A las 2 de la mañana, hora española, del 13 de noviembre, Elon Musk confirmaba los rumores. Él, junto al empresario Vivek Ramaswamy, lideraría un organismo dentro del gobierno de Donald Trump. Un ente que tendrá el objetivo recortar los gastos del Estado y que se llamará Departamento de Eficiencia Gubernamental, (DOGE, por sus siglas en inglés) como un guiño a Dogecoin, la criptomoneda favorita del magnate sudafricano y que lleva disparada desde que Trump se hizo con la presidencia. El anuncio solo confirmaba lo que muchos esperaban desde el mismo 6 de noviembre, y fue aplaudido por buena parte del mundo cripto, pero hubo alguien que lo celebró como pocos e incluso se adelantó unos minutos al tuit de Musk. El tercer mayor accionista de Dogecoin movió parte de su patrimonio justo 10 minutos antes del mensaje.
Según se puede comprobar en la blockchain de Dogecoin, un libro de cuentas abierto e inmutable, la tercera cartera con más doges del mundo, que acumula casi el 6% del total circulante, movió 81 millones de doges, unos 34 millones de dólares al cambio, a las 1:50, unos instantes antes de que Musk tuitease y solo unos después de que Trump enviase el comunicado de prensa a algunos medios. Un rato antes, a las 22:48, había movido otros 38 millones de monedas, unos 14 millones de dólares. Unos envíos gigantes que, eso sí, suponen una parte pequeña del total de su patrimonio. Este inversor es, por ahora, uno de los mayores beneficiados de la victoria de Trump. Ha visto como su cartera ha pasado de unos 1.300 millones de dólares el 6 de noviembre a acumular más de 3.000. Pero, ¿quién es este multimillonario? Nadie lo sabe.
Como suele pasar en el mundo de las criptomonedas, la identidad tras las cuentas es algo casi imposible de conocer, salvo que su dueño lo permita o cometa algún error. Se sabe, según los expertos, que es un inversor individual, por lo que sería la persona con más Dogecoin del mundo, pues las otras carteras con muchas de estas monedas (la primera aglutina el 20% del total y la segunda algo más de un 7%) pertenecen a casas de cambio centralizadas como Robinhood y Binance. Además, la cuenta, cuyo código empieza por D8ZEV, ha estado presente en las conexiones de Elon Musk con Dogecoin desde hace años. Y movimientos como los del pasado miércoles solo aumentan más las dudas.
En junio de 2023, un grupo de pequeños inversores decidió demandar tanto a Elon Musk como a su empresa más conocida, Tesla, porque, según ellos, llevaban años utilizado su influencia para generar subidas y bajadas en el precio de DOGE y así llevarse parte del dinero. Una de las carteras que decían que utilizaban era esta. ¿En qué se basaban? En que dicha cuenta había realizado grandes movimientos justo antes y después de que Musk decidiese colocar al Shiba Inu que sirve como icono de la criptomoneda como logo de Twitter. Lo hizo y a los pocos días lo volvió a cambiar, una acción que fue seguida por carteras como esta y que sacaron miles de millones de dólares entre ambos movimientos.
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— Elon Musk (@elonmusk) November 13, 2024El choque en los tribunales duró poco, pues solo dos meses después un juez desestimó la demanda (aunque el asunto sigue dando vueltas por otras instancias). No se podía probar que los acusados estuvieran manipulando el mercado, pues incluso Tesla hizo una declaración jurada negando que fuera dueña de ninguna de las carteras señaladas. Además, los mensajes del magnate y su compañía sobre esta criptomoneda eran, según el juez, demasiado tontos como para que un inversor razonable pudiera exigir reclamaciones por fraude. Pero el activo, que nació como una broma, ahora tiene un departamento en el gobierno y uno de los principales inversores, desconocido para todo el mundo, sigue realizando movimientos extraños.
El poder criptobro convierte un meme en un ministerio
Por ahora no parece que Musk vaya a tener más problemas judiciales relacionados con este activo, pero ha dejado claro durante todo este tiempo que, lejos de amedrentarle, todas las especulaciones en torno a Dogecoin le atraen. No para de hacer guiños a esta moneda y algunas de las cuentas a las que da más bola en su red social tienen que ver con Dogecoin, incluso debate allí con uno de sus creadores, Billy Markus. Cada uno de sus gestos, además, viene acompañado de un impulso de las inversiones, haciendo que los acólitos no paren de animarle a seguir hablando de Doge.
Fuera del ámbito más cómico, su relación con esta moneda le ha servido para acercarse a uno de los sectores que más apoyan su trabajo a día de hoy. Brian Armstrong, el CEO de Coinbase, la empresa cripto más importante de Estados Unidos y que ha visto cómo su acción subía un 50% en un mes, escribió este domingo en X que Doge "es una oportunidad única para aumentar la libertad económica en los EEUU y reducir el tamaño del gobierno para lograr una situación saludable. Los padres fundadores eran genios, pero (con humildad) pueden haber pasado por alto los incentivos adversos que aumentan el tamaño del gobierno democrático con el tiempo (ganar elecciones prometiendo más cosas gratis)".
. @DOGE is a once in a lifetime opportunity to increase economic freedom in the U.S. and cut the size of government back to health.The founding fathers were geniuses but (with humility) may have missed the adverse incentives which grow the size of democratic government over…
— Brian Armstrong (@brian_armstrong) November 17, 2024Pero este tipo de apoyos no se han quedado ahí. Durante toda la campaña electoral, el sector de las criptomonedas ha sido uno de los más activos a favor de Trump y tanto el presidente electo, que había sido antibitcoin en momentos anteriores, como Musk no han parado de hacer guiños a los fans de estos activos para que votasen al partido republicano.
El mismo Donald Trump vende ya camisetas con guiños a Dogecoin en su web personal, tiene proyectos NFT a su nombre y apoya a su hijo mayor en un proyecto cripto llamado World Liberty Financial. Para más inri, ha colocado en su gabinete a varios de los políticos, como Robert F Kennedy Jr., que más han defendido bitcoin en los últimos años. RFK incluso ha prometido iniciativas como la creación de una reserva estatal.
Foto: Reuters.El sector le ha devuelto ese trato de favor, convirtiendo su red social en el mayor medio de comunicación sobre el sector y colocando a varios de los mayores inversores de este sector como principales aliados. Muchos de ellos ahora están a la espera de que ambos líderes decidan legislar a favor de los activos digitales, pues todavía no está claro cómo ni cuándo lo harán, pero las monedas ya se han calentado.
Dogecoin, que empezó siendo un simple meme de internet en plena fiebre, tiene ahora mismo una capitalización de mercado mayor que Ford, Volkswagen o BBVA. A día de hoy cotiza a 0,34 euros y se acerca a su máximo histórico, conseguido en mayo de 2021, cuando llegó a valer 0,52. Pero el rally más llamativo es el de bitcoin, la criptomoneda reina.
Cuando ganó Trump un bitcoin eran unos 68.000 dólares, a día de hoy roza los 90.000 y ha llegado a cambiarse por 92.000. Su capitalización de mercado lo coloca como el séptimo activo más valioso del mundo. Ronda los 1,8 billones de dólares, se acerca a Google y ha superado a la empresa petrolera Saudi Aramco.
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