perjudiciales para el medio ambiente y la salud son los gases acidificantes, los gases precursores del ozono troposférico y las partículas (polvo fino). En 2023, los gases acidificantes, que incluyen los óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx) y amoniaco (NH3) -medidos en toneladas equivalentes de dióxido de azufre (tSO2e) en función de su grado de acidificación-, se redujeron un 2,4%. Los gases precursores del ozono troposférico, que se corresponden con los compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), óxidos de nitrógeno (NOx), metano (CH4) y monóxido de Carbono (CO) -medidos en toneladas equivalentes de COVNM-, disminuyeron un 1,3%. Y las emisiones de partículas de diámetro aerodinámico inferior a 2,5 micras (PM2.5) cayeron un 0,5%. Las mayores emisiones de gases acidificantes en 2023 correspondieron a agricultura, ganadería, selvicultura y pesca (954.200 toneladas de tSO2e); industria manufacturera (181.200) y hogares (130.100). Por su parte, el sector de agricultura, ganadería, selvicultura y pesca emitió en 2021 las mayores cantidades de gases acidificantes (473.900 toneladas de COVNM equivalentes), gases precursores del ozono (482.500 toneladas de COVNM equivalentes) y partículas PM2.5 (61.900 toneladas). La industria manufactura expulsó 158.000 toneladas de gases acidificantes, mientras que los hogares emitieron 482.500 toneladas de COVNM equivalentes de gases precursores del ozono y 44.800 toneladas de partículas PM2.5.
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