Por primera vez, investigadores del sistema de salud Mount Sinai han identificado un mecanismo neural que permite la integración de memorias, un proceso que abarca tanto el tiempo como experiencias personales. Publicado en la revista ' Nature ', este estudio revela cómo los recuerdos, almacenados en conjuntos neuronales en el cerebro, están en constante actualización y reorganización con información relevante. Este descubrimiento marca un avance importante en la comprensión de cómo nuestras memorias permanecen vigentes y se adaptan a nueva información, lo cual podría ser clave para comprender mejor procesos de memoria adaptativa, como las inferencias causales, así como procesos no adaptativos, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). «Durante mucho tiempo, se ha creído que los recuerdos se forman en el aprendizaje inicial y permanecen estables en conjuntos neuronales con el paso del tiempo, lo que nos permite recordar experiencias específicas,» señala Denise Cai , doctora en Neurociencia y profesora asociada en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, y autora principal del estudio. «Nuestro trabajo con modelos de ratón muestra que esta teoría no es del todo correcta, ya que no explica cómo el cerebro puede almacenar recuerdos y, al mismo tiempo, actualizarlos con información nueva y relevante. Esta combinación de estabilidad y flexibilidad en los conjuntos neuronales es fundamental para que podamos hacer predicciones y tomar decisiones en un mundo en constante cambio.» El equipo de Mount Sinai estudió cómo se actualizan dinámicamente las memorias al recibir nueva información, un tema que sigue siendo un desafío para la neurociencia. Para su investigación, el equipo registró la actividad y el comportamiento neural en el hipocampo de ratones adultos mientras estos adquirían nuevas experiencias, descansaban después de cada una (en períodos «sin conexión») y recordaban experiencias pasadas en días posteriores. Los investigadores observaron que, después de cada evento, el cerebro consolida y estabiliza el recuerdo mediante la repetición de la experiencia. En el caso de una experiencia negativa, el cerebro no solo revivía el evento reciente, sino también eventos ocurridos días antes, lo que sugiere que busca integrar recuerdos relacionados a través del tiempo. En los ratones que experimentaron un evento altamente adverso (como recibir una descarga eléctrica en un entorno específico), se observó que estas experiencias negativas reactivaban no solo el recuerdo reciente, sino también una memoria «neutral» de días anteriores (un entorno seguro donde no hubo descargas). «Descubrimos que cuando los ratones descansaban después de una experiencia negativa, reactivaban simultáneamente el conjunto neuronal de esa experiencia y el de la memoria neutral pasada, integrando así ambas memorias,» explica la doctora Cai. « Llamamos a este fenómeno co-reactivación de conjuntos neuronales y ahora sabemos que facilita la vinculación a largo plazo de los recuerdos en el cerebro. Contrario a estudios previos que destacan los beneficios del sueño para el almacenamiento de la memoria, los investigadores encontraron que el enlace de memorias ocurría con mayor frecuencia cuando los ratones estaban despiertos. Este hallazgo plantea interesantes preguntas sobre los diferentes roles que la vigilia y el sueño desempeñan en los procesos de memoria. Además, el estudio mostró que las experiencias negativas tienden a vincularse más con recuerdos pasados de manera «retrospectiva» que «prospectiva», y que eventos negativos más intensos son más propensos a impulsar esta vinculación retrospectiva de memorias. «Al descubrir un complejo mecanismo neural que facilita la integración de la memoria, hemos dado un paso significativo hacia la comprensión de la memoria en el mundo real, donde nuestros recuerdos se actualizan y remodelan constantemente con nuevas experiencias, permitiéndonos funcionar en un mundo dinámico,» concluye la doctora Cai.
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